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jueves, 28 de enero de 2016

La alegría compartida


Fuente: “Terapia espiritual” de Ramiro Calle.

Son muchas las ocasiones en las que he hablado de la alegría en este blog. Unas veces para definirla, ya que nos ha tocado vivir, como una forma de entender el camino. Otras, para defenderla y reivindicarla. He hablado de los beneficios de la risa y de sonreír con el rabillo del ojo, es decir, de la sonrisa auténtica.

Hoy quiero hablaros de la alegría compartida, que podemos entenderla de dos maneras: compartir nuestra propia alegría con los demás y, sobre todo, alegrarse de la alegría ajena.

Consiste en que cada vez que otra persona se siente bien, contenta y segura, nos alegramos por su dicha; en que nos sentimos felices con la felicidad de los otros; en celebrar los éxitos ajenos y que a las otras personas les vaya bien.

La alegría compartida o altruista es el gran antídoto contra la envidia. Es una cualidad sublime que sosiega la mente y abre el corazón. En la medida que la cultivemos, irá cambiando nuestro ánimo, nos ayudará a restañar viejas heridas abiertas en el inconsciente, a mejorar excepcionalmente nuestra relación con los demás y a conseguir la verdadera alegría interior.


sábado, 23 de enero de 2016

Metamorfosis

Fuente: “El pescador de mentes” de Christian de Selys.

Como sabes, la mariposa no nace tal y como la vemos en su momento de esplendor, con esas alas brillantes y coloridas. Nace en forma de oruga a partir de un minúsculo huevo adherido a una hoja.

Durante las primeras semanas de su vida, se dedicará a devorar toda hoja que se encuentre y, a medida que crece, mudará varias de veces de piel porque no puede caber en su propio “traje”.

En un momento dado -la naturaleza sabe bien cuando-, la oruga, obedeciendo lo que el instinto le dicta, se cuelga de una rama y se queda ahí, paralizada. Quizá por su cabeza pasan pensamientos del tipo: “Me siento rara. Creo que estoy enferma. Me debo de estar muriendo. Esto es el fin de todo…” Sin embargo, se encuentra muy lejos del final; más bien está a punto de experimentar un proceso asombroso, que cambiará su vida para siempre.

Durante la metamorfosis se crea un capullo que cubre todo el cuerpo de la oruga y en su interior comienza una actividad biológica frenética. Por fin, transcurrido el tiempo necesario, recupera la consciencia y con gran esfuerzo trata de liberarse de aquello que la tiene apresada. Cuando por fin sale al exterior, después de que la naturaleza haya hecho su trabajo, descubre que no está muerta, que todo lo que antes conocía sobre sí misma ha cambiado: ya no tiene esas patas cortas y torpes con las que se deslizaba por las plantas, y en su espalda descubre algo que no había visto nunca antes. Su instinto le dicta lo que tiene que hacer y al cabo de unos instantes la recién nacida mariposa está batiendo sus hermosas alas con energía, volando lejos del suelo, a una distancia alejadísima de su antiguo hogar.

Antes ni podía imaginar que existiera lo que ahora está admirando a su alrededor.


miércoles, 20 de enero de 2016

Imágenes de la cabecera del blog

Años 2010-2012 ↓




Esta cabecera se iba renovando incluyendo las siguientes fotos:

Jaén. Paisaje


Jaén. Paisaje de olivos


Jaén. Paisaje, castillo de Santa Catalina y catedral


Jaén. Castillo de Santa Catalina desde patio árabe de la iglesia de La Magdalena


Jaén. Baños árabes.


Jaén. Paisaje desde La Alameda, Castillo de Santa Catalina y catedral


Jaén. Castillo de Santa Catalina


Jaén. Castillo de Santa Catalina


Jaén. Castillo de Santa Catalina


Jaén. Castillo de Santa Catalina y catedral


2012-Jun. 2014 ↓


Esta cabecera en una ocasión incluyó mandalas y en otra fractales.

Mandalas

Fractales


Jun. 2014 ↓



21-09-2014 ↓



21-11-2015 ↓



10-04-2016 ↓



02-10-2016 ↓



24-09-2017 ↓



06-05-2018 ↓



13-01-2019 ↓



30-06-2019 ↓



06-05-2020 ↓



07-07-2020



30-09-2020



23-10-2022



19-01-2024 (Actual) ↓



domingo, 17 de enero de 2016

Servir a los demás (II)

Fuente: “El camino de la espiritualidad” de Jorge Bucay.

Cuentan que había una parroquia en la que era habitual que los domingos, después de misa, todos los fieles se sentaran a una mesa y compartieran frutas y algunos zumos naturales. Charlaban sobre las cosas de Dios y las cosas cotidianas, y así pasaban juntos un largo rato.

Un día llegaron a la parroquia dos hombres muy poderosos que asistieron a misa. Después de la eucaristía, se reunieron con los demás alrededor de la mesa. Cuando se hubieron ido todos los fieles, se acercaron al párroco para comentar lo que habían visto.

Le dijeron que todo les pareció muy lindo, especialmente el ágape que celebraban después de la misa.

—Lástima —dijo uno de ellos después de los piropos— que, entre tu gente, como en todos lados, haya también algunas ovejas descarriadas…

—¿Por qué decís eso? —les preguntó el párroco.

—Lo hemos notado cuando todos salían hacia el encuentro después de la misa —explicó el otro—. Vimos con alegría que algunos de tus parroquianos son, efectivamente, personas muy solidarias. Sin que nadie se lo pida, salen de la iglesia llevando dos sillas, evidentemente una es para sentarse ellos mismos y la otra para ofrecérsela a alguien. Pero también vimos a los otros: los “cómodos”; esos pasotas y aprovechados, que salen sin llevar ninguna silla y se sientan en alguna que encuentren libre sin hacer ningún esfuerzo.

—Pero esos no son peores —intervino su compañero—, porque pienso que algunos de esos no son cómodos sino ignorantes; a mí los que más me inquietan son los egoístas, los miserables, los que saben que necesitan sillas, pero solo llevan una para ellos.

—Te lo decimos —concluyó el otro— porque sabemos que te llenas la boca alardeando de que tu gente es maravillosa. Debes saber que tienes de todo… como es lógico.

El párroco, que había escuchado atentamente la explicación, respondió:

—La verdad es que de lo único que hago alarde es de conocer bien a mi gente, aunque soy consciente de que solo puedo verlos desde mis propios ojos, que quizá no sean los que están debajo de mis cejas. Es cierto que hay gente solidaria que lleva una silla para sí y otra para alguien más, pero a esos que salen sin ninguna silla, y a los que tú llamas “cómodos”, “pasotas” o “aprovechados”, los conozco muy bien. Son aquellos que confían tanto en sus hermanos de comunidad, que saben que no necesitan llevar una silla porque siempre habrá una para ellos.

El párroco hizo una pausa, miró a los dos hombres y se dirigió al segundo.

—A los otros, esos que tú llamas “egoístas”, también los conozco. A mis ojos, ellos son los mejores; son los que han aprendido a combinar la vocación de servir, con la mayor de las confianzas. Ellos llevan una única silla para ofrecérsela a alguien que la pueda necesitar; no llevan la propia porque también saben, de sobra, que alguien llevará la de ellos. Está claro que los ojos con los que yo los veo, no son los mismos con los que miráis vosotros.


martes, 12 de enero de 2016

Cinco formas de riqueza

“Al despertar cada mañana, piensa en el valioso privilegio que significa estar vivo, respirar, pensar, gozar, amar”.
Marco Aurelio



Fuente: “Audaz, productivo y feliz” de Robin Sharma.

¿Qué es la riqueza? Hay muchas formas de riqueza. La mayoría de la gente ve la riqueza como algo relacionado exclusivamente con el dinero, pero, aparte de la riqueza económica, hay otras modalidades: riqueza en relaciones, riqueza física, riqueza en aventuras y riqueza psíquica.

La riqueza económica es una obviedad. El dinero es importante para sacarle el máximo partido a la vida, pero es tan solo una de las formas de riqueza. No basta con tener dinero para alcanzar la verdadera riqueza. Hay ricos que en el fondo no lo son.

Otra riqueza que debemos conseguir es la física: nadie quiere ser el más rico del cementerio. Sin salud uno no tiene nada.

También hay que ser rico en relaciones, es decir, sentirnos conectados con otros seres humanos y crear una comunidad fuerte y afectuosa a nuestro alrededor.

También es importante trabajar en la creación de una riqueza en aventuras. Esta consiste en tener sentido de la pasión, y en ser rico en lo que se refiere a aventuras vividas durante nuestro periplo vital. Este tipo de riqueza puede forjarse, por ejemplo, a base de viajes exóticos o bien viviendo microaventuras como probar un nuevo tipo de comida o mantener nuevas conversaciones con una persona interesante…

Por último, para ser ricos de verdad debemos crear una riqueza psíquica que consiste en llenar la vida de sentido. La necesidad más profunda del corazón humano es vivir por algo más importante que uno mismo. Una felicidad duradera solo puede derivarse de lo que le damos al mundo y a quienes nos rodean.

Trabajar en cada una de estas cinco formas de riqueza hará que saboreemos y disfrutemos de ese regalo que llamamos vida.


miércoles, 6 de enero de 2016

Ver al otro

Hace ya algún tiempo, un niño de diez años entró en una heladería y se sentó en una mesa.

Una de las empleadas se acercó.

—¿Cuánto cuesta un cucurucho grande de helado de chocolate? Preguntó el niño.

—Dos euros —respondió la camarera.

El pequeño sacó unas monedas de su bolsillo y las contó.

—¿Cuánto cuesta el cucurucho mediano? —volvió a preguntar.

Algunas personas estaban esperando a que quedara una mesa libre y la camarera empezó a ponerse nerviosa.

—Un euro con setenta y cinco céntimos —dijo ella bruscamente.

El niño volvió a contar las monedas.

—Quiero un helado mediano —dijo el niño.

La empleada le trajo el helado y puso la cuenta en la mesa.

El muchacho terminó el helado, pagó en la caja y se fue.

Cuando la camarera volvió a la mesa para limpiarla, no pudo creer lo que veía. Allí, puestos ordenadamente en el plato donde estaba la cuenta, había veinticinco céntimos… Su propina.