Presentación   /   Página de Inicio   /   Frases y citas para el cambio   /   Libro de visitas
  ÍNDICES POR TEMAS O ETIQUETAS:

viernes, 28 de noviembre de 2014

Los catálogos de juguetes


Cómo nos enseñan a ser niños o niñas con los juguetes.

Cada año por estas fechas proliferan los catálogos de juguetes por todo el territorio español. Simplemente con hojearlos comprobaremos que todos, de forma más o menos explícita, contradicen el principio de “no discriminación por razón de sexo” que, se supone, inspira nuestro marco jurídico y social. Fijaos en los textos, en la distribución de imágenes de niños y niñas, la utilización del estilo (color, composición, tipografías…), la maquetación… Son prácticas publicitarias discriminatorias que no cumplen la legislación vigente y ninguna institución competente hace nada al respecto.

Los juguetes son elementos esenciales en la socialización de género, es decir, en el proceso por el cual aprendemos a pensar, sentir y comportamos como hombres o como mujeres según las normas, creencias y valores que cada cultura y cada época asigna a unas y a otros. Dicho de forma más sencilla: a través de los juguetes nos enseñan a ser niñas y niños y cuáles son los papeles que la sociedad espera que desempeñemos.

Los roles de “género” son construcciones culturales. Por tanto, si no nos gustan, se pueden cambiar y “desaprenderse”.

Los juguetes no tienen sexo, no son masculinos ni femeninos. Lo mismo que muchos padres se encargan del cuidado de los bebés y muchas madres trabajan en profesiones que hasta hace poco eran típicas de hombres, las niñas no tienen que jugar solo con muñecas y los niños con guerreros…

Hace algunos años hice una propuesta para que los niños y niñas de Educación Infantil del que por entonces era mi colegio, eligieran sus juguetes conforme a sus propias inclinaciones, gustos y aficiones, sin la influencia de la publicidad u otras presiones.

Para ello construí un sencillo y “casero” catálogo en el que los juguetes están agrupados, según sus características, en sensoriales, manipulativos, motores, de construcción, simbólicos, juegos con reglas, etc.

Les di a cada niño y niña un catálogo con ochenta juguetes. Los iban identificando, expresaban si los conocían, si los tenían, si habían jugado alguna vez con ellos, si eran divertidos... Les pedí que “escribieran” su carta a los Reyes Magos haciendo una selección de cinco juguetes —dura tarea, pues los querían todos—. Colorearon los juguetes que habían elegido, los recortaron y pegaron en sus cartas.

Los niños y niñas eligieron libremente los juguetes que querían y lo hicieron de acuerdo a su carácter y personalidad y no a su sexo. Las cartas se entregaron a los padres para que fueran analizadas en familia. Algunos, pocos, “respetaron” la elección de sus hijos/as. Otros no consintieron que a sus hijos, varones, les trajeran los Reyes la cocinita, o el juego de peluquería que habían pedido (no lo entiendo, pues hay grandes cocineros y peluqueros de sexo masculino). Algo de más suerte tuvieron las niñas que habían elegido la caja de herramientas o la grúa...

En fin, a veces pienso que es una batalla perdida y otras, me animo a seguir intentando que las cosas cambien. Es por ello que he hecho esta entrada. Bueno... por eso y porque me lo han pedido.

Podéis descargar los catálogos (incluyo también el de niños y niñas de cinco a ocho años). Se trata de una bonita experiencia que puede hacerse en familia.

Los niños y niñas de cinco a ocho años tienen, en relación con los juguetes, más interiorizados los roles de género, pero con el catálogo se evitan otras influencias publicitarias poco deseadas.

Permitidme recordar que los juguetes deben divertir y desarrollar la imaginación; que los más sencillos suelen ser los más divertidos; que tú eres su mejor juguete y que un libro es uno de los mejores regalos que puedes hacer.

Dejemos que los niños y las niñas jueguen a lo que quieran. Sus juegos son la expresión de sus deseos, de su yo único e irrepetible, de su libertad.


domingo, 23 de noviembre de 2014

Vivir sin miedo

Fuente: “Lecciones de vida” de Elisabeth Kübler-Ross y David Kessler.

El miedo es un sistema de advertencia que, a un nivel primario, nos presta un buen servicio. En situaciones potencialmente peligrosas, el miedo es una señal saludable. Es una protección. Sin él no sobreviviríamos mucho tiempo. Sin embargo, es fácil experimentar temor donde no hay peligro.

Solemos vivir la vida como si las circunstancias nos fuesen desfavorables. Nuestra cultura pregona el miedo: “el alimento que usted consume puede ser peligroso”, “la ropa que usa su hijo puede ser peligrosa”, “este año sus vacaciones podrían causarle la muerte”… Pero ¿cuánto de todo aquello que tememos se hace realidad? Lo cierto es que hay escasa correlación entre lo que tememos y lo que nos ocurre. Las compañías de seguros apuestan a que la mayor parte de lo que nos preocupa nunca ocurrirá y ganan miles de millones cada año.

Este tipo de miedo no es real, es ficticio y, aun así, nos mantiene despiertos por la noche, nos impide vivir. Parece no tener propósito ni clemencia, nos paraliza y debilita el espíritu.

El miedo es una sombra que lo obstruye todo: nuestro amor, nuestros verdaderos sentimientos, nuestra felicidad, nuestro ser mismo. Usa muchos disfraces: ira, protección, autosuficiencia… Inconscientemente hacemos daño a nuestros seres queridos por miedo y nos reprimimos personal y profesionalmente por la misma razón.

Los miedos son engañosos porque van formando capas, una encima de la otra. Es posible ir quitándolas una a una hasta llegar al miedo del fondo, el fundamento en el que se apoyan todos los demás. Y ese suele ser el miedo a la muerte, supuestamente la causa de todas nuestras desdichas. Sin embargo, nuestros miedos no evitan la muerte, frenan la vida. ¿Hay algo más inevitable que la muerte? No aceptarla significa embarcarnos en un sufrimiento inútil y desgarrador.

Para enfrentar todos los demás miedos hemos de relajarnos frente a la muerte. Todos vivimos con la posibilidad de la muerte, pero para los moribundos se trata de una certeza y en los estudios realizados por la doctora Elisabeth Kübler-Ross, ellos manifiestan que al hallarse frente a la muerte, el miedo ya no tiene poder sobre ellos porque ya no hay nada que temer, nada que perder. Por desgracia, cuando el miedo ha desaparecido, solemos estar ya demasiado enfermos o viejos para hacer lo que habríamos hecho antes si no hubiéramos tenido miedo.

 “Sin miedo”. Rosana.

Tenemos que superar nuestros miedos mientras aún podamos hacer aquello que soñamos.

Avanza un pequeño paso cada día haciendo alguna de las pequeñas cosas que temes hacer. Tu miedo solo tiene un enorme poder sobre ti cuando no lo enfrentas. Cuando actúas por miedo, generas más miedo...

Tenemos muchas palabras para designar las variadas emociones que experimentamos a lo largo de la vida, pero en lo más profundo, solo existen dos emociones: amor y temor. Todas las emociones positivas proceden del amor, todas las emociones negativas nacen del miedo. Del amor brotan la felicidad, la satisfacción, la paz y la alegría. Del miedo provienen la ira, el odio, la ansiedad y la culpa. Los pensamientos que tienes o bien refuerzan tu miedo o bien ensanchan tu amor. El temor crea más temor, especialmente cuando está oculto. El amor crea más amor, se expande a sí mismo. Aprende a usar el poder del amor y la bondad para vencer el miedo.

El miedo siempre se basa en algo que ocurrió en el pasado y hace que temamos a algo que creemos que puede ocurrir en el futuro. Solo el amor es la única emoción real porque sucede en el presente.

Si vives con miedo, en realidad no vives. Si sabemos abrirnos paso a través de nuestros miedos, si somos capaces de aprovechar todas las oportunidades posibles, podemos vivir la vida que tan solo nos habíamos atrevido a soñar.

«¿Qué ocurriría si empezáramos a correr algunos riesgos, si nos enfrentáramos a nuestros miedos? ¿Y si fuéramos más lejos, si persiguiéramos nuestros sueños, si obedeciéramos a nuestros deseos? ¿Qué ocurriría si nos permitiéramos experimentar libremente el amor y encontrar satisfacción en nuestras relaciones? ¿Qué clase de mundo sería este?».


martes, 18 de noviembre de 2014

La verdadera historia de los hombres

Fuente: “La otra orilla” de Juan José Benítez.


Título original: “El historiador que quería escribir la verdadera historia de los hombres”

«Un preclaro historiador había consumido la mitad de su vida en la investigación y redacción de la verdadera Historia de los hombres.

Y un día fue invitado a un viaje en barco.

Al llegar el ocaso, aquel sabio —extasiado ante la puesta de sol— pidió a sus amigos que manifestaran sus sentimientos ante semejante espectáculo.

El poeta fue el primero en hablar:

“Estamos presenciando la última borrachera de luz del cíclope celeste”.

“¡Qué ridiculez! —exclamó el astrónomo—. Todo el mundo sabe que estamos asistiendo a la última fase del movimiento de rotación del planeta, antes de penetrar en el cono de la sombra”.

Intervino entonces el filósofo:

“De ninguna manera: ambos estáis equivocados. Este crepúsculo no es otra cosa que el desvanecimiento en el éter de la sólida angularidad de un día que se va.”

“¿No comprendéis —replicó el teólogo— que estamos ante el final de la historia personal de cada uno de nosotros y que el mañana es un hipotético regalo de la Divinidad?”

“Yo solo sé —expuso el rico—, que el sol brilla para todos y que no cobra por sus rayos. Esto, evidentemente, es injusto”.

“Aun siendo un pariente lejano —concluyó el pobre—, ese sol es el único que visita a la Pobreza. Y jamás pide nada a cambio”.

Al día siguiente, al regresar a su casa, el eminente historiador arrojó su libro a la basura».


jueves, 13 de noviembre de 2014

El mayor premio es compartirlo

Anuncio de la Lotería de Navidad 2014

Ayer miércoles, día 12 de noviembre, fue presentado el anuncio de la lotería de Navidad.

La campaña está formada por nueve vídeos dirigidos por Santiago Zannou y puestos en marcha por la agencia Leo Burnett. Para el vídeo central se ha elegido una emocionante, cercana y humana historia en la que unos personajes anónimos dan una lección de amistad y solidaridad bajo el lema “El mayor premio es compartirlo”.

Rodado en el bar “La Muralla” del barrio madrileño de Villaverde, cuenta la historia de Manuel que, para un año que no compra lotería, ve como “El Gordo” ha tocado en su barrio, en el “Bar Antonio” donde cada año la solía comprar.

Convencido por su mujer, cabizbajo, baja al bar donde los vecinos brindan llenos de alegría. Allí se toma un café y Antonio, el dueño, le depara una sorpresa…

Los otros vídeos que forman la campaña, cuentan las historias de otros personajes alrededor del “Bar de Antonio”.

En televisión se emitirán también los que nos cuentan el origen de la historia entre Antonio y Manuel (“No la pierdas”), una pequeña historia de la lotera (“El secreto”) y los planes de una pareja cuando se enteran de que les ha tocado la lotería (“Dilo bien”).

Los otros cinco relatos se titulan: “Llamada”, “No siempre se gana”, “Beautiful”, “Si tú supieras” y “Carpeta”.

La canción que suena en los vídeos es “Glacier” de James Vincent McMorrow.

A continuación, podéis ver todos los vídeos.



miércoles, 12 de noviembre de 2014

Piedras y prioridades

Este relato está incluido en el libro “No te rindas” de Enrique Rojas.

«Un experto en gestión del tiempo que daba una conferencia, puso sobre la mesa un frasco de cristal y un montón de piedras del tamaño de un puño.

—¿Cuántas piedras caben en el frasco? —preguntó.

Mientras el público hacía sus conjeturas, fue introduciendo piedras en el frasco hasta llenarlo. Luego preguntó:

—¿Está lleno? —todos asintieron.

Entonces sacó de la mesa un cubo con gravilla, puso parte de ella en el frasco y lo agitó. Las piedrecitas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto volvió a preguntar:

—¿Está lleno? —y esta vez los asistentes dudaron.

—Tal vez no —dijo uno; y, acto seguido, el conferenciante extrajo un saquito de arena y la metió dentro del frasco.

—¿Y ahora? —inquirió.

—¡No! —exclamó el público; y el conferenciante tomó una jarra de agua que empezó a verter dentro del recipiente. Este aún no rebosaba.

Terminada la demostración, preguntó:

—¿Qué acabo de demostrar?

Uno de los asistentes respondió:

—Que no importa lo llena que esté tu agenda; si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.

—¡No! —repuso es experto, y concluyó—: Lo que esto nos enseña es que, si no pones las piedras grandes al principio, luego ya no cabrán.»

El ejercicio de este experto en gestión del tiempo es una invitación a que cada persona encuentre las piedras grandes de su vida. Cuando ponemos en primer lugar lo verdaderamente importante, el resto, las piedras menores, encuentran su lugar.

Tenemos que fijar nuestras prioridades para centrarnos en lo verdaderamente importante.


viernes, 7 de noviembre de 2014

La verdadera amabilidad

“Sé amable, pues cada persona a la que encuentres está librando una dura batalla”.
Platón



Fuente: “365 ideas para cambiar tu vida” de Francesc Miralles.

¿Cómo reconocer cuándo la amabilidad de alguien es cortesía postiza y cuándo actúa de todo corazón?

Solo tenemos que observar cómo trata a los demás: a su familia, a sus compañeros de trabajo, también a personas anónimas como el taquillero del metro o el estudiante que solicita hacer una encuesta. Si se comporta con amabilidad con todos por igual es señal que estamos ante una persona naturalmente amable. Si se dan, en cambio, grandes diferencias, existen razones para dudar, pues la verdadera amabilidad no conoce privilegios.

Algunas veces, intentamos hacer algo por los demás y recibimos una respuesta airada, o incluso interpretan que buscamos sacar algún beneficio. Ante este tipo de situaciones, solo queda pensar que cada persona se halla en un grado diferente de evolución espiritual y da solo aquello de lo que es capaz.

En cualquier caso, la persona genuinamente amable no espera nada a cambio, ni se ofende por o haber obtenido reconocimiento o un trato equivalente.

La amabilidad no es un comercio del tipo “yo te doy esto, tú me das aquello”. La transacción emocional termina en uno mismo, porque tiene en el acto amable su propia recompensa.


domingo, 2 de noviembre de 2014

Los “sueños”

Fuente: “La otra orilla” de Juan José Benítez.

«Y ahora, frente al último de mis “sueños”, he terminado de desnudar mi alma.

Y al hacerlo, como suponía, solo he descubierto un zumbante enjambre de dudas.

“¿Quién soy yo?”.

Y el oleaje de mi corazón respondió:

“Probablemente, un eterno insatisfecho”.

“¿De dónde vengo?”.

Y la chispa divina que aún parpadea en mí susurró:

“Probablemente, de lo más profundo del Amor del Padre”.

“¿Hacia dónde me dirijo?”

Y el rayo de la esperanza que no cesa clamó:

“Probablemente, a lo más profundo del Amor del Padre”.

“¿Por qué he nacido?”.

Y el anciano que siempre me acompaña respondió:

“Probablemente porque tú lo deseaste”.

“¿Cuál es mi misión?”.

Y el Universo habló por mí:

“Aprender”.

Y antes de que pudiera formular mi siguiente pregunta, el Anciano de los Días se adelantó:

“Aprender no significa solo conocer… Aprender es experimentar”.

“¿Es que se puede experimentar desde la duda?”.

Y mil voces interiores replicaron al unísono:

“Sobre todo desde la duda”.

“¿Por qué debo morir?”.

“Pregunta mejor si es necesario morir…”, corrigió mi otro Yo.

“¿Lo es?”.

“Tan necesario como un alto en el camino”.

Y así, cara a cara conmigo mismo, he sabido que éstos no son mis últimos sueños...” ».