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martes, 15 de marzo de 2011

Sobre las posesiones

Kent Nerburn

Kent Nerburn es un escritor, escultor y educador estadounidense, nacido en Minnesota.

Profundamente involucrado en asuntos de los nativos americanos, su libro “Neither Wolf nor Dog. On Forgotten Roads with an Indian Elder” (Ni lobo ni perro. Por senderos olvidados con un anciano indio), ganó el 1996 el premio “Minnesota Book Award”.

La historia comienza cuando en las manos de un anciano lakota llamado Dan, cae una de las colecciones de historias orales de los indios ojibwye elaboradas por Nerburn. Dan, tiene “algunas cosas que decir” antes de morir y pide a Nerburn que escriba un libro a partir de una colección abigarrada de notas que escribió a lo largo de siete décadas y que guarda en una vieja caja de zapatos.

Os dejo aquí un fragmento en el que Dan habla con gran elocuencia sobre las posesiones.

«Poseer cosas es muy importante en la vida de la gente blanca. Desde el principio te dicen: “Esto es mío, esto es tuyo”, “No toques eso porque no es tuyo”. Te dicen que te alejes de las cosas por la posesión, no por respeto.

En los días de antes, nosotros nunca teníamos cerraduras en nuestras puertas. No existía el robo, pero si alguien tenía hambre, podía entrar a tu casa y tomar comida. ¿Por qué la gente no tomaba las cosas? Por respeto.

Tú rodeas tu patio con rejas y pagas buen dinero a quien mida el terreno para ver si la reja del vecino está una pulgada demasiado cerca de tu casa. No regalas nada a menos que recibas algo a cambio. Todo es económico. ¡Con razón la gente blanca necesita casas tan grandes! No son para habitarlas, sino para almacenar cosas.

Nosotros creíamos que todo era un regalo y que un buen hombre o una mujer buena, compartían esos regalos. La gente buena pensaba que debían dar y no que debían recibir. No medíamos a la gente como rica o pobre. ¡No sabíamos cómo! Cuando los tiempos eran buenos, todos éramos ricos. Cuando los tiempos eran malos, todos éramos pobres. Medíamos a la gente por cómo compartían.

Las cosas son importantes cuando las necesitamos. Si no las necesitamos, no son importantes. Nuestros ancestros creían que tú eras dueño de algo sólo mientras lo necesitaras. Luego se lo pasabas a alguien más. En nuestra forma de vida, todo tenía su uso y luego regresaba a la tierra. Teníamos tazas y platos de madera, o cosas hechas de barro. Cabalgábamos o caminábamos. Hacíamos cosas de las cosas de la tierra. Después, cuando ya no las necesitábamos, las quemábamos o las dejábamos, y regresaban a la tierra. Ahora ya no podemos hacer eso. Ahora las cosas ya no regresan a la tierra».


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