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martes, 31 de diciembre de 2019

El poder de cambiar

Felicitación del Año Nuevo 2020



Fuente: “El poder de confiar en ti” de Curro Cañete.

¿Te has preguntado alguna vez cómo es posible que haya personas con historias tremendas, orígenes humildes y pasados terroríficos que han logrado inspirar al mundo entero? O, al contrario, ¿cuál es la razón por la que individuos que disponían de todas las facilidades para triunfar y hacer lo que les diera la gana tiraron su vida por la borda? Evidentemente, las decisiones que tomaron sobre sus vidas les llevaron a destinos diferentes.

El ser humano tiene el poder de cambiar cualquier aspecto de su vida y, de hecho, hoy se sabe científicamente que, cuando cambias tus pensamientos, las conexiones entre tus neuronas varían y tu cerebro se transforma.

Millones de personas en el mundo han logrado transformar su mente y han dejado atrás, de forma concreta y medible, los hábitos que les estaban arruinando la vida. Tú también puedes. Para utilizar este poder, debes creer en él y convencer a tu mente de que ese cambio es posible y tomar decisiones diferentes a las habituales. Quizá te dé miedo o pereza, pero el reloj sigue avanzando…

Para despertar la fuerza interior que cambiará tu vida, tienes que hacerte responsable de todo lo que suceda en ella. Cuando seas consciente de que lo que has creado en tu vida, en buena medida, ha dependido de cómo has pensado y actuado, se abrirá la puerta a la esperanza: podrás cambiar desde ese momento. Nunca es tarde. Cuanto más tiempo haya pasado, más te costará tomar las riendas de tu vida, pero los cambios positivos aparecerán desde el mismo momento en que te pongas manos a la obra y dejes de culpar a los demás y a las circunstancias.

Es cierto que sentimos alivio cuando echamos la culpa a otros, y también cuando alguien que nos aprecia nos consuela diciéndonos que tenemos razón, pero ese alivio es pasajero y nos condena a ser víctimas de las circunstancias.

Esto no significa que debas soportarlo todo. En ocasiones tendrás que “dejar ir”, sin juzgar ni culpar, a las personas con las que mantienes una relación tóxica y seguir tu camino.

El primer paso será clarificar qué esperas de la vida, hacia dónde quieres ir. Si naciste con alguna ventaja (de entorno, dinero, talento…), harás bien en sacar partido de ella, pero no olvides que muchas personas consiguen, cuando todo parece estar en su contra, superar sus limitaciones iniciales y elevarse por encima de sus circunstancias. Son ejemplos que demuestran que dentro del ser humano hay una fuerza ilimitada.

Que no te quede ninguna duda de que no importa de dónde procedas ni cuáles sean tus orígenes o circunstancias para que puedas mejorar tu vida hasta transformarla por completo.



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- Decálogo de libertad (2018)
- Te desafío (2017)
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domingo, 29 de diciembre de 2019

Todos tenemos un Ángel

Desde pequeños, se nos dice que todos tenemos un Ángel que vela por nosotros día y noche. Es nuestro Ángel de la guarda o custodio. Sin embargo, hay otros ángeles, tú puedes ser uno, que tienen nombre y apellidos…

En enero de 2019, Cáritas Diocesana de Barcelona, para conmemorar su 75 aniversario, llevó a cabo la campaña “Todos tenemos un Ángel de la guarda” realizada altruistamente por la empresa Ogilvy Barcelona que, anualmente, pone sus recursos al servicio de causas solidarias.

En el anuncio, inspirado en la película “City of Angels”, un hombre de unos 50 años busca trabajo sin expectativas. Un día, algo cambia y “alguien” le hace recuperar la confianza en sí mismo.

Cáritas viene siendo “el ángel” de aquellas personas que, por diversas circunstancias de la vida, han perdido la esperanza, pero, en realidad, este “ángel” lleva el nombre de todos y cada uno de sus socios, donantes y voluntarios.

La campaña, que apuesta por un enfoque social, también va dirigida a los no creyentes: “Aunque no creas, todos tenemos un Ángel”.

Debido al éxito de esta campaña, “Cáritas España” ha presentado la de Navidad de 2019 con el lema “Todos tenemos un ángel, especialmente en Navidad”. Con ella se pretende despertar a ese “ángel” que todos llevamos dentro, capaz de conmoverse y sentir el dolor y el sufrimiento de los demás.

Todos esos “ángeles”, que eligen caminar junto a quienes tienen su dignidad más maltratada, han hecho posible que, en el último año, Cáritas haya destinado, procedentes de donaciones privadas, 258 millones de euros a sus distintos programas sociales.

Todos tenemos un ángel, especialmente en Navidad.


martes, 24 de diciembre de 2019

Destinado/a a ser luz

Felicitación de Navidad del año 2019

 “Suo Gân” (Canción de cuna). Banda sonora de la película “El imperio del sol”.


Autor: Darío Lostado

«A veces parece que todos los caminos se cierran, que la noche es eterna, que el invierno ha congelado los corazones, que no existen más rosas, que tu destino son lágrimas, que no hay sino soledad para ti, que han desaparecido las estrellas, que la sonrisa se apagó sobre la tierra, que los días son cortos y lluviosos, que las noches son interminables y sin luna, que no hay espacio alguno para tus pies, que no hay salida en la calle de tu vida, que la indiferencia y la desilusión aprisionan tu corazón...

Pero aún entonces puedes confiar que tú eres un camino eterno y abierto, que tú eres un día luminoso, que en tu alma no hay estaciones, solo las hay en tu mente, que hasta en el desierto más árido y seco hay una flor, que las lágrimas como el agua, dan vida y fecundidad, que tú eres el mejor amigo de ti mismo, que tu alma es un cielo lleno de luz y de estrellas, que dentro de ti el rostro de la vida sonríe, que en ti está el sol radiante, solo es noche si le das la espalda, que el mundo es ancho y no ajeno, sino tuyo porque tú eres el mundo, que norte, sur, este y oeste son puntos para tu elección, que tú eres amor pleno.

Estás destinado a dar, más que a recibir. Ten confianza porque, aunque tu mente te hable de puertas cerradas y de soledad, ese es un engaño temporal y pasajero. Tú estás destinado a ser luz para muchos que necesitan de tu luz y de tu amor. No te quedes encerrado en tu rincón. Haz que hoy sucedan cosas buenas».



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- Carpe Diem (2017)
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- Compasión en la Tierra (2015)
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domingo, 22 de diciembre de 2019

Volver a casa por Navidad

 “I'll be home for Christmas”. Susan Boyle.

Estaréis en casa por Navidad.

El camino de vuelta es largo, pero, os lo prometo, estaréis en casa por Navidad.

La he adornado con bonitos motivos navideños y he preparado regalos junto al árbol. Ha dejado de nevar y ha salido el sol en mi corazón.

Cuento con vosotros.

En Nochebuena, nos encontraremos donde brilla la luz del amor.

Estaréis en casa por Navidad.

… Aunque solo sea en mis sueños.


viernes, 20 de diciembre de 2019

Por siempre joven

Felicitación de Navidad del año 2019 para los seguidores del blog

 “Forever young” (“Por siempre joven”). (Bob Dylan). Pete Seeger.

“Que Dios te bendiga y te proteja siempre.
Que todos tus deseos se hagan realidad.
Que ayudes siempre a los demás y dejes que los demás te ayuden.
Que construyas una escalera hacia las estrellas y subas todos los peldaños.
Que te mantengas joven por siempre”.
Bob Dylan: “Forever young”.


Quiero felicitar, un año más, con mis mejores deseos y unas píldoras de sabiduría, a todas las personas que siguen el blog “Si yo cambio, todo cambia” a través de Blogger, Facebook, Twitter, Pinterest o correo electrónico.

Fuente: “Los 88 peldaños de la gente feliz” de Anxo Pérez.

«Aprendí que todo pájaro que nace enjaulado cree que volar es de locos. Y que, curiosamente, el lugar más peligroso para un ave es su propio nido, ya que es el único sitio donde nada sucede.

Aprendí que no debes buscar el éxito para ser feliz, sino que debes buscar ser feliz, y eso será tu éxito.

Aprendí que por cada persona dispuesta a inflar un globo hay mil dispuestas a pincharlo. Y que aun así deberíamos inflar ya no un globo, sino mil.

Aprendí que no envejeces el día que pruebas cosas nuevas, sino el día que decides dejar de probarlas. Y que nunca se es demasiado viejo para fijar un objetivo nuevo ni demasiado joven para empezar a conquistarlo.

Aprendí que hay una cosa que pesa más que hacer y fracasar: no hacer y lamentarse. Y que no hay que buscar cómo cambiar el pasado, sino cómo crecer gracias a él.

Aprendí que no es valiente el que salta sin tener miedo, sino el que salta a pesar de tenerlo. Y que mil días que te quedas en la orilla analizando el océano valen menos que un solo día en que echas a la mar.

Aprendí que un camino con derrotas es una escuela de victorias. Y que cada fracaso es un paquete con un lazo, dentro del cual se esconde una enseñanza con tu nombre.

Aprendí que no hay que trabajar tan poco que no te llegue para vivir, pero tampoco tanto que vivas para trabajar. Y que si la vida te sonríe con dinero, ganas más no cuando lo usas para agrandar tu casa, sino cuando lo usas para aumentar tu huella.

Aprendí que las grandes personas son aquellas que, aun sabiendo que es su último día en la Tierra, deciden plantar un árbol. Y que no es ciego quien no ve, sino aquel que, aun pudiendo ver, decide no mirar.

Aprendí que no hay nada más bonito que no te llegue el tiempo que pasas con la persona con la que pasas más tiempo. Y que el amor o el talento son como las plantas: no es que hayas dejado de tenerlos, es que has dejado de regarlos.

Aprendí que el día que pierdes tu parte humana tal vez no pierdas el éxito, pero dejará de valer la pena. Y que la vida es como un espejo... Cada vez que le regalas tu sonrisa, te la devuelve».

¡FELIZ NAVIDAD!


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- Hay que sembrar (2017)
- Sentir la vida (2016)
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miércoles, 18 de diciembre de 2019

Un cuento por Navidad (II): Navidad en la granja

Cuento para niños y no tan niños


Fuente: “El país de los colores” de Eric Larreula. (Adaptación).

Una vez, por Nochebuena, en una granja, el gallo convocó a todos los animales a una reunión urgente, porque tenía que comunicarles una cosa importante.

Asistieron todos: el pavo, la gallina, el cerdo, la oca, el conejo, el caballo, el cordero, el pato, la cabra, la vaca y el burro; y cuando todos estaban allí reunidos, muy atentos y formales, esperando a que el gallo les hablara, este les dijo.

—Queridos compañeros, os he reunido aquí porque se me ha ocurrido una idea genial.

—¿Qué idea? —exclamaron todos entusiasmados.

—¿Sabéis que mañana es Navidad? —les preguntó.

—Hombre, claro que lo sabemos —respondió el cordero—, ¿cómo quieres que los animales de granja no sepamos estas cosas? ¡Bastante pena tenemos!

—Mi idea —continuó el gallo— en que también nosotros podemos celebrar la Navidad.

—¿Celebrar la Navidad? —preguntaron todos un poco extrañados—. Los animales no celebramos las cosas. ¿Cómo podemos celebrarla?

—Pues yo digo que sí que la podemos celebrar. Y para celebrarla, propongo que organicemos una gran fiesta —respondió el gallo—. No me diréis que no es una gran idea.

—¿Una gran fiesta? —gritaron todos a la vez.

—Por supuesto —continuó el gallo—, tal como lo hacen las personas. Por Navidad preparan unas comilonas increíbles. Nosotros podemos hacer lo mismo. Por Navidad no comeremos ni grano, ni pienso, ni otras porquerías de esas que nos dan. ¡Que se note que es una fiesta! Así, al menos una vez al año, comeremos como Dios manda. Comeremos barquillos y turrones, y beberemos cava y vino dulce y…

Mientras el gallo iba hablando a todos les brillaban los ojos de alegría. Finalmente, sin dejarlo terminar, exclamaron a la vez:

—¡Bravo!

—¡Caramba! —dijo el burro—, esta sí que es una gran idea.

Y más contentos que unas castañuelas corrieron a decorar un árbol que había en la entrada del gallinero para crear un poco de ambiente navideño. Cuando acabaron, lo miraron y exclamaron:

—¡Oh, qué bonito!

—Ahora tenemos que preparar la comida para mañana —dijo el gallo muy satisfecho.

—Primero podemos preparar una sopa —propuso la vaca.

—Esto empieza a animarse —exclamó el cerdo lamiéndose el morro.

—Pues tendremos que matar a la gallina —añadió la vaca—, porque para la sopa se necesita caldo de gallina.

—¿Matar a la gallina? —preguntaron todos.

—Naturalmente —continuó la vaca—. Si no, la sopa no quedará buena.

—¡Ni se os ocurra! —replicó la gallina indignada—. Al primero que se atreva a tocarme una pluma se acordará de mí toda su vida. Será posible…

—Bueno mujer, no te enfades, que no es para tanto.

—Pasemos al segundo plato —continuó la vaca—. Propongo que hagamos pavo relleno de ciruelas.

—¡Bien! —gritaron todos menos el pavo, que dijo:

—¡Qué chiste más gracioso! ¡Ya os cuidaréis de tocarme!

—Venga, chico, es un plato muy típico de Navidad —dijo el caballo para intentar convencerlo.

—Pues podríamos comer pollo al horno —replicó el pavo—, que también es un plato muy típico.

—Ah, pues no estaría mal —respondieron todos menos el gallo, que dijo muy indignado:

—¡De ninguna manera! ¡Desagradecidos! ¿No se os ocurre otra cosa que pensar en desplumarme?

—De acuerdo, de acuerdo —dijo la vaca, no os peleéis, por favor, que si no, aguaremos la fiesta.

—Pues tendremos que matar al cordero y al cerdo —dijo la cabra.

—¡Sí, hombre! —exclamó el cerdo dispuesto a pelearse con el primero que se le acercara.

—No pensaba yo en otra cosa ... —añadió el cordero desafiante.

—Lo que ocurre es que tenéis poco espíritu de colaboración —dijo la oca.

—¡Tú calla! —replicó el cerdo—, que todavía comeremos canapés de foie-gras para el aperitivo.

Y a partir de aquel momento se organizó un jaleo monumental, donde nadie escuchaba lo que se decía.

—¡Vale ya! —gritó el conejo con energía—. Así no haremos nada. Señores, propongo que pasemos directamente a los postres y comamos barquillos y turrones remojados con un buen vino dulce.

Y así se hizo. Al acabar, el gallo pidió la palabra y dijo que querer celebrar la Navidad con una gran comilona, como hacen las personas, no era tan buena idea porque después de todo, donde esté un buen pienso…

Todos se abrazaron conmovidos y gritaron:

—¡Que recite el verso!

Y el gallo, sin poder disimular la emoción, se subió a una silla y, con lágrimas en los ojos, dijo:

“Ahora, lleno de felicidad,
sé que no es necesaria
una buena comilona
para celebrar la Navidad.
Es mejor que vivamos unidos
y no acabar como enemigos”.

Todos saltaron de las sillas, se fundieron en abrazos y besos y deseos de una feliz Navidad y un próspero Año Nuevo.


viernes, 13 de diciembre de 2019

El “Santo de los pinceles”


Fuente: “101 cuentos clásicos de la China”. Recopilación de Chang Shiru y Ramiro Calle.

Xian Zhi era hijo del famoso calígrafo Yi Zhi. Cuando su padre trabajaba en el estudio, el pequeño solía contemplar cómo trazaba los ideogramas en el papel de arroz. Con los pinceles chorreando tinta, el artista plasmaba espíritu y personalidad en los papeles. Poco a poco, el hijo también adquirió el hábito de escribir. A los pocos meses progresó tanto que los amigos y vecinos empezaron a alabarlo sin cesar. El pequeño se sentía engreído creyéndose ya un buen calígrafo.

Cierto día escribió una docena de caracteres y se los mostró a su padre, esperando de él un generoso elogio. Después de examinarlo un momento, el famoso calígrafo, que se había dado cuenta de la vanidad de su hijo, no hizo ningún comentario. Cogió el pincel y agregó un pequeño trazo en un ideograma, convirtiéndolo en otro carácter distinto, y le dijo:

—Enséñaselo a tu madre, a ver qué dice.

El pequeño fue a buscar a su madre en espera de un juicio alentador.

—Mamá, ¡mira lo que he escrito! Se parece al estilo de mi padre, ¡a que sí!

Aunque la señora no era calígrafa, entendía la técnica de ese arte y solía emitir unas opiniones muy acertadas al respecto. Después de mirar durante un instante la obra de su hijo, le dijo:

—Has progresado, pero te falta mucho para conseguir el brío y la perfección de su caligrafía. En este carácter que has escrito, solo este trazo se parece mucho a su estilo, y lo demás no tiene nada que ver señaló, poniendo el dedo justo en el trazo que acababa de agregar el calígrafo.

Avergonzado, el niño se dirigió a su padre y le preguntó:

—Después de tantos días de práctica, ¿por qué no he podido dominar aún el secreto de tu arte?

—Es muy sencillo, hijo, ¿ves las tinajas que hay en el patio? Cuando empecé a aprender la caligrafía, me dijeron que había que llenar de agua las dieciocho tinajas. Y el día que se agotara el agua haciendo tinta para los ejercicios, sería un buen calígrafo. Lo hice, por eso escribo mejor.

Sin decir una palabra más, el niño entendió perfectamente. Corrió hacia el patio y durante toda la mañana estuvo trabajando para llenar de agua aquellas enormes tinajas. Se puso a practicar día y noche.

Veinte años después, cuando agotó la última gota del agua, llegó a tal dominio de la caligrafía china que fue consagrado como el «Santo de los Pinceles».


domingo, 8 de diciembre de 2019

Magníficat

Hoy, día de la Inmaculada, quiero presentaros mediante un vídeo, un año más, y ya van ocho, el belén de mi casa. A los que ya lo conocéis de otros años, no quiero cansaros repitiendo su descripción y características. A los que lo veis por primera vez, si os interesa, podéis encontrarlas expuestas en las entradas de años anteriores. Sus enlaces están al pie de esta entrada, en el índice de la etiqueta “El Espíritu de la Navidad” o en el Índice general del blog.

Vengo teniendo por costumbre, desde hace cinco años, dar a la entrada el mismo título que el de la música de fondo del vídeo. Este año le da nombre la segunda pieza musical incluida en él: “Magníficat” de Michel Pépé.

El Magníficat es el canto de acción de gracias a Dios, que María pronunció cuando visitó a su prima Isabel. Aparece recogido en el Evangelio de Lucas (1: 46-55).

Magnificat, en latín, significa “alaba”. Al cántico se le dio este nombre, porque sus primeras palabras son “Magnifĭcat anĭma mea Domĭnum” (Alaba mi alma al Señor).

En el Magníficat, María, una joven hebrea, inteligente, reflexiva, conocedora de la historia y tradiciones de su pueblo y de las lecciones sobre la Torah que se impartían en la sinagoga, alaba a Dios por haberla elegido como madre de Jesús y le da las gracias por su divina Providencia y por haber cumplido las promesas hechas a los seres humanos. Dado que las palabras de María en los Evangelios son escasas, este himno es el mejor retrato que tenemos de Ella y nos permite conocer sus sentimientos ante la grandeza de lo que le estaba ocurriendo.

En el canto, de gran belleza, en realidad, María dice pocas cosas nuevas. Casi todas sus frases encuentran numerosos paralelos en los salmos y en otros libros del Antiguo Testamento. Sus sencillas palabras, sin alardes literarios, son un anticipo de las bienaventuranzas.

Creo que, en el fondo, he elegido este tema musical, porque el Magníficat es, ante todo, un estallido de alegría tranquila, serena, equilibrada, propia de quien sabe reflexionar, guardarlo todo en el corazón... y callar.

A ver si os gusta...

Música: “I feel you” y “Magníficat” de Michel Pépé.


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- Un soplo de aire fresco (2018)
- Meditando con Dios (2017)
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miércoles, 4 de diciembre de 2019

La mujer perfecta


Cuento sufí

Nasrudín conversaba con un amigo.

–Entonces, ¿nunca pensaste en casarte?

–Sí pensé –respondió Nasrudín–. En mi juventud, resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco, y conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo.

Continué viajando, y fui a Isfahán; allí encontré una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita.

Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa y conocedora de la realidad material.

–¿Y por qué no te casaste con ella?

–¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto.

Al aceptar que todos somos perfectos tal como somos, ya no habrá necesidad de buscar la perfección lejos.


sábado, 30 de noviembre de 2019

Escapa de tu cárcel

El pasado 16 de noviembre la marca “Ruavieja”, de origen gallego, famosa por sus licores tradicionales, hizo pública su campaña de publicidad de Navidad de este año.

El anuncio, un cortometraje en blanco y negro en el que se intercalan escenas retrospectivas en color, ha sido creado por la agencia publicitaria Leo Burnett. Un año más, y ya van tres, utiliza el lema: “Tenemos que vernos más”.

Con este anuncio de Navidad, “Ruavieja” vuelve a hacernos reflexionar sobre la importancia de las relaciones y los encuentros.

Uno de los grandes males de nuestro tiempo es que nos encerramos en cárceles que nosotros mismos creamos y que nos alejan de hacer las cosas con las que disfrutamos. Hay muchas cárceles: la rutina, la disciplina, la falta de flexibilidad, el orgullo, la timidez… Sin embargo, son cárceles irreales, pues siempre han tenido las puertas abiertas.

Las Navidades pasadas, el anuncio titulado “El tiempo que nos queda” arrasó en los festivales de publicidad. La impactante campaña publicitaria pretendía concienciarnos de la necesidad de dedicar más minutos a aquellos que de verdad importan, recordándonos que un día no estarán.

El estrés diario, las redes sociales y un ritmo de vida acelerado han ido haciéndose, silenciosamente, con el tiempo que antes dedicábamos a nuestras relaciones personales. Los seres humanos no estamos programados para pensar cuánto tiempo de vida nos queda. Por eso, continuamos aplazando las cosas, pensando que el tiempo es infinito. Si fuéramos conscientes de ese tiempo, ¿cambiaríamos nuestro comportamiento y prioridades?

En las Navidades de 2017, la marca nos invitó, por primera vez, a reencontrarnos con las personas que no veíamos hace tiempo.

Os dejo los tres anuncios, empezando por el actual, en el siguiente vídeo.

Estar y disfrutar con la gente que nos importa, es una decisión únicamente nuestra. Si así lo hiciéramos, nuestra sociedad sería mejor y más humana.


lunes, 25 de noviembre de 2019

Hacer de la adversidad un reto

Fuente: “Kintsukuroi” de Tomás Navarro.

Cuando la adversidad llega a nuestras vidas, se activa una señal de alarma que pone en estado de alerta nuestro cuerpo.

El sistema nervioso simpático se activa y provoca una serie de cambios a nivel hormonal que repercuten en lo que pensamos, hacemos y sentimos.

El cuerpo se estresa, suben los niveles de cortisol y adrenalina, y perdemos el equilibrio tan necesario para poder pensar con perspectiva.

Pensamos peor, ya que nos focalizamos en evitar la adversidad o en huir lo más rápido posible de ella.

La adversidad se sitúa en el centro de nuestra vida, reclama toda nuestra atención y no nos permite disfrutar de las pequeñas alegrías cotidianas.

Pero ¿qué ocurre cuando convertimos la adversidad en un reto?

Cuando eliminamos el componente de amenaza en nuestras valoraciones, nuestro cerebro activa todas las funciones superiores y las pone al servicio de nuestra misión: afrontar un reto.

Nos gustan los retos, nos gusta superarnos, nos gustan los logros. Ante un reto nos excitamos, nos activamos y somos capaces de desarrollar habilidades que no sabíamos que teníamos.

Tengamos siempre presente que ante la adversidad pensamos peor, pero ante un reto siempre pensaremos mejor.


miércoles, 20 de noviembre de 2019

El valor del esfuerzo


El niño que encontró la luz

Adaptación de un cuento popular chino.

Hace mucho tiempo, en una remota aldea de China, vivía un chico llamado Huang. Su familia era muy pobre y vivían en una cabaña sin luz.

Huang era bueno, inteligente y estudioso. Todos los días, después de salir de la escuela, ayudaba a sus padres con las tareas del campo hasta que el sol se ponía. Por tanto, no le quedaban horas de luz para poder estudiar.

Huang estaba muy preocupado, pues se acercaba la época de los exámenes y sabía que si no estudiaba no podría aprobar.

Una noche de invierno, vio como la nieve reflejaba una tenue luz y así, todas las noches salía de la casa, se sentaba en el suelo helado y, aunque el frío era intenso, aprovechando la claridad de la nieve, estudió durante todo el invierno.

Cuando llegó la primavera la nieve se derritió, pero el bosque se llenó de luciérnagas y su luz le permitía seguir estudiando por la noche.

Pasaron, así, los años y Huang se convirtió en un eminente erudito y llegó a ser un importante mandarín que sacó a su familia y a su aldea de la pobreza.


viernes, 15 de noviembre de 2019

Unidos por un décimo

Anuncio de la Lotería de Navidad 2019

“Unidos por un décimo” es el título de la campaña publicitaria de la Lotería de Navidad de 2019 que, como todos los años, nos emocionará y tocará nuestra fibra sensible. El lema, en esta ocasión, es “El sorteo que nos une” e insiste, un año más, en la idea de que cuando se comparte un décimo de lotería, se comparte mucho más…

Como novedad, este año se ha prescindido del tradicional cortometraje y serán cuatro anuncios. Se trata de cuatro historias realistas, sencillas y cotidianas y sus protagonistas son gente de la calle. Por tal motivo, nos veremos reflejados fácilmente en ellas.

En esta ocasión, no hay grandes y artificiosas producciones. Lo importante es el mensaje cargado de ternura, afecto, generosidad, gratitud y esperanza. En las historias no falta, además, el sentido del humor.

Los anuncios, rodados en diferentes barrios de Madrid y en Fuenlabrada, han sido realizados por la agencia Contrapunto y la productora Pueblo Films. Especial importancia han tenido este año los actores: Ramón Barea, Lorena López, María Morales, Juan Manuel Lara, Bárbara Santacruz, Edgar Costas, Mauro Muñiz, Diego Olivares y Natalia Hernández.

La primera historia, está protagonizada por Pilar y Félix que, hasta hace poco, han sido nuera y suegro. Félix, aunque Pilar y su hijo se hayan divorciado, decide visitarla y compartir con ella un décimo de lotería.

El segundo anuncio, “Emilio y Gloria”, cuenta la historia del dueño de una empresa familiar que se jubila y le deja el negocio a su hija.

“Carmen y Víctor” nos narra la historia entre un celador y una mujer enferma.

Por último, “Ramón y Jose” se desarrolla en una comida familiar en la que el padre no termina de ver con buenos ojos al nuevo novio de una de sus hijas.

En total, la campaña navideña, para televisión, radio y medios digitales, ha costado 800.000 euros.

La lotería de Navidad es una tradición que nos une desde 1812 y la podemos considerar un elemento simbólico de cohesión social.


miércoles, 13 de noviembre de 2019

El juego de la vida

Fuente: “Rompe con tu zona de confort” de Gregory Cajina.

En la vida, lo que aparenta ser una pérdida puede ser el dolor necesario previo al alumbramiento de una nueva vida. ¡Cuántos deseos que no fueron concedidos han dado espacio a la manifestación de vidas muy superiores a la imaginada! Por el contrario, lo que aparenta ser un golpe de fortuna puede encerrar un caramelo envenenado.

La vida nos reparte unas cartas en nuestro primer aliento sobre este planeta y nos invita a acercar la silla, a remangarnos y jugar la partida que corresponda. Cada partida es única, diferente. Los jugadores se arremolinan alrededor de la mesa tentados a jugarse lo mínimo posible para ganar el máximo a los demás. Todo podrá valer, incluso las trampas, mientras no sean desenmascaradas. Sin embargo, con la ceguera de un ego desbocado por ganar, pocos se darán cuenta con el tiempo de que realmente no importa el juego ni cuántos jugadores acerquen o separen su silla a un tapete donde caben todos y uno más, pues la partida no es contra los otros.

Es contra uno mismo.

Y cuando comenzamos a dominar una modalidad de juego, el crupier repentinamente cambiará mesa, tapete y baraja, pero nos invitará en silencio a seguir jugando, a continuar arriesgando, ganando o perdiendo/aprendiendo, aunque no tengamos ni la más remota idea de quién diablos ha establecido las reglas de ese dichoso juego.

En el juego de la vida no importa con qué cartas nacemos. Importa cómo jugamos con las que nos han tocado y nuestra destreza en mejorar nuestra mano para ganar o aprender en cada ronda.

Periódicamente, quizá como un guiño o un respiro mientras dure la velada, nuestro discreto crupier nos ofrecerá una partida rápida de nuestro juego favorito o aquel en el que triunfamos hace tiempo, tan solo para terminar de cimentar el viejo aprendizaje, la lección casi olvidada.

Los avatares de la vida compondrían un sinuoso gráfico en un osciloscopio: ni todo lo que va bien irá siempre hacia arriba en esa pantalla fluorescente, ni todo revés será definitivo. Salvo que así lo decidamos y devolvamos las cartas al anónimo repartidor, quien, no obstante, no las reintegrará al mazo: más bien las apartará con cuidada precisión para no mezclarlas con las que no nos corresponden, aguardando pacientemente y en silencio a que aceptemos el reto de no desistir, un día más, un año más, una vida más, en pos de nuestra mejor partida.

Las cartas aguardan sobre la mesa.


viernes, 8 de noviembre de 2019

El árbol de los problemas


Adaptación del cuento, de autor/a desconocido/a, incluido en el libro “Cuentos con alma” de Rosario Gómez.

El carpintero que había contratado para que me ayudara a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro día de trabajo: su cortadora eléctrica se estropeó y le hizo perder una hora de trabajo y al finalizar la jornada, su viejo camión se negó a arrancar. Me ofrecí a llevarlo a su casa. Todo el camino estuvo en silencio.

Cuando llegamos, me invitó a conocer a su familia y, antes de llegar a la puerta, se detuvo frente a un pequeño árbol y tocó las ramas con las manos.

Cuando abrió la puerta, su cara se transformó y dibujó una gran sonrisa. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.

Al marcharme, me acompañó hasta el coche. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté por qué había tocado sus ramas.

—¡Oh!, es mi árbol de los problemas —contestó—. No puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero esos problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que, simplemente, los cuelgo en el árbol, cada noche, cuando llego a casa. Luego, a la mañana siguiente, los recojo otra vez. Lo bueno es —dijo sonriendo— que siempre hay menos de los que colgué la noche anterior.


domingo, 3 de noviembre de 2019

Efectos letales del estrés


Fuente: “El poder de confiar en ti” de Curro Cañete.

El estrés ha sido definido por la OMS como una “epidemia mundial”. El consumo de antidepresivos y ansiolíticos se ha triplicado en los últimos diez años y la depresión severa se ha convertido en una de las principales causas de enfermedad en el mundo.

El estrés solo tiene sentido en situaciones de emergencia, cuando nuestro cuerpo debe actuar rápidamente ante un peligro real e inminente.

En la sociedad en la que vivimos no hay demasiados peligros verdaderos, pero se dan constantes situaciones de falsa emergencia a lo largo del día: llamadas laborales que nos sacan de nuestras casillas, mensajes molestos, plazos que van a vencer, impuestos, facturas que pagar. En definitiva, pequeños o grandes sustos cotidianos y un montón de situaciones de mayor o menor importancia que muchas veces arruinan nuestro bienestar.

El estrés dispara emociones tóxicas como la rabia, la impotencia, la venganza, la envidia o la culpa. Un estrés sostenido en el tiempo trae desastrosas consecuencias para la salud de mente y cuerpo.

Cada vez que nos estresamos perdemos la homeostasis (el equilibrio corporal). Esta se altera constantemente y eso tiene consecuencias graves para la salud.

Si las hormonas que deben salvarnos de un peligro real se liberan todos los días en diversas situaciones, en vez de liberarse ocasionalmente, si vivimos de forma permanente en estado de emergencia hasta el punto que necesitamos pastillas para dormir, tarde o temprano enfermaremos.

El cuerpo invertirá toda la energía en apagar esos fuegos cotidianos que nos estresan en vez de dedicarse a reparar las células y mantener la salud. Cuando esto sucede, las células “enloquecen” y dejan de funcionar de forma armónica y organizada entre ellas, formándose un caos interno nada recomendable y el sistema inmune, tan necesario para alejarnos de las enfermedades, se debilita.

Siempre que tienes miedo es porque piensas que algo malo puede suceder en el futuro o que se va a repetir algo del pasado. El miedo no puede existir cuando estás en el aquí y ahora.

Por eso, lo más importante cuando sintamos los primeros indicios del estrés es calmarnos y volver al presente. Podemos lograrlo pensando y diciéndonos cosas agradables, olvidando lo que tanto nos preocupa (Ver entradas “Gestionar el estrés” y “Orígenes del distrés” de este blog). Algunos ejercicios de minindfulness puede ayudarnos a reducir el estrés.

Si tienes miedo a lo que vendrá, vuelve al presente.

Si tienes miedo a que se repita lo que pasó, vuelve al presente.

Ven aquí, ven ahora, y el miedo desaparecerá.


martes, 29 de octubre de 2019

“Don Juan Tenorio” para niños/as

La indignación que, por estas fechas, siento ante la fuerza con la que se ha introducido en España Halloween, tal vez sea síntoma de que me estoy haciendo vieja… Hace algún tiempo oí decir al periodista Iñaki Gabilondo que “Quien se escandaliza ante lo nuevo, demuestra que se está haciendo viejo, pero quien defiende cualquier cosa que sea nueva demuestra su estupidez”.

Con esta entrada quiero reivindicar, como siempre, a mi manera, la celebración del Día de Todos los Santos, desde nuestra propia cultura, siguiendo nuestras tradiciones y costumbres.

En ella incluyo parte de una actividad que he diseñado para realizarla en el aula con varios grupos de alumnos/as de mi colegio. A lo mejor, alguien la encuentra en la red y le sirve de inspiración y base para trabajar en la escuela “Don Juan Tenorio”. Son muchas las posibilidades dependiendo de la edad de los alumnos/as: un cuentacuentos, una tertulia dialógica, un debate sobre igualdad...

Solo espero que don José Zorrilla me perdone…

“DON JUAN TENORIO” PARA NIÑOS/AS

«La historia que os voy a contar, como si de un cuento se tratara, se titula “Don Juan Tenorio”. Pertenece a una obra de teatro que, en verso, escribió José Zorrilla el año 1844. Tradicionalmente, se suele representar el día 1 de noviembre, Día de Todos los Santos. El final de la obra sucede en un cementerio y aparecen algunos fantasmas, pero no dan miedo y la historia tiene un final feliz.

Antes de contaros nada, quiero que veáis este vídeo. Su música es muy bonita. Solo quiero que os metáis un poco en la época en la que ocurrió esta historia, pues han pasado ya muchos años y han cambiado las costumbres. Observad a los actores y actrices que aparecen en el escenario del teatro: cómo son, cómo van vestidos, cómo se mueven, sus gestos…

“Don Juan Tenorio”. Grupo de teatro “Dionisos” de Andújar (Jaén)
Música: Suit para la película “Agnes de Dios” de Georges Delerue.

Ahora, creo, que ya estáis preparados.

Don Juan Tenorio era un joven y apuesto caballero al que le gustaban mucho las juergas y las peleas. Era un mujeriego. Enamoraba a las mujeres con bellas palabras de amor y luego las abandonaba, pues, en realidad, solo quería divertirse y hacer una larga lista con el nombre de todas a las que había engañado.

En la actualidad el nombre de don Juan ha pasado de la literatura al diccionario y un “donjuán” es una persona galante, atractiva, que domina el arte de la palabra para seducir a las mujeres.

Un día, don Juan hizo una apuesta con su amigo don Luis Mejía para ver quién de los dos, en un año, mataba a más hombres en duelos y engañaba a más mujeres.

PRIMERA PARTE

Nuestra historia empieza en Sevilla hace ya mucho tiempo, casi quinientos años. Era Carnaval y por eso todo el mundo andaba disfrazado de fiesta en fiesta.

Había pasado ya un año de la apuesta que habían hecho don Juan Tenorio y don Luis Mejía y se encontraron en una taberna para ver quién la había ganado.

A la taberna también fueron con un antifaz, para que nadie los conociera, don Diego Tenorio, el padre de don Juan, y don Gonzalo de Ulloa, el padre de doña Inés, la prometida de don Juan, con quien iba a casarse. Doña Inés vivía en un convento de monjas, pues allí la había llevado su padre hasta el día de su boda. Era una costumbre de la época.

Don Diego y don Gonzalo habían ido a la taberna para espiar a don Juan y comprobar si eran verdad todas las salvajadas que se contaban de él.

En la taberna, don Juan y don Luis, muy fanfarrones, leen la lista de los hombres que han matado y de las mujeres que han engañado. La apuesta la gana don Juan, pero a don Luis no le importa demasiado porque pronto sentará cabeza y se casará con doña Ana de Pantoja, su novia.

El pendenciero de don Juan, sin pensarlo dos veces, decide apostarse su propia vida a que también conseguiría enamorar y engañar a doña Ana, la novia de don Luis, antes de que se casaran.

Cuando don Diego y don Gonzalo, que estaban escuchando en secreto, oyen tal barbaridad, le dicen que es un hombre miserable y ruin. Don Gonzalo, además, no consentirá que se case con doña Inés, su hija. Entonces don Juan, enfadado, le dice que la secuestraría.

Don Juan, cumpliendo sus amenazas, va al convento. Doña Inés, al ver a su prometido, se desmaya y, así, inconsciente, consigue secuestrarla y llevársela a su casa. Esa misma noche, disfrazado, se hace pasar por don Luis y consigue conquistar y engañar a doña Ana.

Cuando regresa a su casa, doña Inés ya ha despertado y allí los dos se declaran su amor, pero, en ese momento, llega don Luis para matar a Don Juan. También llega don Gonzalo buscando a su hija. Se baten en un duelo y don Juan mata a los dos y huye a Italia para no ser apresado por la justicia.

SEGUNDA PARTE

Cuando pasan cinco años, don Juan Tenorio regresa a Sevilla. Al llegar a su casa comprueba que don Diego, su padre, había construido en el jardín un cementerio para enterrar a todas las personas que su hijo había matado.

Allí descubre la tumba de doña Inés que había muerto de pena por todo lo que había ocurrido. Don Juan llora y lamenta la muerte de su amada. Es entonces cuando se le aparece el fantasma de doña Inés y le dice que, si desea estar con ella toda la eternidad, debe arrepentirse de todos sus pecados.

Don Juan piensa que la aparición no ha ocurrido en realidad y ha sido una alucinación. En el cementerio se encuentra a dos antiguos amigos, el capitán Centellas y don Rafael de Avellaneda, y organiza una cena en su casa para que le cuenten todo lo que ha ocurrido en Sevilla mientras él estaba en Italia. Para demostrar que no cree en fantasmas, también invita a cenar al espíritu de don Gonzalo.

Por la noche, estando cenando con sus amigos, llaman a la puerta y es el fantasma de Don Gonzalo que acude a la cita, hace que se desmayen los invitados y comunica a don Juan que va a morir y es su última oportunidad para arrepentirse.

Don Juan piensa que sus amigos habían tramado la aparición para burlarse de él, pero, al despertarse, son sus amigos los que se enfadan porque creen que ha sido don Juan el que se ha burlado de ellos y les ha dado algo para que se durmieran. Se pelean y matan a don Juan.

Ya muerto, a don Juan se le vuelve a aparecer don Gonzalo para llevárselo al infierno. Pero, en ese momento, doña Inés le coge de la mano y, una vez arrepentido de todo lo malo que había hecho, sus pecados le son perdonados y así los dos pueden estar juntos para siempre.

Ahora me gustaría que vierais en el siguiente vídeo, un resumen con algunas escenas de la representación de “Don Juan Tenorio” por el grupo de teatro "Dionisos" de Andújar (Jaén). Don Juan es interpretado por Raúl Muñoz Camacho.

Si os ha gustado, tal vez, cuando seáis mayores, algún día os animéis y vayáis al teatro a ver la obra completa, o la busquéis en YouTube, pues existen muchas versiones completas. Quizás, incluso, os animéis y leáis la obra de teatro. “Don Juan Tenorio” es un clásico literario, un modelo en su género, una obra de teatro valiosa que perdura a través del tiempo».

Nuestras costumbres y tradiciones nos unen, nos permiten conectar con nuestras raíces y con la energía que fluye por ellas. Son las que nos permiten mirar al infinito con los pies en la tierra… Por siempre, “Todos los Santos”.


viernes, 25 de octubre de 2019

La noche del sembar luminoso


Fuente: “La vida nocturna de los árboles” de Bhajju Shyam, Durga Bai y Ram Singh Urveti.

Un lluvioso día de julio, un pastor estaba buscando a una vaca que se había perdido en las inmediaciones del bosque. Al ver que atardecía y no había rastro del animal por ningún lado, el pastor se empezó a preocupar. El ternero que lo acompañaba mugía llamando a su madre.

Juntos se internaron en el bosque en busca de la vaca, pero no tardaron en perderse entre los árboles. Enseguida cayó la noche. Las nubes negras que cubrían el cielo confundieron al pastor, quien no pudo hacer otra cosa que llorar en compañía del ternero.

Una libélula que los observaba sintió lástima por las dos criaturas y les dijo: “Seguidme, creo que os puedo ayudar a encontrar lo que buscáis”.

Y guiados por aquella luz solitaria, el pastor y el ternero cruzaron el oscuro bosque.

De repente, el pastor vio algo extraño ante él. Era el sembar, un árbol que brillaba como una joya en la oscuridad, En cada una de sus hojas había una libélula posada. Y debajo del árbol, envuelta en aquel resplandor, estaba la vaca perdida.

Desde entonces, sabemos que los espíritus buenos habitan en el sembar y, desde entonces, el pastor y la libélula son amigos. Por eso, si algún día te perdieses en el bosque, busca el camino que lleva al sembar protector, el que brilla como el oro en la noche.


domingo, 20 de octubre de 2019

Mariposas (IV)

“Aunque hayas abandonado este mundo, mi amor, inquebrantable, no parará de crecer…”

 “River flows in you”. Martin Ermen.


Fuente: “El algoritmo de la felicidad” de Mo Gawdat.

«Me encantan las mariposas. Me da igual el tipo, el color o el tamaño. Simplemente las adoro. No tengo por qué poseerlas y ni siquiera es necesario que las vea. Me hace feliz que existan. Me gustan tanto que querría abrazarlas. Pero no lo hago. Aparto esa abrumadora sensación de amor cada vez que nuestros caminos se cruzan. Creo que ellas lo saben porque no se acercan mucho a mí. A veces, de camino al trabajo, una mariposa vuela graciosamente delante de mí. Aterrizará serenamente en una rama interpuesta en mi camino, como si dijera: “Me quedaré aquí y haré como que no miro para que puedas disfrutar de mi presencia”. Al pasar, revolotea a mi alrededor y vuelve a aterrizar frente a mí. No me detendré, y ella tampoco. ¿Coincidencia? Creo que no. En todo caso, no me importa, porque he amado a todas las mariposas que han existido siempre.

También me gustan. Me gustan sus patrones, su belleza, su gracia. Admiro su viaje vital de oruga a reina de la belleza, su paso a través de las dificultades y la incertidumbre del capullo. Aprecio el trabajo que hacen al polinizar las flores y respeto la perseverancia que demuestran en sus breves vidas, a pesar de su fragilidad.

Gustar, admirar, apreciar y respetar son sentimientos diferentes y todos difieren del amor. Me gusta y admiro por razones específicas. Que me gusten los patrones de una mariposa depende de lo hermosa que sea una mariposa en concreto. Si su color es gris pálido y es poco atractiva, la admiración puede desaparecer. Sin embargo, mi amor por ella permanece.

Las emociones son pasajeras: aparecen cuando una situación las propicia y desaparecen cuando esa misma razón se desvanece. Sin embargo, el amor, el verdadero amor, es real y simplemente está ahí, inexplicable, inmutable, sin apoyarse en ninguna razón. Por eso, aunque el ser amado abandone este mundo, el amor, inquebrantable, no dejará de crecer».


martes, 15 de octubre de 2019

Valores con mayúsculas: Entusiasmo

Fuente: “Ahora, Yo” de Mario Alonso Puig.

El origen más remoto de la palabra entusiasmo es griego y significaba “tener un dios dentro de sí”. La persona entusiasmada, por lo tanto, era aquella guiada por la fuerza y la sabiduría de un dios.

El Entusiasmo es esa sensación de expectación ante lo que se va a abrir, ante aquello que se va a mostrar.

Es esa emoción que nos embarga cuando sabemos que hay un mundo nuevo, lleno de abundancia y de oportunidades, y que ese mundo es accesible para nosotros.

Es la respuesta ante aquello que nos enamora y que nos fascina, atrayéndonos con una fuerza irresistible.

Es lo que se pone en marcha cuando uno se da cuenta de lo que se puede llegar a crear y de lo que se puede llegar a lograr.

Es esa fuerza impulsora que nos levanta por la mañana y hace que nos entreguemos a la tarea con una fuerza y una concentración desconocidas.

Es ese hormigueo que uno siente frente a una oportunidad que acaba de descubrir y que no puede dejar escapar.

Es lo que experimentamos cuando descubrimos el diamante detrás de la roca, el oro en medio del agua del río o el petróleo bajo tierra.

El Entusiasmo es la fuerza que nos impulsa a perseguir esos proyectos, esos sueños que nos obligan a actuar muy por encima de nuestras aparentes capacidades.


viernes, 11 de octubre de 2019

Andando se manifiesta el camino

Esta historia titulada “En el puerto de Miami” está incluida en el libro “Como el río que fluye” de Paulo Coelho.

«—A veces la gente se acostumbra a lo que ve en las películas y acaba olvidando la verdadera historia —dice un amigo mientras contemplamos juntos el puerto de Miami—. ¿Recuerdas “Los diez mandamientos”?

—Claro que sí. Moisés (Charlton Heston), en determinado momento, levanta el bastón, las aguas se separan y el pueblo hebreo atraviesa el mar.

—En la Biblia es diferente —comenta mi amigo—. En ella Dios ordena a Moisés: “Di a los hijos de Israel que avancen”. Y hasta después de que empiecen a andar no levanta Moisés el bastón y se abre el mar Rojo.

—Solo el valor en el camino hace que el camino se manifieste».


domingo, 6 de octubre de 2019

Mi mayor bien

“Quien a Dios tiene, nada le falta”.
Teresa de Jesús


 “Everibody's Talking”. Harry Nilsson.


Fuente: “El amor de tu vida” de Rut Nieves.

El Amor siempre es y está ahí, aunque, a veces, en momentos en los que me obsesiono con algo que me preocupa, se me nubla la visión y no lo veo.

Cuando esto ocurre, he aprendido que lo mejor que puedo hacer es no hacer nada.

Una vez que he hecho todo lo que está en mi mano y he expresado mi voluntad, reconozco que no tengo ni idea de cómo resolver la situación.

Es entonces cuando delego y suelto el control. Permito que Dios haga su parte y suceda lo que tenga que suceder. No pretendo saber más que él. Le entrego mis preocupaciones (“Ya no sé qué puedo hacer —le digo—. Así que esto ya es cosa tuya”) y permito que las transforme en milagros.

Confío. Abro mi mente a mi plan divino, a mi mayor bien.

Es mi regalo, es mi bendición. Todo ha sido dispuesto para mí.


jueves, 3 de octubre de 2019

El zapato azul

“Cuando tú mejoras, mejoran cuatro cosas: la T, la O, la D y la O”.
Anxo Pérez



Adaptación del cuento “La fábula del zapato” incluida en el libro “Los 88 peldaños de la gente feliz” de Anxo Pérez.

Hace muchos años vivió en un reino lejano una joven que un día, corriendo por el campo, se hizo, sin percatarse de ello, una herida debajo del tobillo derecho.

Eran las fiestas del reino y, ese mismo día, la joven pensaba asistir al baile que se celebraba por la noche.

Con gran ilusión, se puso su vestido favorito y sus zapatos azules de tacón alto. Al ponérselos comprobó que el zapato derecho le hacía daño, así que con un martillo golpeó la parte interior del zapato, pero por más que lo golpeó y deformó, el zapato seguía haciéndole daño y lo descartó. Probó con varios pares de zapatos y repitió el mismo proceso. Los maldijo y pensó que estaban mal hechos, hasta que descubrió la herida que tenía debajo del tobillo. La curó y, como por arte de magia, ningún zapato le hacía daño.

Unos años más tarde, la joven, que tenía un temperamento desmesurado, conoció al que fue su primer novio. Ambos se querían mucho, pero ella, a menudo, era incapaz de controlar su carácter y le gritaba para que cambiase y actuara de la forma que ella quería. Durante uno de estos episodios, el novio decidió que no podía continuar con la relación. La joven lloró desconsolada y llegó a la conclusión de que la personalidad de aquel hombre era incompatible con la de ella.

—Tengo que encontrar al hombre adecuado para mí —refunfuñó convencida.

Llegó el segundo novio, luego el tercero, el cuarto y el quinto. Con todos ocurrió lo mismo y fracasaron todas las relaciones.

—Todos los hombres son iguales —concluyó.

Un día recordó su zapato azul, los pares de zapatos que maldijo porque ella había llegado a la conclusión de que estaban mal hechos… Y recordó el día que descubrió que el problema no lo provocaban los zapatos, sino la herida que tenía en el pie.

Ese día se abrieron sus ojos y lloró desconsoladamente:

—He actuado con mis novios igual que con mis zapatos. Los he golpeado con mi temperamento, igual que golpeé mis zapatos con el martillo, sin darme cuenta de que el problema en nuestra relación no lo causaban ellos.

Desde ese día empezó a trabajar para sanar las partes de su personalidad que la llevaba a lanzar ataques, a modo de martillazos, intentando hacer cambiar a los otros. Dejó de descartar a las personas por considerarlas inadecuadas. ¿Y qué sucedió?…

Ella sanó sus heridas y en su vida apareció un joven del cual se enamoró y, aunque no era perfecto, nunca pretendió que cambiara.