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martes, 29 de mayo de 2018

La desgracia de unos es la dicha de otros


Fuente: “Pensamientos cotidianos” de Omraam Mikhaël Aïvanhov.

Nos entristecemos, se supone, por la suerte de los que tienen desgracias y sufren, pero, la mayoría de las veces, algunos se las arreglan para sacar partido de estas desgracias.

¿Un comerciante quiebra? Muy bien, van a recuperar su clientela.

¿Dos países entran en guerra? Formidable, les vendarán armas a uno y a otro…

La vida personal y colectiva de los humanos está llena de estos cálculos.

Si nos preocupásemos verdaderamente del bienestar de nuestros semejantes, ¡cuántas mejoras llegaríamos a realizar!

Nos contentamos con constatar el mal y repetimos: “¿Cómo es posible? ¿Por qué suceden cosas así? ¡Qué horror!”, pero a poco que las condiciones se presten para ello, esto no nos impide arreglar nuestros asuntos a costa de los demás.

Esta es la triste realidad: la desgracia de unos es la dicha de otros.

En esta Tierra, el mal tiene todavía en qué ocuparse y alegrarse.


jueves, 24 de mayo de 2018

Deja de dramatizar


Fuente: “Deja de quejarte y libérate” de Brenda Barnaby.

La palabra “dramatizar” se emplea para describir una actitud o reacción desmesurada, generalmente como parte de una queja o reproche. Se trata de una manera de sobredimensionar un problema y agravar una situación.

La vida tiene sus complejidades y es necesario estar preparados para ello. En muchas ocasiones se nos presentan desafíos y problemas a los que debemos hacer frente y resolver. Si tenemos una actitud serena y sabia, por lo general, hallaremos una solución, pero si en lugar de esto vociferamos, nos angustiamos, nos indignamos y, obviamente, protestamos, entonces estamos magnificando la situación. Una actitud sana consiste en evaluar correctamente un asunto y hallar propuestas para resolverlo, una actitud incorrecta es elevar todo a nivel de tragedia y depositar la responsabilidad en los demás para evadirse.

Ver las cosas desde una perspectiva sin tragedias nos brinda la capacidad para tomar decisiones certeras, pensar fríamente y con coherencia. Cuando decimos que algo es terrible nos colocamos en una situación bastante difícil que nos resta poder y nos hace ser víctimas, pues solucionar una tragedia es mucho más complicado que resolver algo que sencillamente parece malo.

Justamente, cuando más vulnerables emocionalmente somos, más tendemos a ubicar cada experiencia en rangos como terrible, insoportable o imposible. La explicación es sencilla: la inseguridad emocional produce una sensación de nerviosismo, malestar y poca valía y en su lugar que hace que aparezcan el temor y la crítica.

Rafael Santandreu afirma que las personas mentalmente fuertes están convencidas de que la mayor parte de las adversidades no son ni muy malas ni muy terribles. Ese es su secreto. Ahí está la fuente de su fortaleza, lo que las mantiene en calma.

Cuando nos enfrentemos a una seria dificultad, debemos serenarnos y estudiarla con tranquilidad. Solo así podremos lograr una visión objetiva del problema y descubrir pistas para su solución. Estamos dotados de inteligencia y podemos analizar profundamente las circunstancias adversas. No nos podemos declarar derrotados antes de enfrentar los problemas.


sábado, 19 de mayo de 2018

Servir a los demás (III)


Fuente: “Alegría” de Álex Rovira y Francesc Miralles.

Un monje tibetano se acercó un día a su guía espiritual y le dijo:

— Me siento desanimado. ¿Cómo puedo superarlo, maestro?

— Animando a los demás —repuso el guía.

Amar es cuidar. La entrega a los demás hace que nuestra existencia cobre todo su sentido. El acto de ser útil a los demás dota de significado hasta la vida más nihilista, nos hace crecer y es una palanca para ir hacia adelante, para dar un paso más.

Alejandro Jodorowsky afirma que “lo que das, te lo das. Lo que no das, te lo quitas”.

Quien ama de verdad es generoso, da alas, desvela, abre la consciencia, impulsa, regala, reconoce, comparte, cuida y da.

El amor se hace fuerte en el ejercicio de la bondad, del respeto y de la benevolencia que, literalmente, quiere decir querer el bien del otro.

Una reveladora oración de la Madre Teresa de Calcuta nos enseña a amar:

«Señor,
[…]
Cuando sufra, dame alguien que necesite consuelo.
[…]
Cuando me falte tiempo, dame a alguien que necesite unos minutos míos.
Cuando sufra una humillación, dame ocasión para elogiar a alguien.
Cuando esté desanimada, mándame a alguien a quien tenga que dar ánimo.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión.
Cuando sienta necesidad de que me cuiden, mándame a alguien a quien tenga que cuidar.
Cuando piense en mí mismo, atrae mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos».
[…]

El amor en todas sus dimensiones (a otras personas, a los animales, a la naturaleza, al arte…) nos enseña que el sentido de la vida es la propia vida.

Abre las puertas de tu alma, ofrécete al mundo y la vida pondrá el resto.


lunes, 14 de mayo de 2018

Me gusta verlos jugar


Fuente: “Palabras Caballo” de Juan Miguel Fernández-Balboa.

La competición es una obsesión aprendida. Me gusta ver a los niños y niñas practicar un deporte de forma espontánea porque, cuando lo hacen, la diversión es mucho más importante que la victoria.

Porque son ellos quienes, sin necesidad de adultos, organizan, dirigen y arbitran el juego.

Porque las reglas del juego se amoldan según las circunstancias: si un equipo va ganando por tal margen que el partido se hace aburrido, ambos equipos intercambian jugadores para equiparar las fuerzas y mantener la incertidumbre de la victoria.

Porque el juego se prolonga indefinidamente mientras siga la diversión. Normalmente hasta que la luz del día es demasiado tenue o hasta que la mayoría de los jugadores tiene que regresar a su casa.

Porque todo el que se presenta, independientemente de sus habilidades físicas, tiene derecho a participar y se le otorga un papel u otro en el juego.

Nada que ver con practicar deporte en ligas organizadas:

Los niños están condicionados por entrenadores adultos que seleccionan a los jugadores en base a sus habilidades.

Se rigen por las reglas del reglamento sin opción a verse alteradas.

El juego termina cuando lo decreta el reglamento.

Solo los jugadores más hábiles tienen un papel protagonista en el partido. Los demás de quedan en el banquillo.

Evidentemente, las experiencias de unos niños y otros son muy diferentes.

Yo elijo la de los primeros.

A veces, vale la pena prescindir del ansia de victoria para vivir aspectos tanto o más satisfactorios.


miércoles, 9 de mayo de 2018

Cuando la vida se rompe

Fuente: “Kintsukuroi” de Tomás Navarro.

Cuando una persona se siente triste y vacía la mayor parte del día, cada día; si es incapaz de disfrutar y se siente insatisfecha; si ha perdido o ganado peso; si duerme menos o más de lo habitual; si tiene agitación o enlentecimiento psicomotor; si se siente cansada, fatigada y está perdiendo la energía; si tiene sentimientos de culpa o de inutilidad inapropiados y no justificados; si le cuesta pensar, concentrarse o tomar decisiones, y si tiene pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, es muy posible que esté deprimida.

No es lo mismo estar triste que estar deprimido, de la misma manera que no es lo mismo tener un poco de azúcar que ser diabético/a. Cuando tienes el azúcar un poco alto, basta con controlar un poco la dieta; pero si eres diabético/a, tendrás que inyectarte insulina varias veces al día y tu salud corre peligro cada vez que se rompe el equilibrio entre el azúcar y la insulina.

La depresión es una enfermedad tan grave que incluso llega a afectar a la mayor parte de los procesos cognitivos. No debemos menospreciar el impacto que puede tener: incapacita para tomar decisiones, se piensa menos y peor, se sufren delirios acerca de la autoestima y las capacidades, y se pierde la esperanza y la ilusión en el futuro.

Las personas deprimidas están librando una terrible batalla en silencio, hacen acopio de una gran cantidad de energía para poder levantarse cada mañana, sufren constantemente y luchan contra la soledad, la incomprensión y la crítica de quienes les rodean. En algunos casos se las tacha de personas conformistas, en otros de autocompasivas y otras veces les dicen que deberían de esforzarse más, que se han dejado o que no deberían de llorar tanto y tendrían que ser más fuertes. Quienes no han pasado por una depresión no entienden que no desean estar mal, no disfrutan con la compasión de quienes les rodean y no quieren llamar la atención. Tan solo quieren pasar desapercibidas y que las dejen en paz.

Una persona no suele darse cuenta de que está deprimida, por lo que tarda entre cuatro y seis años en acudir a un especialista, si es que acude. En ese tiempo, la vida en familia se ha visto afectada, la pareja ha llegado al límite de su paciencia, el rendimiento laboral dista mucho de lo que sería deseable, su aspecto físico se ha visto afectado y su salud está muy perjudicada. Así, por ejemplo, nos encontramos con personas que dicen haberse deprimido tras separarse de su pareja, pero la realidad es que suelen llevar cinco o seis años deprimidas, sus parejas no han podido convivir con ello y han terminado por separarse.

Pocas son las opciones que le quedan a una persona que sufre una depresión: la vida pierde el sentido y se convierte en una tortura, en un pozo oscuro y sin fondo, no se alcanza a ver la luz al final de túnel y se cree que siempre será así. En algunos momentos se piensa que la muerte es una salida para terminar con el dolor y que se hará un favor a las personas que se tienen cerca. Es una gran equivocación creer que morir es la única salida. Hay más, y no tan complejas como podría parecer.

Hay diferentes tipos de depresión que requieren de diferentes tratamientos. Sea del tipo que sea, hay que dejarse de tonterías y centrarse en tratarla como lo que es: una enfermedad del sistema nervioso. No hay que resignarse a sufrirla sin más. No hay que avergonzarse por los síntomas de la depresión. No hay que quedarse de brazos cruzados y hay que acudir a un especialista que diagnostique, valore y aplique la terapia adecuada.

No hay que renunciar a vivir. El dolor que se siente es temporal. Siempre, después de la más oscura de las noches, vuelve a salir el sol. Siempre, después de la más intensa de las tormentas, reina la calma. Siempre hay un camino y una alternativa.

Al igual que alguien que se ha roto una pierna, una persona deprimida necesita un proceso de recuperación. Tan pronto como empiece a trabajar en sí misma, podrá comprobar cómo va saliendo del pozo, cómo avanza en el túnel, cómo se siente mejor. Poco a poco recobrará la confianza y recuperará las funciones cognitivas. Un buen día todo habrá pasado y, al volver la vista atrás, comprobará que ha ganado la batalla a esta enfermedad.

Si todo lo expuesto anteriormente suena a chino, hay que tratar de entender las serias repercusiones que tiene esta enfermedad, mostrar comprensión a las personas deprimidas y, sobre todo, no juzgarlas como débiles, no añadirles más presión, ofrecerles la mano y ayudarles a salir del terrible pozo en el que se encuentran.


viernes, 4 de mayo de 2018

El hijo de Nancy Edison

“Mi madre fue la que me hizo como soy. Fue tan leal, estaba tan segura de mí, que yo sentía que tenía un motivo para vivir, alguien a quien no decepcionar”.
Thomas Alva Edison


El próximo día 6, primer domingo del mes de mayo, se celebra en España el Día de la Madre.

Todos conocemos a los grandes líderes o inventores de la historia, pero sabemos muy poco de cómo llegaron a serlo.

Thomas Alva Edison (1847-1931), creador de aparatos como la bombilla, el fonógrafo y el proyector de películas, fue el inventor más prolífico de la historia con más de mil patentes en Estados Unidos, además de otras en Reino Unido, Francia y Alemania.

Su paso por la escuela fue breve, pues fue su madre, Nancy Matthews Elliott (1810-1871), la encargada de educarlo, la persona que creyó en él de forma incondicional.

La figura de Edison sobresale como modelo de tenacidad, como ejemplo del valor del esfuerzo y del trabajo incesante por encima del talento innato y la inteligencia. Su frase más célebre es, quizás, “El genio es un diez por ciento de inspiración y un noventa por ciento de transpiración”.

“The History Channel” se hizo eco de su historia con un cortometraje titulado “Thomas Alva Edison: el hijo de Nancy”, que muestra la entrañable historia del brillante inventor y su madre. Se emitió por primera vez en abril de 2016.

Se trata de un homenaje a todas las madres del mundo, mostrando cómo el amor, determinación y perseverancia de una madre pueden lograr que el ser humano sea capaz de hacer cosas verdaderamente increíbles.

La historia, obtenida del libro “Cómo hacer posible lo imposible” de Luis Álvarez, es la siguiente:

«Un muchacho de nueve años llamado Thomas Edison, entró en su casa corriendo en busca de su madre para entregarle una carta que le había dado el director de su colegio.

A medida que Nancy, la madre de Thomas, leía aquella carta, las lágrimas brotaban de sus ojos, pero rápidamente las secó para dirigirse a su hijo:

—Thomas, me dicen que eres un genio, que eres un niño superdotado y que el resto de los alumnos te impiden avanzar en tus estudios a la velocidad que tú necesitas. Me sugieren que te lleve a un colegio especial para chicos como tú, pero como no podemos permitírnoslo, he tomado la decisión de enseñarte yo misma todo lo que necesites para sacar de ti lo mejor que tengas.

Nancy Edison hizo con su hijo un gran trabajo, porque aquel muchacho se convirtió en el mayor inventor del siglo XX y en una de las personas más influyentes de su tiempo.

Al morir su madre, se encontraba Thomas revisando y colocando sus pertenencias cuando de pronto vio una caja de cartón en la que ella solía guardar los recortes de prensa que hablaban de él. La abrió y allí, al fondo, entre los papeles amarillos, descubrió la carta que con nueve años le habían entregado en el colegio y la desplegó para leerla:

“Estimada señora Edison:

Lamentablemente tenemos que comunicarle que su hijo tiene una gran dificultad a la hora de seguir las clases, hasta el punto de que está retrasando al resto de los compañeros. Algunos padres han presentado una queja por ello y tenemos que solicitarle que saque a su hijo del colegio.

Le recomendamos que lleve a Thomas a uno especial para niños con problemas en la enseñanza. Sabemos que estos colegios no son baratos que su situación económica no es la mejor en este momento, por lo que posiblemente tenga que considerar educarle en casa”.

Fue entonces cuando Edison se dio cuenta de que el verdadero genio había sido su madre, porque fue ella quien había conseguido que fuera inventor».



La historia en el cortometraje está dramatizada, pues, en realidad, la madre no muere cuando Thomas Edison es tan mayor como aparece en el vídeo, sino cuando tenía veinticuatro años.