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viernes, 19 de marzo de 2021

1001 entradas. Hasta siempre

Fuente: “Sawai. 21 cuentos sobre lo que realmente cuenta” de Sagar Prakash Khatnani.


 “Save the last dance for me” (“Guarda el último baile para mí”). Emmylou Harris.

Con el blog “Si yo cambio, todo cambia”, entrada tras entrada, he tenido la impresión, como cuando era una colegiala, de que iba rellenando las hojas de un cuaderno y que, algún día, se acabarían. Pues, bien, ese día ha llegado. Comencé el blog el día 7 de julio del año 2010 y con esta entrada, hoy, 19 de marzo de 2021, día de San José, hermoso día en el que, además, en España se rinde homenaje a los padres, quiero poner fin al blog, aunque, mientras pueda, seguiré atendiendo a los posibles comentarios y el libro de visitas.

Esta es la entrada 1001 del blog y quiero celebrarlo expresando mi agradecimiento a todas las personas que, en algún momento, habéis seguido el blog y de forma especial, a las que lo habéis hecho públicamente y a las que habéis aportado vuestros comentarios, opiniones y sugerencias. GRACIAS.

Este blog está dedicado a las personas que buscan en su interior el camino de vuelta; a las que tienen preguntas en lugar de respuestas; a las que se atreven a cuestionar al mundo; a las que son fieles a sí mismas; a las que se desnudan para que sus heridas se curen y hacen de sus cicatrices las grietas por las que entra la luz; a las que siguen su voz interior; a las que honran su canto a la vida; a las que dan tiempo para amar; a las que son nido en lugar de jaula; a las que son capaces de hacer la vida más amable a otras personas; a las que se dan otra oportunidad para cambiar las cosas y hacer que merezca la pena, pero, sobre todo, está dedicado a las personas que se han encontrado y/o se encontrarán, por “causalidad”, con él. Para ellas son sus entradas.

Finalizar el blog con la entrada 1001 no es un capricho y tiene una intención. En algunos países de Oriente, cuando una persona hace un donativo, regalar una moneda adicional es símbolo de amor y trae buena suerte. Sumar una moneda al total significa que se ha dado todo cuanto se tenía. De esta manera, el valor del uno es más importante que el resto de la cantidad. Según la tradición, el “1” adicional es lo que “deberá” la persona que recibe. Se crea, así, un lazo de continuidad en la relación.

En mi caso, el valor del uno expresa que en el blog he vaciado mi corazón y ese “1” adicional significa: “nos volveremos a encontrar”. Probablemente, tras un descanso, en un nuevo blog. Si así fuera, tendréis noticias mías en este blog y en sus redes sociales.

... Y si así no fuera, espero que me lo “devolváis” siendo felices.

La primera entrada del blog, “El señor de las Tinieblas”, relato incluido en el libro “Vivir es un asunto urgente” de Mario Alonso Puig, es uno de mis cuentos favoritos. Hoy pongo el broche final al blog “Si yo cambio, todo cambia” con unas reflexiones del mismo autor.

Fuente: “365 ideas para una vida plena” de Mario Alonso Puig.

«Tú no tienes por qué cambiar quién eres porque en tu esencia ya eres perfecto, esto es, completo. Lo que sí puedes es cambiar tu forma de ser y de estar en el mundo.

Cuando evolucionas en tu manera de ser y de estar, empiezan a cambiar dos cosas: el tipo de acciones que emprendes y el de resultados que obtienes.

Hay cuatro elementos que necesitas para convertirte en esa persona que estás llamada a Ser.

El primero es una visión que realmente te inspire, que te conmueva las entrañas. La visión responde a dos preguntas que son: ¿qué es de verdad lo que quiero? y ¿por qué realmente lo quiero?

El segundo elemento que ha de estar presente para que se despliegue tu verdadero potencial es el propósito. El propósito contesta a la pregunta: ¿para qué quiero hacer realidad mi visión? Se trata de que encuentres una razón que vaya más allá de ti mismo. Aquí es donde se expresa tu deseo de contribuir para hacer de este mundo un mundo mejor.

El tercer elemento para que aflore tu mejor versión es el conocimiento de los principios que operan en el universo y alinea tu vida con ellos. Un principio es una regla básica de funcionamiento y hay dos de excepcional importancia: el universo es abundante y el universo es sabio y benévolo. Quien vive de acuerdo a ellos es más difícil que quede atrapado por la avaricia, los celos, la envidia o el miedo.

El cuarto elemento que te impulsa en la dirección correcta son los valores. Cuando un valor se pone en práctica y se integra se convierte en una virtud. Los valores no se imponen, sino que se descubren. Eres tú el que te das cuenta de que cuando algunos de ellos orientan tu vida empiezas a tener experiencias nuevas y transformadoras. Son estos los que también marcan tus prioridades.

Quien trabaja su visión, su propósito y guía su vida gracias a una serie de principios y valores acordes con la naturaleza humana, experimenta el crecimiento, la mejora, la evolución y el grado de contribución que corresponden a quien ha sido capaz de transformar su forma de ser y de estar en el mundo.

Recuerda que has venido al mundo para mejorarlo, y eso solo lo podrás conseguir si te conviertes en el artífice de tu propio destino. No olvides que a veces los oponentes más duros no están fuera, sino dentro de uno mismo.

Que tu entusiasmo no proceda solo de lo que quieres alcanzar en el futuro, sino del convencimiento de lo que ya eres en el presente.

No temas a la muerte, sino a no saber vivir. Aunque muchas veces no puedas elegir tus circunstancias, eres libre porque sí puedes elegir cómo interpretarlas y cómo vivirlas».



ALGUNAS ENTRADAS RELACIONADAS EN ESTE BLOG:

- El mejor regalo (2016)
- Volar, lo que se dice volar... (2017)
- Un encuentro nada casual (2018)
- Mi propósito (2019)
- ¡Despierta y vive! (2020)

martes, 16 de marzo de 2021

Cuento final

Cuento para niños y no tan niños

Detalle de la puerta principal de “La ciudad de los niños” de Jaén

Fuente: “Cuentos de intriga de la hormiga Miga” de Emili Teixidor.

«Érase una vez un cuento que era el último de todos los cuentos.

No era el último porque fuera el más tonto, sino porque le tocaba ser el último.

Era el encargado de decir:

Y vivieron felices
y comieron perdices.
Y a mí no me dieron
porque no quisieron .

Pero un día se cansó de decir siempre lo mismo y dijo:

Si solo comen perdices,
no serán nunca felices.
También necesitan cuentos
que son buenos alimentos.

Y otro día acabó así:

Con cuentos y un calamar,
volveremos a empezar.
Con un calamar y un cuento,
tenemos un buen invento.

Y otro día, así:

Si no queréis acabar,
hay que volver a empezar.
Y si os gustan nuevos cuentos,
en la mente tenéis cientos».

jueves, 11 de marzo de 2021

El animal que se convirtió en un dios


Fuente:“Sapiens. De animales a dioses. Breve historia de la humanidad” de Yuval Noah Harari.

«Hace 70.000 años, Homo sapiens era todavía un animal insignificante que se ocupaba de sus propias cosas en un rincón de África. En los milenios siguientes se transformó en el amo de todo el planeta y en el terror del ecosistema. Hoy en día está a punto de convertirse en un dios, a punto de adquirir no solo la eterna juventud, sino las capacidades divinas de la creación y la destrucción.

Lamentablemente, el régimen de los sapiens sobre la Tierra ha producido hasta ahora pocas cosas de las que podamos sentirnos orgullosos. Hemos domeñado nuestro entorno, aumentado la producción de alimentos, construido ciudades, establecido imperios y creado extensas redes comerciales. Pero ¿hemos reducido la cantidad de sufrimiento en el mundo? Una y otra vez, un gran aumento del poder humano no mejoró necesariamente el bienestar de los sapiens individuales y por lo general causó una inmensa desgracia a otros animales.

En las últimas décadas hemos hecho al menos algún progreso real en lo que a la condición humana se refiere, reduciendo el hambre, la peste y la guerra. Sin embargo, la situación de otros animales se está deteriorando más rápidamente que nunca, y la mejora en la suerte de la humanidad es demasiado reciente y frágil para poder estar seguro.

Además, a pesar de las cosas asombrosas que los humanos son capaces de hacer, seguimos sin estar seguros de nuestros objetivos y parecemos estar tan descontentos como siempre. Hemos avanzado desde las canoas a los galeones, a los buques de vapor y a las lanzaderas espaciales, pero nadie sabe adónde vamos. Somos más poderosos de lo que nunca fuimos, pero tenemos muy poca idea de qué hacer con todo ese poder. Peor todavía, los humanos parecen ser más irresponsables que nunca. Dioses hechos a sí mismos, con solo las leyes de la física para acompañarnos, no hemos de dar explicaciones a nadie. En consecuencia, causamos estragos a nuestros socios animales y al ecosistema que nos rodea, buscando poco más que nuestra propia comodidad y diversión, pero sin encontrar nunca satisfacción.

¿Hay algo más peligroso que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo que quieren?».


sábado, 6 de marzo de 2021

La cronopatía

“La rapidez, que es una virtud, engendra un vicio, que es la prisa”.
Gregorio Marañón



Fuente: “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estapé.

El tiempo es el bien más democrático que existe. Todas las personas contamos con veinticuatro horas en nuestro día y cada uno es responsable, no solo de cómo rellena el día, sino de cómo percibe la sensación del tiempo.

Nos encontramos en un momento de la historia donde la máxima aspiración del ser humano es la productividad y la eficiencia. Es lo que denominamos la mercantilización del tiempo y ha surgido un nuevo “síndrome”: la cronopatía —cronos “tiempo”, pathos “enfermedad”—, que consiste en la obsesión por aprovechar el tiempo.

Hoy no queda bien decir que uno está libre o desocupado. Se valora de forma positiva todo aquello que se relaciona con la velocidad y la capacidad de aprovechar más el tiempo. ¿Qué consecuencias tiene esto? La aparición de un estrés que, como una enfermedad maligna, se está extendiendo a todos los aspectos de nuestra sociedad, convirtiéndose en crónica y gravemente perjudicial.

Vivimos convencidos de que la prisa y la aceleración producen mayores y mejores resultados en la vida y la inmediatez se ha convertido en protagonista crucial de la vida. Todo, hoy y ahora. No se espera una semana para ver el siguiente capítulo de una serie y se reclaman los billetes de tren por llegar quince minutos tarde al destino.

El ser humano se define según la manera en la que organiza su día y, con ello, su vida. Las personas ordenadas consiguen que las horas se multipliquen, porque no olvidemos que “el orden es el placer de la razón”. Llegados a este punto podemos diferenciar dos extremos: el de las personas que pierden y malgastan el tiempo con una vida vacía que les conduce a estados depresivos y el de las personas que sufren de cronopatía. ¿Quién no conoce a alguien que no sabe renunciar a ningún plan, que necesita planificar todo su tiempo con mucha antelación y llenar todos los espacios y huecos de su agenda con múltiples actividades?

Hay personas que no saben vivir en el descanso y los parones les generan ansiedad, sentimientos de culpa, vacío, tristeza… y su vida acaba convirtiéndose en una huida hacia adelante.

No olvidemos que las grandes experiencias de la vida no se saborean en el ajetreo de las prisas y el reloj.

La vida no es plena y gratificante si no hay paz y quietud en algunos instantes.


lunes, 1 de marzo de 2021

Tener enemigos


Fuente: “Aprendiz de sabio” de Bernabé Tierno.

El español Santiago Ramón y Cajal, premio nobel en medicina, sentenciaba: “Si no tienes enemigos, es que jamás dijiste la verdad ni amaste la justicia”.

Hay dos tipos de enemigos especialmente peligrosos:

- Los encubiertos, entre los que se encuentran los frustrados y los envidiosos y los que aprueban siempre lo que haces y dices (“los pelotas”). Son compañeros inevitables en nuestro camino. Hemos de contar con su cobardía e hipocresía.

- Los enemigos declarados. Los que nunca te tragaron y te odian.

Acéptalos con la misma naturalidad con que aceptas los días de calor o de frío, de sol o de lluvia, pero no los subestimes. Es importante que sepas que están ahí, al acecho como una víbora, esperando su momento para atacar.

El mejor antídoto para cualquier tipo de enemigo es ignorarle, aunque siempre sin perderle de vista, porque cuanta más importancia le des, más fuerte y poderoso se sentirá.

Por desgracia, las personas verdaderamente valiosas, esforzadas y honestas, no cotizan alto en la sociedad actual.

Si decides ser una persona honesta hasta las últimas consecuencias, tienes que estar preparado para soportar duros ataques, traiciones y muchos momentos de amarga soledad, que tendrás que superar y aliviar convirtiéndote en tu mejor, compresivo y afectuoso amigo.


miércoles, 24 de febrero de 2021

¿Qué es Andalucía?

El próximo 28 de febrero, se celebra el Día de Andalucía y, con el lema “Tú eres Andalucía”, cada uno de los centros territoriales de la Radio Televisión de Andalucía (RTVA) ha producido un anuncio apostando por los encantos de cada una de las ocho provincias de Andalucía (Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla). El eslogan de la campaña, por otra parte, evoca al poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer: “Qué es Andalucía? Andalucía eres tú”.

Los ocho vídeos comienzan con la pregunta ¿qué es Andalucía? y consisten en una secuencia de imágenes muy cuidadas con unos buenos textos, interpretados por el periodista y poeta sevillano Antonio García Barbeito, en los que se ensalzan algunos de los elementos diferenciales de cada provincia: playas, fiestas, monumentos, paisajes…

Con imágenes y recursos propios, Canal Sur ha logrado, con sus ocho promociones provinciales, emitir un mensaje adecuado para festejar el Día de Andalucía.

Aquí os dejo un vídeo con los ocho anuncios.

Me gustaría señalar que los vídeos anteriores se publicaron después de la polémica y controvertida campaña institucional 28 F, Día de Andalucía, de este año. El vídeo, titulado “¡Andaluces, de nuevo, levantaos!”, va proyectando diferentes imágenes al tiempo que una voz en off recita la letra del himno de Andalucía.

El anuncio ha recibido en las redes sociales una lluvia de críticas porque la voz superpuesta recita el himno de Andalucía en un perfecto castellano, los clips se han tomado de bancos de imágenes y no aparece en él la bandera de Andalucía. Se considera, así, que en el anuncio se reniega del acento andaluz y que es un insulto para los andaluces a los que se nos falta al respeto.

En mi opinión, el vídeo no está a la altura de la conmemoración del Día de Andalucía, pero no me siento insultada. Yo soy una andaluza de Jaén y tampoco me identifico con los acentos, por ejemplo, sevillano, gaditano o malagueño con los que, se supone, nos “reconocen” a todos los andaluces. En el anterior vídeo, el sevillano Antonio García Barbeito pronuncia la “j” de la palabra “Jaén” como una “h” aspirada cuando, en el habla jaenera, la “j” tiene una pronunciación gutural particularmente intensa; pero yo no me siento ofendida por eso. A lo mejor, como, según el poeta Miguel Hernández, soy “aceitunera altiva”, no tengo la piel tan fina y me indigno por cosas más importantes... Tal vez, como consta en el himno de Andalucía, es que creo en su universalidad.

[...] “¡Sea por Andalucía libre,
España y la Humanidad!

Los andaluces queremos
volver a ser lo que fuimos:
hombres de luz que a los hombres,
alma de hombres les dimos” [...]

¡Cuidado con la ideología! El hombre se hace cruel cuando se entrega a una ideología. Una ideología contra otra y el hombre, en medio, es aplastado.

Política y cultura nos llevan a conflictos y a dar respuestas, ante situaciones determinadas, sin pararnos a cuestionar nada. Toda cultura no es más que un conjunto de ideas que nos separan. Cuando somos un producto de nuestra cultura, nos convertimos en robots.

Os dejo con el polémico anuncio. A ver qué os parece...



sábado, 20 de febrero de 2021

La mejor oración

Fuente: “El diario de Eliseo” de Juan José Benítez.

El siguiente diálogo entre Jesús de Nazaret y sus discípulos está incluido en el capítulo “Aquel olor a mandarina”. Se produce tras la cena, al amor de un buen fuego, en las proximidades de la aldea de Jotapata, al oeste de Galilea, donde Jesús y los suyos habían montado el campamento. Corría el año 28…

Le he introducido algunas pequeñas modificaciones con el fin de extraer, de la forma más clara posible, el mensaje que hace referencia a la oración.


  “Amour divin” (“Amor divino”). Michel Pépé.

—Rabí —planteó Bartolomé—, ¿qué es la oración? ¿Para qué sirve? ¿Cómo debemos rezar? ¿Qué diferencia hay entre orar y adorar?

Jesús respondió a todas las dudas de Bartolomé, y algo más.

—La oración —respondió el Galileo— es una forma de hablar con el Padre Azul. Sirve para divinizar lo humano.

—¿Divinizar lo humano? —Preguntó Mateo—. No comprendo…

La intervención del Mateo fue muy oportuna. En realidad, nadie entendió.

—Cuando rezas, querido amigo, eres consciente de que te encuentras sobre las rodillas de un Dios. Y Él, Ab-bā (padre o papá), te sonríe, te diviniza. Pero no os equivoquéis —continuó el rabí con entusiasmo—. Rezar no es solicitar cosas materiales…

Lo miraron, perplejos y Juan le interrumpió:

—¿No debemos pedir salud?

El Maestro negó con la cabeza y aclaró:

—Todo eso está contemplado en tu tikkún (misión). La oración no te salvará de los problemas lógicos de la vida, ni te proporcionará salud. Lo que hayas elegido antes de nacer se cumplirá inexorablemente, reces o no reces. El amor del Padre se ocupa siempre, siempre —repitió—, de tus necesidades materiales. Recordárselo es una falta de respeto y una pérdida de tiempo y de energía. Él sabe antes de que abras los labios…

—¿Y qué tenemos que solicitar? —le interrogó Pedro.

—No tienes por qué pedir nada —replicó el Maestro a la cuestión planteada por Pedro—. Orar, os lo he dicho, es una manera de conversar con la Divinidad. Cuando hablas con un buen amigo, ¿qué haces? ¿Te pasas el tiempo pidiéndole cosas?

Todos respondieron que no.

—Pues eso… Siéntate en las rodillas del Padre Azul y abre tu corazón. Muéstrate cómo eres en realidad. Háblale de tus sueños, de tus deseos… O no le hables.

Quedaron perplejos. El Maestro captó la confusión y precisó:

—Donde hay amor no se necesitan las palabras. No tienes por qué decir nada. Siente a Dios, sin más. Él sabe porque está dentro de ti.

Los discípulos se pisaron las preguntas. Todos querían interrogar al rabí.

—¡Dios está dentro de mí —se impuso Pedro— y yo con estos pelos!

El Galileo rio con ganas. Pedro era casi calvo.

—Os lo he dicho muchas veces —prosiguió Jesús con dulzura—. Él entra en vosotros —y señaló su cabeza— y ahí permanece y permanecerá. Cuando paséis al otro lado, la nitzutz (“chispa divina”) terminará fundiéndose, definitivamente, con vuestra alma.

Bartolomé insistió:

—Dices, rabí, que orar es hablar con el Padre Azul. Pero entonces, ¿qué hacemos con las šemoneh (diecinueve plegarias que, obligatoriamente, debían rezar los judíos tres veces al día)?

—No aburráis a Dios —resumió el rabí.

Y el Maestro prosiguió:

—Mi Padre no necesita de esa recitación, como tampoco os exige ayunos y penitencias. Todo eso es consecuencias de la mente retorcida del hombre. Estáis aquí para vivir. No añadáis sufrimiento al sufrimiento propio de la existencia.

Y precisó:

—Rezad en secreto. No lo hagáis en grupo. La oración es un acto íntimo, como hacer el amor o dormir. Y no juzguéis a la hora de rezar. No juzguéis nunca.

—¿Cuál es la mejor oración? —intervino un seguidor de Jesús que estaba escuchando.

Jesús volvió a señalar su frente y replicó rotundo:

—Hacer la voluntad de Ab-bā . No te canses de ponerte en sus manos…

Guardó unos segundos de silencio y levantó la vista hacia las estrellas. Las había a miles. Se dejaban ver entre el ramaje. Después, el rabí pronunció una frase que debería ser grabada en piedra, para la eternidad:

—Cuando te pones en las manos del Padre Azul, el universo maquina a tu favor…

Tomás alzó la voz en la oscuridad y planteó:

—¿Si rezo me salvaré?

—No, Tomás…

Jesús hizo una estudiada pausa. Y los íntimos susurraron confusos.

—No, Tomás —recuperó la palabra el Maestro—. La oración no te salvará porque ya estás salvado.

Y gritó:

—¡Eres inmortal!... ¿No lo comprendes? Tu alma jamás morirá.

E insistió en algo ya dicho:

—Eres inmortal por expreso deseo del Padre Azul…, hagas lo que hagas o digas lo que digas.

—Pero, Maestro —advirtió Bartolomé— la ley dice que debemos pedir perdón a Yavé por nuestros muchos pecados…

Jesús no le dejó terminar.

—También lo hablamos. Ningún hombre está capacitado para ofender a Dios. No reces para solicitar perdón. Si has ofendido a tu hermano, acude ante él y hazle saber que estás equivocado. Si te ofendes a ti mismo, reconócelo. Con eso es más que suficiente. La oración, os lo he dicho, es algo más grande y sublime. No la enturbiéis con asuntos menores.

—Dice la ley —explicó Andrés— que, al cumplir con las oraciones obligatorias, alargamos la vida. ¿Estás de acuerdo?

—No, querido amigo. Eso es otro invento humano. Por mucho que reces no añadirás nada a tu vida. La oración no retrasa la muerte, y tampoco la adelanta. Morirás cuando llegue el momento… que tú mismo has fijado.

Mateo preguntó de nuevo:

—¿Es mejor el que más reza?

—No. Nadie es mejor que nadie. No lo olvides.

Mateo se sintió reconfortado. Algunos de los discípulos, no lo aceptaban. Su pasado reciente, como recaudador, lo convertía en un “pecador”.

Y Jesús continuó:

—En todo caso, es más inteligente el que hace la voluntad de Ab-bā.

Después se refirió a otras cuestiones, todas vinculadas a la oración, y dijo:

—Rezad, sobre todo, por los que os maldicen… Rezad siempre, y no solo en los malos momentos… Rezad para llenar la copa del alma… Al rezar ya estáis adorando… Después de orar, espera: mi Padre te sorprenderá… No recéis por la extensión de mi mensaje: practicarlo.

Al terminar la conversación, el lugar se vio impregnado por un intenso y agradable olor a mandarina. Nos miramos extrañados. Allí no se daba ese fruto. Entonces recordé lo escrito por el mayor. Cuando el Hijo del Hombre derramaba ternura y amor, el sitio se llenaba de una fragancia que recordaba el perfume de la mandarina.


domingo, 14 de febrero de 2021

Medidas para mejorar la convivencia

“Hacer compañía consiste en añadir algo a la vida de los demás y hacer que ellos se sientan cómodos en nuestra compañía”.
Noel Clarasó



Fuente: “Aprendiz de sabio” de Bernabé Tierno.

Vivir es convivir y convivir es pasarlo lo mejor posible con los demás.

La causa de casi todas las situaciones conflictivas, enfados y malos entendidos que malogran nuestras relaciones con los demás, es que no hemos aprendido a convivir. Seguramente, nadie nos ha enseñado y tampoco nosotros nos hemos preocupado en aprender a acompañar a los demás y sentirnos acompañados.

El secreto de la convivencia está en que hemos de aceptar a las personas como son y en cambiar nuestra actitud, para que sus acciones, lo que hacen o lo que dicen no nos afecten demasiado y no malogren nuestro vivir cotidiano.

En esta entrada se sugieren algunas medidas prácticas que facilitan y mejoran la mutua convivencia.

1. Antes de hablar, ya sea para decir, corregir o advertir al otro de algo o para darle una respuesta, tómate tu tiempo y no digas nada hasta tener claro dos cosas: La primera, que estás seguro de qué es lo que quieres decir, y la segunda, de las consecuencias que se seguirán de tus palabras.

2. Di lo que tengas que decir, pero con tacto e insistiendo hasta que tu interlocutor comprenda del todo el contenido de tus palabras, siempre sosegadas, firmes y afables, nunca hirientes ni que le descalifiquen como persona.

3. Exprésate con claridad, ten la certeza de que no existe la menor posibilidad de que tus palabras sean tergiversadas o mal interpretadas. Para lograrlo, insiste varias veces en cuál es la idea central de tu mensaje y en su punto clave.

4. Comprende para que te comprendan, escucha para que te escuchen e interésate por que los demás se sientan cómodos en tu compañía y tendrás muchas posibilidades de ser comprendido y escuchado, de que se interesen y preocupen por ti.

5. Haz que el otro se sienta una persona valiosa e importante para ti, recordando su nombre, su rostro, su profesión, dónde, cómo y en qué circunstancias le conociste…

6. Demuestra clara simpatía y entusiasmo por las ideas, deseos y proyectos de los demás.

7. Escucha con mucha atención, curiosidad y agrado, y no temas pedirle a tu interlocutor mayor claridad y abundancia de información.

8. Habla con interés de aquello que más entusiasme al otro y comenta tus intereses solo en la medida en que puedan ser compartidos por él.

9. Nunca pretendas tener «toda» la razón; deja que tu oponente satisfaga, en parte al menos, su necesidad de tener razón.

10. Lo habrás hecho bien en la medida en que hayas enriquecido al otro, se haya sentido cómodo en tu compañía y en el futuro cuentes con un buen amigo.


martes, 9 de febrero de 2021

Mi canción de gratitud


 “There is a reason” (Hay una razón). Alison Krauss.

Todas las entradas que he hecho para mis cumpleaños han sido, de alguna manera, una confesión en la que he reflexionado sobre mi vida y sobre las cosas que he aprendido en este camino que ya está empezando a ser largo. Este año no quiero que sea menos...

Hoy cumplo 59 años y, tal vez, si Dios lo quiere, no se me escapa que hay una perspectiva superior, este sea el último año que esté en la escuela.

El año pasado, todavía me pregunto por qué, quise celebrar mi cumpleaños con lo que yo llamo mi “clan familiar”. Pudimos reunirnos dieciséis personas de tres generaciones y, sencillamente, fui feliz. A causa de la pandemia, no hemos podido volver a estar todos juntos. Agradezco a Dios que estemos bien y deseo con todo mi corazón que nos permita volver a juntarnos, más temprano que tarde, para celebrar algún feliz acontecimiento.

Fuentes: “Escúchate” de Prem Rawat y “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estapé.

La vida, que es un regalo con fecha de caducidad, es el activo más grande que poseerá jamás cualquier ser humano.

Cada mañana, al levantarme, suelo decir: “¡Estoy viva, gracias!” y veo con claridad la oportunidad que se me da de vivir en este asombroso planeta, con todas las posibilidades que ello conlleva. Siento la fuerza vital latiendo en mí y suena dentro de mi corazón una canción de gratitud única e irrepetible como lo son cada una de los miles de millones de personas sobre la faz de la Tierra.

Mi gratitud por la vida es el punto de encuentro de mi pasado y mi presente. Doy las gracias por lo que tengo y siempre elijo aceptar, experimentar y apreciar las cosas como son. Eso no significa que no tenga aspiraciones, deseos y sueños.

No suelo perder mucho tiempo haciendo cuentas de mis males y de las cosas que me hacen sufrir. Suelo hacer inventario de mis bienes y agradezco lo mucho bueno que poseo viviendo, así, con mayor alegría y optimismo.

¿Debería estar agradecida por el sufrimiento? ¿Y si te dijera que mi sufrimiento ha sido la vía de entrada a mi felicidad y que me ha hecho ser mejor persona?

Cuando, a lo largo de mi vida me he topado con el sufrimiento, me han surgido, como a cualquier persona, las preguntas: ¿qué malo he hecho yo para merecer esto?, ¿por qué lo permite Dios?... No creas que me ha resultado fácil reconocer el sentido de mi sufrimiento.

El sufrimiento me ha empujado a clarificar el sentido de mi vida, de mis convicciones más profundas y, al diluir mis máscaras y apariencias, ha hecho que surja mi verdadero yo. Me ha hecho caer del pedestal y reconocer que necesito la ayuda, el cariño y apoyo de otros; que sola no puedo. Gracias al sufrimiento, reconozco mis limitaciones y he emprendido el camino hacia la sencillez.

El sufrimiento ha reforzado mi solidaridad, la empatía con el dolor ajeno, el acercamiento al alma de otras personas liberándome, así, de mucho de mi egoísmo. Me ha conducido a la madurez de mi personalidad, a la entrega a los demás, al conocimiento de mí misma y me ha llevado a crear a mi alrededor un lugar acogedor para vivir.

El sufrimiento ha transformado mi corazón y cuando descubres que el amor es el único antídoto para el sufrimiento, tu vida cambia, se ilumina… y esa luz se transmite.


viernes, 5 de febrero de 2021

La emoción azul (II)

Buenos días, tristeza


Fuente: “Intensa-mente” de Sònia Cervantes.

En la entrada “La emoción azul”, se presentó una visión de la tristeza que, quizás, nunca te habías planteado. La tristeza puede llegar a ser una gran amiga si le damos el sitio adecuado en nuestra vida, porque acabará siendo una gran fuente de aprendizaje y de superación personal. Eso no quiere decir que haya que ir tras ella para crecer. Eso sería masoquismo o victimismo.

Veamos qué podemos hacer para gestionar la tristeza para que sea efectiva y tenga alguna utilidad.

■ Debemos tomar conciencia de lo que nos está sucediendo e identificar la emoción. No es raro que al principio no sepamos lo que nos pasa. Si no hemos recibido una educación emocional adecuada, nos resultará difícil ponerle nombre a lo que sentimos.

■ Hemos de aceptar que estamos tristes. La tristeza se alimenta y crece con el silencio y con la negación y, por mucho que la disimulemos y no la mostremos, va a seguir estando ahí. Pero aceptar no es resignarse. Empecemos a decirnos: “Buenos días tristeza. Bienvenida. Toma asiento, pero no te acomodes porque voy a hacer todo lo posible para que no te quedes mucho rato”.

■ Dejar atrás la tristeza es posible, pero, para vencerla, debemos permitir que se exprese. Con lágrimas o sin lágrimas, llora. Si no puedes hacerlo, no te sientas mal porque no siempre es fácil y puede ser que no forme parte de tu código de expresión. Cuando digo llora, me refiero a que te des permiso para sentir la tristeza.

■ Al principio la tristeza lo inunda todo y no tendrás muchas ganas de hacer nada. No te obligues a hacer nada que no quieras hacer, pero oblígate a hacer algo. Practicar ejercicio es muy beneficioso: caminar, correr, pasear, bailar, saltar, jugar al fútbol, al pádel… lo que vaya contigo. Muévete. Ayuda mucho.

■ No escondas tu tristeza a tus seres queridos. Si no están a la altura o te sueltan: “eso son tonterías”, “no me vengas con tus penas” intenta hacerles entender que están equivocados y no te sientes apoyado por ellos. No tengas miedo de que te juzguen.

■ Que aceptemos la tristeza y dejemos que se exprese libremente, no implica que debamos quedarnos anclados en ella dando vueltas al problema. La tristeza debe servir para orientarnos hacia los cambios que generen una recuperación del bienestar emocional. Es normal estar triste ante ciertas circunstancias vitales, pero es casi una obligación centrarnos en qué vamos a hacer para salir de ahí.

■ Si te invaden ciertos pensamientos persistentes e invasivos, recuerda que no todo lo que piensas es cierto. Esa es la gran trampa.

■ Si ves que no sales adelante, que estás estancado, que no sabes cómo superar la tristeza y caes en las redes de la depresión, no te culpes por eso. Pide ayuda. Es un acto de gran valentía. Los psicólogos están para eso.

■ Si la tristeza llama a la puerta de alguien a quien quieres, sé compasivo con quien está sufriendo. El acompañamiento (consuelo) ayuda a mitigar la tristeza. Nunca te burles y hagas bromas de quien está triste. Los que sufren son personas que tal vez han agotado todos los recursos internos antes de desfallecer.


lunes, 1 de febrero de 2021

Cuentos amables


Fuente: “Más gente tóxica” de Bernardo Stamateas.

Fábula de Esopo

Un día el viento desafió al sol a competir para saber cuál de los dos era el más fuerte.

—Te demostraré que tengo más fuerza que tú. Mira cómo le quito el sombrero a ese hombre que está ahí.

El viento empezó a soplar cada vez más fuerte. El hombre sostuvo con la mano el sombrero hasta que la ráfaga pasó, porque el viento se cansó de soplar.

A continuación, el sol comenzó a proyectar sus cálidos rayos sobre el rostro del hombre que reconfortado se sacó el sombrero. El viento, enojado, le preguntó cómo lo consiguió.

—En vez de usar la fuerza, querido amigo viento, usa la calidez y lograrás tu objetivo —respondió el sol.

Cuenta una anécdota popular que dos hermanos estaban enemistados. Uno de ellos contrató a un carpintero y le dijo:

—Quiero que levantes una cerca entre mi hermano y yo, porque no lo aguanto más. Te pagaré lo que sea.

Después de hacer el encargo el hombre se fue al pueblo. Cinco horas más tarde, cuando regresó, el trabajo estaba terminado. Pero el carpintero no había construido un muro, había construido un puente.

—¡Yo pedí un muro! —se quejó.

Mientras seguía hablando el hermano atravesó el puente y exclamó:

—¡Gracias por tu intención de comunicarte conmigo! Yo también te estaba echando de menos. Te pido perdón.

Los hermanos se abrazaron, se perdonaron y ambos invitaron al carpintero a cenar esa noche. Pero el carpintero respondió:

—No puedo, gracias, tengo mucho trabajo por hacer: seguir construyendo puentes.

Las palabras amables y positivas nos conectan con los demás.


miércoles, 27 de enero de 2021

No te preocupes, ocúpate


Fuente: “La voz de tu alma” de Lain García Calvo.

Si no quieres preocuparte mantente ocupado. Las personas más preocupadas del mundo son aquellas que no tienen nada que hacer.

Una persona ocupada no tiene tiempo para preocuparse. Encuentra tu pasión y ocúpate. Invierte tu tiempo en expandirte y crecer, no en bloquearte y encoger. El miedo lleva a la preocupación y al encogimiento. El amor lleva a la felicidad y a la expansión. Ocúpate en algo que ames.

Cuando algo te preocupa, le estás dando excesiva importancia, estás concentrando en eso toda la energía y te entra el miedo a la pérdida. Si te ocupas en alguna actividad, la energía se enfoca hacia ella y se mantiene el equilibrio. La acción es la mejor manera de canalizar la energía.


viernes, 22 de enero de 2021

Con mucho acento

«¿Tú sabes por qué a Lola Flores se le entendió en todo el mundo? Por el acento.
El acento define nuestra personalidad.
El acento nos imprime carácter.
El acento nos hace únicos.
El acento es nuestro tesoro.
Y en lugar de esconderlo, lo vamos a celebrar...».


Ayer, 21 de enero, la empresa cervecera andaluza Cruzcampo lanzó su campaña publicitaria “Con mucho acento” protagonizada por Lola Flores. Sí, Lola Flores ha vuelto a la vida en este anuncio para decirnos lo importante que son nuestras raíces. Esta fecha se eligió porque ese día, pero de 1933, nació en Jerez de la Frontera, Cádiz, la popular y polifacética (cantante, bailaora y actriz) artista Lola Flores, “la Faraona”, que murió en 1995.

Gracias a la tecnología “deepfake”, una técnica de inteligencia artificial, se ha conseguido la voz, el rostro y los gestos de la artista para editar un vídeo muy realista, aunque ficticio. Para ello se ha contado con la colaboración de sus hijas, también artistas, Lolita y Rosario Flores.

En el anuncio se muestra un diálogo de Lola con jóvenes artistas emergentes de Andalucía como la cantante y compositora María José Llergo, el grupo musical Califato 3/4, responsable de la música del anuncio, y los artistas gráficos “Habla tu andaluz”. En definitiva, Lola se dirige a las nuevas generaciones para reivindicar nuestras raíces, el poder de lo auténtico y el orgullo de ser como somos.

La cerveza Cruzcampo, que nació hace más de un siglo en Andalucía, “bebe” del estilo de vida del sur y de la cultura andaluza mostrándola con orgullo, pero todos, sin excepción, tenemos un acento. Por eso, la campaña “Con mucho acento” nos invita, a todos, a valorar y celebrar el acento propio, sea cual sea.

Os dejo el vídeo del anuncio y el de cómo se hizo.


“El acento es tu tesoro. No lo pierdas nunca”.


miércoles, 20 de enero de 2021

Amad a vuestros enemigos (III)


Fuente: “Aprendiz de sabio” de Bernabé Tierno.

No malgastes ni tu tiempo, ni tus energías, ni tus pensamientos en quien habitualmente pretende culparte, humillarte o menospreciarte. Cuando atiendes al ofensor, de alguna manera, le estás motivando y alentando a persistir en su innoble acción, cuyo propósito no es otro que hacerte daño, que te sientas mal, que te preocupes y que le dediques tu tiempo.

Si ofendes a quien te ofende, además de ponerte a su mismo nivel, le brindas una nueva oportunidad para recrudecer sus críticas y maldades contra ti. Además de esto, te introduces en una espiral pueril y estúpida de crítica por crítica, ofensa por ofensa, insulto por insulto… y todo en clave de odio, de resquemor y deseos de venganza mutua.

Si respondes con mal al mal que te hacen, te perjudicas más a ti mismo que a quienes te ofenden. Al odiar a tu enemigo y al responder a sus ofensas con tu ofensa y prestarle atención, le das poder sobre ti, sobre tu salud física y psíquica y sobre tu felicidad… ¿Te parece inteligente?

Te tomarán por tonto o por débil, pues no pueden entender de comprensión, de empatía, de no responder a la violencia con violencia… No soportarán que no respondas a un mal con un mal.

Ni la “ley de Talión” ni la ley del más fuerte lograrán jamás convertir al individuo humano en un ser de paz, que busque y promueva el bien por encima de todo. Las buenas obras, el amor y el perdón son la única garantía de felicidad y de éxito.

Deja a tus ofensores y enemigos enzarzados y enfurecidos a solas con sus críticas incesantes, sus rencores, su mal carácter, sus malos deseos y peores obras, que ya llevan lo suyo.

Tú conserva tu energía, tu tiempo, tu pensamiento y tus deseos para personas, situaciones y cosas que verdaderamente merezcan la pena.


viernes, 15 de enero de 2021

La importancia de ser amable


Fuente: “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estapé.

En una sociedad donde reina la prisa, la interacción digital y la falta de tiempo, muchos creen que ser amable está en desuso. Así, por ejemplo, nos cuesta trabajo pararnos para saludar a alguien con calma y preguntarle por la salud.

Una persona amable, según la RAE, es “digna de ser amada, afable, complaciente y afectuosa”. (¡Ahí es “ná”!).

Ser amable significa ser capaz de transmitir cordialidad y simpatía, dignificando a los demás. Las personas amables facilitan la convivencia y la hacen más agradable.

La amabilidad, aparte de mejorar nuestras relaciones, genera endorfinas que, a su vez, reducen los niveles de cortisol —hormona del estrés y de la ansiedad—, y aumentan las oxitocina —hormona del amor y de la confianza—.

La oxitocina, además de ser la hormona encargada del parto y la lactancia, se encuentra en la base de dos fenómenos primordiales de la vida emocional: la confianza y la empatía. Por tanto, es una herramienta clave en las relaciones sociales y en la manera que tenemos de interactuar con otros.

Ser amable, activa la oxitocina y mejoran la hipertensión y los problemas cardiovasculares, bajan los niveles de colesterol y disminuye la sensación de dolor.

Cuando la oxitocina está elevada, la amígdala del cerebro, zona encargada del miedo, se desactiva; por lo tanto, la ansiedad, la angustia, las obsesiones y los pensamientos negativos disminuyen en intensidad.

Todos estos efectos nos conducen a una sensación de equilibrio y bienestar interior.

Existen personas cuya amabilidad parece ir insertada en sus genes, casi no precisan esfuerzo porque es algo que les sale de forma natural. Sin embargo, hay personas que tienen dificultad para ser amables, afectuosas o cercanas. Estas últimas, deben practicar poco a poco porque hay que evitar resultar falsos; pocas cosas generan más rechazo que la sensación de hipocresía o simulación.

Tampoco conviene confundir amabilidad con ingenuidad o buenismo. Ante un ataque, un rechazo, una agresión, hay que saber separarse, distanciarse y ser conscientes del daño recibido. Si una persona no sabe medir el grado de amabilidad que desprende, puede acabar convirtiéndose en víctima de alguien que la use o manipule. Hay gente que se aprovecha de manera escandalosa de las personas amables.

Pon más atención a tus relaciones con la familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos... Intenta generar un vínculo más agradable y que tu relación sea más cercana. Invierte en las personas. Ofrece tu presencia y ayuda reales. (No vale un “para cualquier cosa que necesites…” vacío de contenido).

Prueba a ser amable. Hay mucho en juego. Si te lo propones de verdad, eres capaz de alterar tu cerebro, tus emociones y tu bioquímica.

En una sociedad que tiende a la soledad y al aislamiento, busca salir de ti mismo. Tu vida se mide no por lo que recibes, sino por lo que das.


domingo, 10 de enero de 2021

El eco de la vida


Fuente: “La voz de tu alma” de Lain García Calvo.

Un niño y su padre estaban caminando en las montañas.

De repente, el hijo se cae y grita:

—¡Aaaaaaaahhhhhh!

Para su sorpresa oye una voz repitiendo en algún lugar de la montaña:

—¡Aaaaaaaahhhhhh!

Con curiosidad el niño grita:

—¿Quién está ahí?

Recibe una respuesta:

—¿Quién está ahí?

Enojado con la respuesta, el niño grita:

—¡Cobarde!

Y recibe de respuesta:

—¡Cobarde!

El niño mira a su padre y le pregunta:

—¿Qué sucede?

El padre sonríe y le dice:

—Hijo mío, presta atención.

Entonces el padre grita a la montaña:

—¡Te admiro!

Y la voz responde:

—¡Te admiro!

De nuevo, el hombre grita:

—¡Eres un campeón!

Y la voz le responde:

—¡Eres un campeón!

El niño estaba asombrado, pero no entendía.

Luego, el padre le explica:

—La gente lo llama eco, pero en realidad es la vida. Te devuelve todo lo que dices o haces.

Nuestra vida es un reflejo de nuestras acciones.

Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor.

Si deseas felicidad, da felicidad a los que te rodean.

Si quieres una sonrisa en el alma, da una sonrisa al alma de los que conoces.

Tu vida no es una coincidencia, es un reflejo de ti. Revisa lo que estás dando.


martes, 5 de enero de 2021

Sed como niños

“De los niños hemos de aprender al menos cinco cosas: la extraordinaria curiosidad que tienen para explorar el mundo; su tesón para levantarse cuando se caen; la pasión que tienen por jugar; la gran capacidad de asombro que muestran, incluso antes las cosas más sencillas, y la facilidad y frecuencia con la que se ríen”.

Mario Alonso Puig (“365 ideas para una vida plena”).



Fuente: “Parábolas para vivir en plenitud” de Antonio Pérez Esclarín.

Los discípulos discutían a qué personas deberían imitar para ser felices y alcanzar la plenitud.

–Yo pienso que a los piadosos, que dedican su vida a cumplir la voluntad de Dios –defendía con tesón el más anciano de los discípulos.

–Yo creo que es preferible imitar a los estudiosos y cultos, que se esfuerzan por comprender los misterios de la existencia –dijo otro con aire de letrado.

–Mejor imitar a los valientes –saltó con decisión un joven lleno de ímpetu.

El maestro les escuchaba en silencio, sin decir nada.

–¿Y qué opina usted, maestro? –le preguntaron al rato.

–Si quieren ser felices y vivir plenamente, imiten a los niños.

–¿A los niños? Si no saben todavía nada…

–Están muy equivocados –les dijo entre sonrisas sabias el maestro–. Los niños tienen tres cualidades que nunca deberíamos olvidar si queremos ser felices. En primer lugar, se asombran de cualquier cosa y están alegres sin motivo; en segundo lugar, tratan a todos por igual y no se consideran superiores a nadie; y, por último, actúan con libertad, sin temor a hacer el ridículo.

Para vivir plenamente y devolverle el sentido a la vida, debemos empezar por recuperar la capacidad de asombro.

Hoy, como es la víspera del Día de Reyes o Epifanía del Señor, quiero finalizar esta entrada con el mensaje de SS.MM. Los Reyes Magos de Oriente a todos los niños y niñas de Jaén.