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sábado, 31 de julio de 2010

España campeona del mundo


11 de Julio de 2010.

Final del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010.

Holanda 0 - España 1.

 ¡Iniesta de mi vida!

Triunfó el buen juego. Triunfó el juego limpio.



viernes, 30 de julio de 2010

Desde los afectos

Este texto se ha difundido ampliamente por internet mal atribuido a Mario Benedetti. Su autor, el uruguayo Daniel Russo Rendo, la publicó en la revista argentina “Expreso Imaginario” de enero de 1981.

«¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?

Que uno solo tiene que buscarlo y dárselo.

Que nadie establece normas salvo la vida.

Que la vida sin ciertas normas pierde forma.

Que la forma no se pierde con abrirnos.

Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.

Que no está prohibido amar.

Que también se puede odiar.

Que el odio y el amor son afectos.

Que la agresión porque sí, hiere mucho.

Que las heridas se cierran.

Que las puertas no deben cerrarse.

Que la mayor puerta es el afecto.

Que los afectos nos definen.

Que definirse no es remar contra la corriente.

Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja.

Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.

Que negar palabras implica abrir distancias.

Que encontrarse es muy hermoso.

Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida.

Que la vida parte del sexo.

Que el “¿por qué?” de los niños tiene un porqué.

Que querer saber de alguien no solo es curiosidad.

Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana.

Que nunca está de más agradecer.

Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo.

Que nadie quiere estar solo.

Que para no estar solo hay que dar.

Que para dar debimos recibir antes.

Que para que nos den también hay que saber cómo pedir.

Que saber pedir no es regalarse.

Que regalarse es, en definitiva, no quererse.

Que para que nos quieran debemos mostrar quiénes somos.

Que para que alguien sea hay que ayudarlo.

Que ayudar es poder alentar y apoyar.

Que adular no es ayudar.

Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.

Que las cosas cara a cara son honestas.

Que nadie es honesto porque no roba.

Que el que roba no es ladrón por placer.

Que cuando no hay placer en hacer las cosas, no se está viviendo.

Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte.

Que se puede estar muerto en vida.

Que se siente con el cuerpo y la mente.

Que con los oídos se escucha.

Que cuesta ser sensible y no herirse.

Que herirse no es desangrarse.

Que para no ser heridos levantamos muros.

Que quien siembra muros no recoge nada.

Que casi todos somos albañiles de muros.

Que sería mucho mejor construir puentes.

Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve.

Que volver no implica retroceder.

Que retroceder puede ser también avanzar.

Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol.

Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida».


jueves, 29 de julio de 2010

El poder de las palabras

Las palabras tienen poder. De las palabras depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra.

Una palabra es capaz de arruinar algo por lo que hemos luchado o que hemos tardado mucho tiempo en construir y una palabra es capaz de regenerar y de curar.

Las palabras no se las lleva el viento, dejan huella y jamás se pueden recuperar una vez que han salido de nuestra boca.

Los griegos decían que la palabra era divina y elogiaban el silencio.

Con palabras insultantes, despectivas o agresivas hacemos daño a las personas provocando heridas, creando resentimientos y dolor que, tarde o temprano, se volverán en contra nuestra.

Una palabra irresponsable puede encender discordias. Una palabra cruel puede arruinar una vida. Una palabra con resentimiento puede causar odio. Una palabra brutal puede herir o matar.

Una palabra amable puede suavizar las cosas y hacer que una verdad sea aceptada. Una palabra alegre puede iluminar el día. Una palabra oportuna puede aliviar la carga. Una palabra de amor puede curar y dar felicidad.

Las palabras son la manifestación de nuestro mundo interior, por ello hemos de cuidar nuestro lenguaje. Si nuestras palabras son amables, los ecos que escucharemos también lo serán.

Los pensamientos se convierten en palabras y muchas enfermedades son producto de nuestros pensamientos. Cuida tus palabras.

De ti depende si las usas para bien o para mal, tanto para ti como para los demás.

Cuando estés airado/a o resentido/a, no hables.

Cuida tus palabras. Las palabras tienen poder.


martes, 27 de julio de 2010

¿Dónde está la nueva escuela?

A veces nos olvidamos de que llenar las aulas de equipos tecnológicos no transformará el proceso de enseñanza por sí solo. Si añadimos ordenadores, proyectores y pizarras digitales, pero hacemos lo mismo en nuestra práctica pedagógica, todo se quedará igual.

Tecnología sin metodología es tal vez el problema mayor que enfrentan muchos proyectos que carecen de una pedagogía transformadora.

Este vídeo gira en torno a este asunto:

Las TIC no tienen efectos mágicos sobre la enseñanza y el aprendizaje. Por el hecho de usar tecnologías en nuestras clases, no aprenderán más nuestros alumnos/as.

Los efectos pedagógicos de las TIC dependen de la planificación didáctica realizada y de las actividades que desarrollemos con la misma.

A veces, las nuevas tecnologías pueden ser utilizadas al servicio de viejas pedagogías. Es decir, hacer lo mismo de siempre, pero con ordenadores. Por ello, a la idea de “Una escuela nueva” deberíamos añadir “Una mentalidad nueva” y sobre todo abierta a los cambios.

Lo cierto es que muchas veces cuando aplicamos tecnologías en la formación, parece que ya innovamos por el hecho de aplicar las tecnologías. En la mayoría de las ocasiones las tecnologías no alteran la metodología.

El uso de la tecnología suele mejorar las metodologías existentes (no cambiarlas) y en algunos casos empeorarlas.

Es evidente que debemos incorporar las tecnologías al proceso de formación, pero, como ocurre en otros contextos, debemos aplicarlas de forma correcta.

Es necesario dotar de infraestructura tecnológica a los centros educativos, formar al profesorado en su utilización y es necesario conocer cómo se pueden renovar las metodologías con esas mismas tecnologías. Es en este último punto donde ni los políticos ni, desgraciadamente, el profesorado podemos alardear: simplemente no sabemos cómo aplicarlas para renovar las metodologías.


domingo, 25 de julio de 2010

Mamá, quiero ser famosa

Cuanto antes se lo quites de la cabeza, mejor...

Gran Premio CINE/TV del Festival de Publicidad y Comunicación Infantil El Chupete 2006.



martes, 20 de julio de 2010

Signos de puntuación

Los signos de puntuación se usan en los textos escritos para intentar reproducir la entonación del lenguaje oral (pausas, matices de voz, gestos, cambios de tono, etc.) con objeto de interpretar y comprender correctamente el mensaje escrito. Los signos de puntuación, por lo tanto, nos permiten expresarnos con claridad y evitar interpretaciones diferentes del mismo texto. Por ejemplo, el sentido de la siguiente frase:

Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda.

Si usted es mujer, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra «mujer». Si usted es hombre, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra «tiene».

Según la Ortografía de la RAE (Real Academia Española) el español cuenta con los siguientes signos de puntuación:

Punto .
Coma ,
Punto y coma ;
Dos puntos :
Puntos suspensivos ...
Signos de interrogación ¿ ?
Signos de exclamación ¡ !
Paréntesis ( )
Corchetes [ ]
Raya —
Comillas « » " “ ' '

En los siguientes ejemplos los signos de puntuación valen mucho:

Perdón imposible, que cumpla su condena.
Perdón, imposible que cumpla su condena.

No, es verdad.
No es verdad.

El maestro dijo: «Javier es un burro».
El maestro —dijo Javier— es un burro.

EL TESTAMENTO

Se cuenta que un señor, por ignorancia o malicia, dejó al morir el siguiente testamento sin signos de puntuación:

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

El juez encargado de resolver el testamento reunió a los posibles herederos, es decir, al sobrino Juan, al hermano Luis, al sastre y a los jesuitas y les entregó una copia del confuso testamento con objeto de que le ayudaran a resolver el dilema. Al día siguiente cada heredero aportó al juez una copia del testamento con signos de puntuación.

Juan, el sobrino:

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan. No a mi hermano Luis. Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

Luis, el hermano:

«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¡A mi hermano Luis! Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

El sastre:

«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

Los jesuitas:

«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta al sastre? Nunca, de ningún modo. Para los jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo».

El juez todavía pudo añadir otra interpretación:

«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco. Jamás se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

Así que el señor juez, ante la imposibilidad de nombrar heredero, tomó la siguiente decisión:

«Por lo que no resultando herederos para esta herencia, yo, el Juez me incauto de ella en nombre del Estado y sin más que tratar queda terminado el asunto».

No dejes que otros interpreten tus ideas como ellos quieran, sino como tú las pensaste.

Al escribir, procura usar los signos de puntuación correctamente.


viernes, 16 de julio de 2010

Cuentos para “despertar” de Anthony de Mello

Anthony de Mello nació en Bombay, India, en 1931. Fue un sacerdote jesuita famoso por sus libros y conferencias de espiritualidad desde una perspectiva cristiana con aportaciones de otras tradiciones religiosas especialmente del hinduismo, el budismo y el islamismo.

Se formó como sacerdote jesuita en su India natal y se graduó en psicología en Estados Unidos.

De mente inquieta y casi revolucionaria, De Mello prosiguió su formación personal interesándose por diversas tradiciones religiosas asiáticas y del Medio Oriente. Captó enseguida que los cuentos y los pequeños relatos nacidos en la profunda noche de los tiempos como una forma de transmisión de enseñanzas, seguían siendo tan válidos y necesarios hoy en día como lo habían sido siempre. Es por ello que muchos de los libros que escribió De Mello fueron una recopilación y adaptación de estas enseñanzas de origen sufí y Zen, relatos del medio oriente, dichos y hechos que aparecen en las leyendas hindúes y también de las mismas enseñanzas cristianas y judías.

Falleció en Nueva York en 1987 de un ataque cardiaco fulminante. Sus restos descansan en el cementerio de la Iglesia de San Pedro en la cuidad de Bandra (India).

Obras de Anthony de Mello:

Contacto con Dios.

El canto del pájaro.

El manantial.

¿Quién puede hacer que amanezca?

Un minuto para el absurdo.

La oración de la rana.

Sádhana, un camino de oración.

Una llamada al amor.

Redescubrir La Vida o Medicina del Alma.

Caminar sobre las aguas.

Auto liberación interior.

Conversando con Juan Sánchez de la vida.

Posteriormente a la muerte de Anthony de Mello, en 1998, la Congregación para la Doctrina de la Fe (dirigida por el entonces cardenal Ratzinger) investigó sus escritos y calificó algunos de ellos como “incompatibles” con la fe católica.

Algunas ediciones de sus libros llevan una hoja de precaución que indica: “Los libros escritos por el padre Anthony de Mello fueron escritos en un contexto multirreligioso para ayudar a los seguidores de otras religiones, agnósticos y ateos en su búsqueda espiritual, y el autor no pretendió que fueran un manual de instrucciones sobre la fe católica en la doctrina y dogmas cristianos”.

“El Canto del pájaro” es la primera recopilación de cuentos que llevó a cabo Anthony de Mello. Son unas enseñanzas espirituales breves, recogidas en oriente y que ya se han convertido en un clásico en el mundo occidental. Se han traducido a 40 idiomas.

El común denominador entre todos estos cuentos breves —generalmente de una sola página— es su cualidad paradójica. Con ello, Toni pretendía ofrecer un revulsivo a las personas que sentían un interés en la espiritualidad, pero que tenían las mentes adormecidas; consciente del embotamiento que había producido en el cristianismo occidental décadas de formalismo moral y doctrinal, sabía que para que la fuente de los prodigios brotara de nuevo hacía falta remover los rescoldos del fondo del pozo. Y este es el efecto que producen sus narraciones: una confusión paradójica que apunta a un despertar.

Tarde o temprano estas enseñanzas tradicionales —y revolucionarias— encontraron sus detractores, que acusaron a De Mello de olvidar el aspecto formal de la religión cristiana para lanzarse a una exploración sin límites que diluía las enseñanzas de unas y otras religiones. Algo de cierto habrá en ello, pues algunos cuentos apuntan a un lugar que va más allá de la doctrina: abren un espacio al misticismo, en el que encuentran su fuente diversas tradiciones espirituales. Aun así, y quizás por este motivo, la aceptación popular de sus libros ha sido más que fenomenal: han sido traducidos a más de 40 idiomas de todo el mundo, y muchas personas, cristianas o agnósticas, han reconocido que Anthony de Mello tendió un puente espiritual entre oriente y occidente, un puente que tiene circulación en ambos sentidos.

Descubrí a Anthony de Mello hace algo más de un año gracias a Irene, una de mis compañeras de trabajo. Nada ocurre por casualidad.


lunes, 12 de julio de 2010

Los tres últimos deseos de Alejandro Magno

Alejandro Magno

  “Watermark”. Enya.

Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro Magno convocó a sus generales y les comunicó sus tres últimos deseos:

- Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.

- Que los tesoros que había conquistado (plata, oro y piedras preciosas), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba.

- Que sus manos quedaran balanceándose en el aire fuera del ataúd y a la vista de todos.

Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones.

Alejandro le explicó:

—Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos, ante la muerte, no tienen el poder de curar.

—Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.

—Quiero que mis manos se balanceen al viento para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías y con las manos vacías partimos.


domingo, 11 de julio de 2010

El ultimátum evolutivo

El ultimátum evolutivo es un cortometraje de animación con personajes de plastilina realizado por Pablo Llorens, ganador de dos Goyas, para SETEM (Servei Tercer Món, servicio tercer mundo) una ONG de Valencia.

Este corto forma parte de un proyecto de sensibilización que pretende concienciar sobre las consecuencias del consumo irresponsable y acercarnos a alternativas positivas y a nuestro alcance.

Nos muestra qué pensarían los marcianos o cualquier extraterrestre de nuestra forma de vida.

El profesor Setemius explica desde su programa “Grandes Documentales Marcianos” el dilema entre “Homo consumus” y “Homo responsabilus”.

El primero, el homo consumus, vive egoístamente en un ciclo consumista insostenible que despilfarra agua, energía y recursos, abusa de productos desechables, fomenta el comercio injusto, genera demasiados residuos y se alimenta de forma artificial.

El segundo, el homo responsabilus, vive de forma coherente con la nueva civilización con valores en la que prima el bienestar de la comunidad y la Naturaleza y donde los hábitos de vida son más ecológicos, locales, solidarios y naturales.

Según este profesor marciano, el paso de un modelo social a otro no es en absoluto traumático y está lleno de ventajas.

El corto nos recuerda también que los cambios individuales son la semilla de los colectivos y que todos los esfuerzos merecen la pena.



sábado, 10 de julio de 2010

Quince días en agosto

“15 días en agosto” es un corto creado en 2006 por Edu Glez de Tropo Films, en Adobe Premiere y Corel Photo Paint. El autor se ha encargado del guion, la dirección, el montaje, la producción y las ilustraciones.

La música es de Óscar Benas y la voz en off de un niño de cinco años llamado Pablo Álvarez. Ganó el primer premio del Certamen Triminuto UJA (Universidad de Jaén) 2006.

Al igual que en el cuento de Andersen “El traje del emperador” es un niño quien nos dice lo que no queremos ver: los adultos no somos ni felices ni tan inteligentes como creemos.

“Según los mayores, hay que hacerse adulto para entenderlo todo. Pero yo miro a la gente en la calle y no veo que sean felices. Sólo nosotros, sólo los niños disfrutamos de la vida. Es como si al cumplir los 18 todo el mundo perdiera la cabeza. Todos son caras largas, gruñidos y malas noticias”.

En tan sólo tres minutos, el niño protagonista hace una radiografía crudísima de sociedad en la que predomina la insatisfacción vital, el consumismo y el stress diario a cambio de pocas vacaciones anuales que suelen reproducir el estilo de vida del resto del año.

Visto así en la distancia, es realmente absurdo, pero, como lo hace la mayoría y ya tenemos deudas contraídas a todos los niveles, continuamos así por pura inercia o miedo.

El niño del vídeo no quiere ser adulto porque eso significa dejar de vivir para sobrevivir en un mundo de “mayores de edad”, que no de sabiduría. Él prefiere a Peter Pan, la fantasía, la reflexión y la Vida.

Yo me sumo a esa ideología de “Vivir con el corazón de un niño”: con libertad, escuchando nuestro interior, inventando nuestro propio camino, viviendo, tal vez, con menos pero mejor y, sobre todo, siendo mucho más felices y conscientes.

Esta sociedad corre para no llegar a ninguna parte…



jueves, 8 de julio de 2010

Cuando la naturaleza se enfada

Este cuento lo encontré en internet. En algunas páginas se atribuye, sin más, a un autor español de cuentos infantiles y en otras aparece un nombre: Juan Ruiz.

Hay veces —dijo el abuelo a su nieto— que la naturaleza parece como si se enfadara: el mar, que hasta ese momento estaba tranquilo, ahora se agita, se pone bravío y las olas chocan contra las rocas de la costa dejando una estela de espuma blanca. Otras veces una montaña desde las profundidades de la tierra, arroja piedras incandescentes y lava a la superficie. En algunas ocasiones la corteza terrestre se agrieta, todo se mueve y las casas y cuanto hay en la superficie se destruye o se deteriora según la intensidad del temblor de tierra.

—¿Sabes cómo se llaman estos fenómenos de la naturaleza?

—Sí —respondió su nieto—. Cuando sopla muy fuerte el viento sobre el mar, se produce una tempestad. Una montaña que arroja lava es un volcán. Y cuando la tierra tiembla es un terremoto.

—Se me olvidaba decirte también los daños que producen las lluvias torrenciales cuando se desbordan los ríos.

—Bien —dijo el abuelo— ¿tú crees que todos estos fenómenos de la naturaleza son inevitables?

—Pues yo creo que sí, que no se pueden evitar.

—Cierto. Siempre han existido. Sin embargo, el modo de vida en nuestra actual civilización ha aumentado los perjuicios de estos fenómenos a causa del cambio climático.

—¿Qué es el cambio climático, abuelo?

—El cambio climático es la respuesta de la naturaleza cuando se le trata mal. Es como si se enfadara mucho más que en tiempos pasados. La naturaleza reacciona de modo distinto al habitual cuando se le molesta arrojando a la atmósfera excesivos gases contaminantes; cuando se vierten a los ríos y a los mares desechos, petróleo y basura; cuando no se depuran las aguas que van a parar al mar o a los ríos; cuando se talan excesivos árboles de las selvas y los bosques provocando la desertización de la tierra y tantas y tantas agresiones. La naturaleza no tiene más remedio que reaccionar de forma distinta a como lo ha hecho siempre.

—Y ahora te voy a hacer otra pregunta —dijo el abuelo—: ¿a quién afecta más estos perjuicios cuando la naturaleza se enfada?

—Yo creo que a todas las personas, abuelo.

—Sí, pero sobre todo a los países más pobres.

—Es verdad —dijo el niño—. A veces veo en la televisión las víctimas que causan los terremotos o las riadas en los países pobres de Asia o África.

—Efectivamente, los países que más agreden a la naturaleza son los países más ricos pero las consecuencias negativas las sufren más los países pobres.


miércoles, 7 de julio de 2010

El señor de las tinieblas

Este cuento está incluido en el libro “Vivir es un asunto urgente” de Mario Alonso Puig.


 “Divano”. Era.

«En una ocasión, el Señor de la Tinieblas convocó en su tenebroso palacio a los más encarnizados enemigos del hombre y se dirigió a ellos de la siguiente manera:

—Llevo miles de años intentando destruir al hombre. Para ello, he creado todo tipo de conflictos y guerras, pero cuando parecía que al final lograba lo que tanto anhelo, aparecía Él y evitaba que el ser humano desapareciera de ese planeta. A veces aparecía disfrazado de sonrisa, otras de una mano amiga e incluso a veces de una simple palabra de consuelo y, sin embargo, a mí nunca me engañó porque supe que tras los mil disfraces se ocultaba mi más terrible enemigo, el Amor. Entregaré la mitad de mi reino a aquel de vosotros que me traiga el cadáver del Amor entre sus brazos.

Uno de aquellos siniestros personajes se abrió paso a golpes entre la multitud, se postró ante el Señor de las Tinieblas y gritó:

—Gran señor, yo soy quien te traerá el cadáver del Amor entre mis brazos, yo soy su enemigo natural, porque yo soy el Odio.

—Ve, amigo mío, y haz mi sueño realidad y gozarás de la mitad de todo mi reino.

En una esquina de aquel salón, oculto tras una columna, un personaje vestido de negro y con un gran sombrero que le tapaba el rostro esbozó una extraña sonrisa.

El odio partió ante la envidia de muchos. Los años pasaron y el Odio regresó cabizbajo y ante el Señor de las Tinieblas manifestó su derrota:

—No entiendo, gran señor, he creado desavenencias, malentendidos y todo tipo de agravios y cuando parecía que mi triunfo estaba cercano, aparecía Él, y al final todo lo suavizaba, todo lo arreglaba.

Tras el odio fueron la Pereza, la Rutina, La Desesperanza y muchos de los peores enemigos del hombre y, sin embargo, todos ellos al final fracasaron.

Súbitamente, se abrió paso entre la multitud aquel silencioso personaje que vestía de negro y que tenía un sombrero que le tapaba el rostro.

—Yo soy quien te traeré el cadáver del Amor entre mis brazos.

—Todos antes que tú han fracasado y tú, a quien ni siquiera conozco, pretendes triunfar. No me importunes, todo está perdido.

Aquel extraño personaje partió.

Pasaron años y de repente se presentó ante el Señor de las Tinieblas con el cadáver del Amor entre sus brazos.

—Lo has logrado, has conseguido lo imposible, tuya es la mitad de mi reino, pero, por favor, antes de partir dime quién eres.

Aquel personaje se quitó solemnemente su gran sombrero y con un susurro que, sin embargo, hizo temblar a todos los presentes, dijo:

—Yo soy el miedo».