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domingo, 31 de marzo de 2013

Un corto recortado

“Un corto recortado” es el título del vídeo realizado por el CEIP Vicente Ferrer Ramos de Valderrobles, Teruel.

Se trata de un corto que defiende la escuela pública, critica los efectos nefastos que está causando la injusta política de recortes y retrata cómo puede llegar a ser la escuela pública en un futuro muy cercano.

Está ideado y dirigido por Lorenzo Latorre, jefe de estudios del colegio, que ha impulsado, dirigido, grabado y montado la película, además de componer la música de la canción final que, por cierto, es muy buena.

En el corto colaboró todo el alumnado y profesorado del colegio a los que también se unieron los del Instituto de Secundaria de la localidad.

Este corto es un ejemplo de cómo en tiempos de crisis algunos usan la creatividad como arma contra las injusticias y como defensa de los derechos en los que creen.

Enhorabuena por el resultado obtenido, por la creatividad, el trabajo en equipo, la combinación de lenguajes, la interpretación y el largo etcétera de competencias trabajadas con esta actividad.

Gracias por vuestro esfuerzo y compromiso.

¡Ah! ¡Es genial el tributo a los hermanos Marx!



miércoles, 27 de marzo de 2013

Cerrando círculos

  “J’attendais” (“Estaba esperando”). Celine Dion.

Cerrando círculos es, sin duda, uno de los escritos del brasileño Paulo Coelho más difundido por internet. Probablemente, habrá llegado hasta ti en más de una ocasión. No obstante, he hecho esta entrada porque me hace mucho bien leerlo de vez en cuando. Ir cerrando círculos es una de mis asignaturas pendientes en la vida. Voy aprendiendo poco a poco, aunque, por más círculos que cierre, mientras mi memoria me lo permita, las personas a las que amé y amo siempre estarán en mi corazón. Hasta el final de mis días.

“Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente “revolcándote” en los porqués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.

Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente…

El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú… Suelta el resentimiento. El prender “tu televisor personal” para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentamente, envenenarte y amargarte.

La vida está para adelante, nunca para atrás. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver.

Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo”.


domingo, 17 de marzo de 2013

La vasija agrietada

Este cuento está incluido en el libro “La buena crisis” de Álex Rovira.

  “Skellig”. Loreena McKennitt.


Cuento hindú

«Un portador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón; sin embargo, la vasija rota llegaba solo con la mitad del agua.

Durante dos años completos diariamente sucedía eso. Por supuesto, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección, y se sentía muy mal porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía era su obligación.

Después de dos años la tinaja quebrada habló al aguador así: “Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo, porque debido a mis grietas tú solo puedes entregar la mitad de mi carga y solamente obtienes la mitad del valor que deberías recibir”.

El aguador le dijo compasivamente: “Cuando regresemos a casa, quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino”.

Eso hizo la tinaja y, en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo del camino. Aun así, la tinaja se sentía apenada porque al final solo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.

El aguador le dijo entonces. “¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello: sembré semillas de flores a lo largo de todo el camino por donde vas, y todos los días las has regado, y por esos dos años yo he podido recoger estas flores. Si no fueras exactamente tal como eres, con todas tus limitaciones, no hubiera sido posible crear esta belleza”.

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas, todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados. Sin esas grietas quizá no lo conseguiríamos».


miércoles, 13 de marzo de 2013

El nuevo “Gran Hermano” del siglo XXI

El contenido de esta entrada, que trae a mi memoria la novela “1984” de George Orwell, de ahí su título, me llegó a través de un correo electrónico y desconozco su autor. Nos presenta, con mucho humor, el tema de las organizaciones que ejercen un control, que yo percibo como excesivo, peligroso e invasivo, de la intimidad. Eso sí, con muy buenos modales. A ver qué os parece.

¡Ring, riiiiiing!

—Pizzería Google. ¡Buenas noches! ¿Dígame?

—¿Pizzería qué?

—Pizzería Google, señor. ¿Cuál es su pedido?

—Pero... ¿no es la Pizzería “La Mamma”?

—Era, señor, era… Google ha comprado la pizzería y ahora el servicio es más completo.

—Estupendo. ¿Puede usted tomar nota de mi pedido, por favor?

—Naturalmente, ¿el señor desea lo de siempre?

—¿Lo de siempre? ¿Es que me conoce?

—Tenemos un identificador de llamadas y, de acuerdo con su teléfono, sabemos que las 53 últimas veces que llamó pidió una pizza mixta de cuatro quesos y calabresa con una cerveza bien fría.

—¡Vaya, no me había dado cuenta…! Bien, pues quiero lo mismo.

—Señor, ¿puedo hacerle una sugerencia?

—Por supuesto. ¿Tiene una pizza nueva en el menú?

—No, señor. Nuestro menú es muy completo, pero me gustaría sugerirle la de requesón y rúcula con una botella de agua de baja mineralización.

—¿Requesón?, ¿Rúcula?, ¿Mineralización baja?... ¿Pero está usted loco? ¡Yo odio esas cosas!

—Pero, señor, son buenas para su salud. Además, su colesterol está por las nubes...

—¿Y usted cómo lo sabe?

—Mire, señor, nuestra empresa tiene la mayor base de datos del planeta. Hemos cruzado su llamada con su nombre y tenemos a la vista la información del laboratorio donde le hacen a usted las pruebas.

—¡Joder con la base de datos! Me estoy medicinando y como lo que me da la gana, ¿se entera?

—Señor, lo siento, pero creo que usted no ha tomado su medicina últimamente.

—¿Ah sí? ¿Y cómo lo sabes? ¿Es que me estás mirando todo el santo día?

—¡No, qué va!... es que también tenemos la base de datos de las farmacias de la ciudad. La última vez que compró su medicamento para el colesterol fue hace tres meses. Y la caja contiene 30 comprimidos.

—¡Maldita sea! ¿Y cómo es que también sabes eso?

—Por su tarjeta de crédito, señor...

—¿Qué?

—Sí, tiene usted el hábito de comprar sus medicamentos en una farmacia que le ofrece descuentos si se paga con tarjeta de crédito del Banco “Bang Bang”. Tenemos una base de datos de sus gastos con la tarjeta. Hace tres meses que no ha comprado nada allí, pero, en cambio, sí la utiliza en otros establecimientos, lo cual nos indica que no la ha extraviado.

—¿A sí? ¿Y no puedo haber pagado en efectivo en la farmacia?, ¿eh?, ¿eh? A ver qué dices a eso, listillo...

—No es probable, señor. Verá, usted sólo paga en efectivo 200 € semanales a su empleada de hogar y el resto de sus gastos los hace siempre con tarjeta de crédito.

—¿Y cómo sabéis lo que gana mi empleada de hogar?

—Le paga la Seguridad Social ¿no...?

—¡Vete a freír espárragos!

—Como usted mande. Lo siento, señor, pero es que todo está en mi pantalla y tengo el deber de ayudarle. Creo que usted debería volver a programar la consulta con su médico, a la que faltó, y llevarle los resultados de los exámenes que se hizo el mes pasado para que le ajuste la medicación.

—Mira, guapete, estoy harto de ti, de los ordenadores, de las bases de datos, de internet, de Google , de Facebook, de Twiter, de la falta de privacidad, del siglo XXI y de este puñetero país...

—Pero, señor..., por favor, no se excite. No le conviene…

—¡Cállate de una vez! Mañana mismo me mudo bien lejos de este país. A las Islas Fiji o a cualquier otra parte que no tenga internet, ordenadores, teléfono ni gente vigilándome todo el tiempo...

—Entiendo, señor...

—Voy a usar mi tarjeta de crédito por última vez para comprar un billete de avión e irme a los confines del planeta.

—Perfectamente, señor...

—Puede cancelar mi pizza. Ya no la quiero.

—De acuerdo, señor, ya la tiene usted cancelada. Pero, si me permite, una última cosa más, señor...

—¿Y ahora qué leche quieres?

—Solo avisarle de que tiene su pasaporte caducado.


sábado, 9 de marzo de 2013

El vendedor de humo

Este corto de animación, dirigido por Jaime Maestro, director de la escuela valenciana de 3D y postproducción “Primer Frame”, ha sido realizado por los alumnos de la promoción de octubre de 2010 para poner en práctica lo que habían aprendido, en medio año de clases teóricas, con algunos de los mejores profesionales del sector en España.

“El vendedor de humo” ha ganado el premio Goya 2013 al mejor cortometraje de animación español.

Un vendedor ambulante llega a un pueblo ofreciendo hacer realidad los sueños de sus habitantes por un módico precio. El cortometraje cuenta las dificultades de este simpático vendedor para camelarse a los habitantes de un pueblo que, ocupados en sus quehaceres, no tienen tiempo de fantasear. El comerciante tendrá que desplegar todo su potencial para atraerlos y conseguir ganar algo de dinero antes de que los habitantes del pueblo despierten y todo se desvanezca.

Este corto es un buen ejemplo de que España está plagada de gente con talento que sin tener presupuesto y con poca experiencia, han creado está pequeña obra maestra.



martes, 5 de marzo de 2013

La responsabilidad de los padres en la educación de sus hijos

“No todo se aprende en el colegio” es el título de un interesante artículo escrito por Carlos Arroyo Jiménez, director del Instituto Universitario de Posgrado, en su blog “Ayuda al estudiante” de El País.

Para esta entrada, he seleccionado algunos párrafos que pueden hacernos reflexionar acerca de la responsabilidad de los padres en la educación de sus hijos.

«Toda la educación no es responsabilidad del sistema educativo. El colegio no es el único lugar en el que se aprende. Ya está bien de depositar en los centros la responsabilidad educativa universal. Padres, instituciones, autoridades, sociedad civil, agentes culturales y mediáticos, y el mismísimo estudiante tienen algunas responsabilidades.

Ahora también pedimos que en el comedor enseñen a nuestros hijos a manejar con soltura y corrección el cuchillo y el tenedor, que les proporcionen criterio para no quedarse obnubilados ante la telebasura, que les adiestren en las normas de tráfico, que les sensibilicen contra los malos tratos y las discriminaciones raciales, que les impregnen de espíritu emprendedor y que les acerquen los valores morales necesarios para ser ciudadanos responsables. Y por qué no, que les enseñen a cocinar o, ya puestos, también a planchar o a hacerse la maleta.

¿Todo lo deben aprender en el colegio o el instituto? ¿A qué nos dedicamos en casa? ¿En dónde guardamos nuestra responsabilidad personal de educadores de nuestros hijos?

La educación es una tarea compartida y muchas de las cosas que queremos que asuman nuestros hijos, tendremos que enseñárselas en casa, y no siempre con palabras, sino a menudo con el ejemplo. La Constitución puede enseñarse en clase, pero a ser un buen ciudadano se aprende en casa. La Semana de la Solidaridad puede celebrarse en el centro escolar. Pero la sensibilidad social se aprende en casa. El debate civilizado se puede practicar en clase, pero el respeto a la diferencia razonable de ideas se aprende en casa. Los padres tienen una responsabilidad de la que no pueden abdicar.

Los horarios académicos no son de plastilina, no podemos ir llenándolos incesantemente de cosas muy importantes sin sacar otras tan importantes o quizá más. Tenemos que jerarquizar, y eso obliga a dejar cosas fuera».


viernes, 1 de marzo de 2013

Hijos de mi Tierra

Antonio Banderas

Ayer, 28 de febrero, fue el Día de Andalucía y se concedieron, en un acto institucional, los títulos de Hijos Predilectos y las Medallas de Andalucía a personalidades que han destacado en el mundo de la empresa, el deporte, la ciencia y el arte.

Uno de los grandes protagonistas de este 28 F, ha sido Manuel José García Caparrós, nombrado, a título póstumo, Hijo Predilecto de Andalucía. García Caparrós fue un trabajador malagueño, militante de Comisiones Obreras, que murió en Málaga, el 4 de diciembre de 1977, por un disparo efectuado por la Policía Armada durante la manifestación en pro de la autonomía andaluza.

Andalucía le debía un reconocimiento, pero la ¿casualidad? ha querido que también se le haya concedido este año el título de Hijo Predilecto al actor, también malagueño, Antonio Banderas, que aquel 4 de diciembre de 1977, tras suspenderse el ensayo teatral en el que participaba, se unió, como tantos miles, a la manifestación de Málaga.

Antonio Banderas, en el discurso que hizo hablando en nombre de todos los premiados, recorrió la vida y obra de cada uno de los protagonistas del acto y al final, hizo un sentido homenaje a García Caparrós.

“Por eso hoy se te hace justicia, por eso hoy tu gente te quiere devolver lo que se te arrebató, y el espejo frente al que, hace unos momentos prometí desnudarme, me devuelve hoy tu figura. Y a mí me gustaría pedirle permiso a tu familia para, en este día en el que ambos somos nombrados hijos de nuestra tierra, decirte, hermano, dame la mano y volvamos al Día de Andalucía del año 77, y completemos lo inacabado. Salgamos de nuevo a las calles de nuestra tierra para gritar lo que no pudo salir de tu garganta. Que somos un pueblo que respira libertad. Que el andaluz camina sin miedo a perder su identidad pues está soldada a lo más profundo de su alma. Que entre el ser o no ser, Andalucía siempre eligió el ser. Que reconocemos nuestra imperfección y en esto sólo vemos un estímulo para seguir creciendo. Que en estos días turbios y confusos no podemos correr el riesgo de convertirnos en aquello que criticamos. Que para vivir la vida hay que mirar hacia adelante, pero para entenderla hay que mirar hacia atrás. Por eso me apoyo en ti Manuel José, y te digo que, en estos momentos difíciles, Andalucía para mí no es una región, o un pueblo, un sentimiento, una idea, o un proyecto, Andalucía es para mí en estos momentos una necesidad. La respuesta a mis preguntas más trascendentes. Por eso vuelvo y nunca me separo del todo, porque al sentir el palpitar de esta tierra me conmuevo, entiendo el ritmo de la vida y acepto la certeza de la muerte. Lo digo frente a la memoria de un hombre que entregó su vida por una Andalucía libre, España y la humanidad”.