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martes, 24 de diciembre de 2024

La luz de los hombres

Felicitación de Navidad del año 2024.

Un fragmento de la historia más grande jamás contada.

El prólogo del Evangelio de San Juan, en el que se designa a Jesús como Logos, normalmente traducido como Palabra o Verbo, es un himno a la Palabra (Jesús=Palabra) que existió siempre en unión amorosa con Dios y por la que fueron creadas todas las cosas. Por la Palabra (Jesús) ha venido la vida y la luz verdadera que ilumina a todo ser humano que viene a este mundo.

Mi corazón se conmueve por la poesía y la profundidad de este prólogo, un canto a la gloria de Dios, un Dios que nos ama tanto que se hace hombre para mostrarnos su rostro y darnos la gracia para que podamos llegar a ser hijos de Dios.

¡FELIZ NAVIDAD!

¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!


Juan 1, 1-18.

1 «Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.

2 Ella estaba en el principio con Dios.

3 Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.

4 En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

5 La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.

6 Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.

7 Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.

8 Él no era la luz, sino el testigo de la luz.

9 La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.

10 Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció.

11 Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron.

12 Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.

13 Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.

14 Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.

15 Juan da testimonio de Él, al declarar: “Este es Aquél del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo”.

16 De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia:

17 porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.

18 Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Dios Hijo único, que está en el seno del Padre».

Quiero ilustrar esta entrada con un vídeo extraído del capítulo primero, titulado “Trueno”, de la segunda temporada de la serie sobre Jesús de Nazaret “The chosen” (“Los elegidos”).

Jesús, que está con sus discípulos en Sicar (Samaria), es invitado por Gersón, el sacerdote, a hacer la lectura en la sinagoga. Momentos antes, Jesús, Santiago el Mayor y Juan han sido apedreados por un grupo de samaritanos. En aquellos tiempos la enemistad entre samaritanos y judíos había llegado a ser tan grande, que se había convertido en odio. Jesús, con gran esfuerzo, contiene a los impulsivos e indignados hermanos Zebedeo para que no respondan a la agresión con violencia. Desde entonces, Jesús los llamará “Hijos del Trueno” y les hace ver que una fuerte pasión solo es buena si se canaliza a través de la bondad.

Ya en la sinagoga, Jesús pide a Juan que elija la lectura y éste selecciona la de la creación del mundo. En esta encantadora secuencia, con un final digno de los “Hijos del Trueno”, se van mezclando escenas de lo que acontece en la sinagoga de Sicar, con el momento en que Juan, años después, comienza a escribir su evangelio guardando Shivah (duelo) por la muerte de su hermano Santiago (decapitado en Jerusalén, entre los años 41 y 44, por orden de Herodes Agripa I).



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