Tradicionalmente, la Judería se ha identificado con el espacio situado entre las calles S. Andrés (N), la Plaza de Los Caños (S), Martínez Molina (W) y Los Huérfanos (E).
El barrio está compuesto por un entramado de calles angostas y empinadas cuestas como son: la Plaza de los Huérfanos, donde comenzaba el barrio judío, la calle San Andrés, el Callejón del Gato, la calle del Rostro, Santa Cruz, Remojadero del Pescado y Real entre otras.
Su trazado sigue guardando, a pesar de las modificaciones sufridas a lo largo de tantos siglos, la esencia del urbanismo característico de la antigua Judería. Son un conjunto de calles que solo cuentan con tres entradas o salidas, recordándonos el privilegio que los monarcas concedían a los judíos, que eran súbditos reales, de poder cerrar sus barrios con puertas, especialmente por las noches, como medida de protección ante posibles ataques o revueltas.
El barrio creció durante los doce siglos de presencia hebrea en la ciudad, existiendo desde entonces numerosas noticias históricas, leyendas y tradiciones.
Actualmente, el barrio se encuentra en proceso de recuperación. La impronta judía de Jaén y la voluntad de recuperar su historia y patrimonio, hicieron posible la incorporación de la ciudad a la Red de Juderías de España “Caminos de Sefarad” en el año 2005.
La presencia de judíos en Jaén está documentada desde el año 612, aunque debieron establecerse mucho antes, coexistiendo bajo dominio arriano, musulmán y católico, con mayor o menor fortuna.
Aquí nació en el 910 o 915 Hasday ibn Shaprut uno de los grandes humanistas del Califato de Córdoba: poeta, estudioso de las lenguas, médico, botánico y un destacado cortesano de dos califas cordobeses, Abderramán III, del que llegó a ser Consejero y Primer Ministro, y Alhakén II.
Su posición política le permitió favorecer a los judíos de toda Andalucía. Asimismo, introdujo los estudios sobre el Talmud en la corte califal. Con Hasday comenzó la conocida Edad de Oro de los judíos españoles y fue uno de los pilares fundamentales de la España de las Tres Culturas.
A mediados del siglo XIV, ya en época cristiana, la judería de Jaén acogía al menos a 300 familias, es decir, unas 1.500 personas.
Tras las graves persecuciones de 1391, la judería jiennense sufre un fuerte revés y sus calles se convierten en un barrio de judeo-conversos, que pasó a denominarse “Barrio de Santa Cruz”.
La población judeo-conversa de Jaén, aparentando ser cristiana, conservará en secreto sus tradiciones ancestrales y la observancia a las Leyes de Moisés. Precisamente esta importante presencia de “judaizantes” será lo que dará lugar a la creación del Tribunal de la Inquisición de Jaén en el año 1483, fecha en la que también se ordena la expulsión de los judíos (a diferencia del resto de la península, que se producirá en 1.492).
Los judíos eran artesanos (traperos, plateros, especieros, tejedores, sastres, jubeteros, zapateros, chapineros, oropeleros, curtidores, borceguineros…), mercaderes y algunos destacaban en el ejercicio de la medicina y de la farmacia. En el conjunto de la población judía se señalaban los cambistas, numerosos en Jaén, así como aquellos que se dedicaban a recaudar las rentas reales por delegación de los grandes recaudadores judíos.
La Judería jiennense tuvo el carácter de Aljama, es decir, debió contar con sus propias normativas particulares y con edificios comunales tales como sinagogas, baño ritual (micvé), taberna para el vino (kosher), escuela religiosa (Talmud-Torá), etc.
Posteriormente, hasta bien entrado el siglo XVIII, encontramos, en los procesos inquisitoriales, a diversos personajes de la sociedad jiennense que todavía mantienen en secreto su condición de judíos e, incluso, una importante inmigración de judíos sefarditas procedentes de varias localidades portuguesas que, curiosamente, sienten una especial predilección por afincarse en Jaén, quizá por ser descendientes de aquellos judíos que fueron expulsados de la ciudad en siglos anteriores.
Para finalizar, quiero señalar dos lugares destacados de la Judería de Jaén:
- La popularmente conocida como plaza de los Huérfanos en la que se alza una gran Menorá (candelabro judío de siete brazos), monumento a los judíos expulsados de España en la Edad Media. En dicho monumento se recoge una inscripción en castellano y en judeoespañol o sefardí, la lengua castellana que estos judíos han conservado durante siglos en los países donde se asentaron a lo largo de toda la ribera mediterránea.
Igualmente, en esta misma plaza, existe un puente sobre los restos arqueológicos de una antigua puerta de la muralla medieval, la puerta de Baeza, que era la comunicación de la judería giennense con el exterior de la ciudad. El puente simboliza, además del paso de los judíos para entrar o salir de su barrio, un puente entre culturas diferentes que un día convivieron juntas. Con respecto a la Menorá mencionada, es la primera que se ubicó en una vía pública de España.
- La iglesia de San Andrés cuya fachada se encuentra en la calle del mismo nombre y que parece fue una sinagoga como nos recuerdan en su interior unos hermosos arcos túmidas, muy similares a los de otras sinagogas españolas. La propia sobriedad de la fachada a la calle San Andrés, parece evocar la normativa medieval que obligaba a los judíos a que sus sinagogas tuvieran un aspecto más austero que el resto de las iglesias de la localidad.
La orientación al este del templo, su recoleto patio, la inexistencia de fachada monumental a los pies del actual templo, etc., no parecen sino confirmar que estamos ante una de las antiguas sinagogas medievales de Sefarad pues la entrada y salida a las sinagogas medievales se realizaba por las paredes laterales, al objeto de no dar la espalda, al salir de las mismas, al muro Este, donde se ubicaba el tabernáculo en el que se guardaban los Rollos de la Ley Judía (Torá).
He disfrutado mucho haciendo esta entrada sobre la judería de Jaén, porque se trata de un barrio unido a mi niñez. En la calle San Andrés, eje vertebrador de la judería, nací, en la casa de mis abuelos maternos. En la misma calle, estaba y está el colegio de mis hermanos que fueron, además, monaguillos de la Santa Capilla de San Andrés, antigua sinagoga. Un poco más abajo, en la plaza de Los Huérfanos, estaba mi colegio.
Este entramado de calles empedradas, angostas y con empinadas cuestas, no tenían secretos para una chiquillería que, por entonces, pasábamos muchas horas jugando en ellas. Espero que os haya gustado.
Os dejo con el reportaje “Las huellas de Sefarad”, emitido por Canal Sur en el programa “Destino Andalucía” el 28 de enero de 2023.
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