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martes, 15 de febrero de 2011

Las diez estrategias de manipulación mediática

En 2002, el francés Sylvain Timsit publicó una lista con las “10 Estrategias de Manipulación” a través de los medios. El texto, que se convirtió en un fenómeno viral en Internet, fue atribuido erróneamente al lingüista, filósofo y activista estadounidense Noam Chomsky.


1. La estrategia de la distracción.

Consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas: “Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar”. (Cita del texto “Armas silenciosas para guerras tranquilas”).
La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética.

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema para causar cierta reacción en el público y que éste sea el demandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana u organizar atentados sangrientos para que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad.

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, en años sucesivos. De esta manera, fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990 condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo): Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes… Cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicados de una sola vez.

4. La estrategia de diferir.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública para aplicarla en el futuro. En primer lugar, porque es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato y en segundo lugar, porque el público tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejor mañana”. Esto da más tiempo para que se acostumbre a la idea del cambio y lo acepte con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discursos, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental.

“Si uno se dirige a una persona como si tuviese la edad de 12 años o menos, tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”).


6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional y en el sentido crítico de los individuos.

Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar ideas, deseos, miedos y temores o inducir comportamientos…

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud.

“La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible de forma que la distancia entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea imposible de alcanzar para las clases inferiores” (“Armas silenciosas para guerras tranquilas”).

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto.

9. Reforzar la culpabilidad.

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable de su propia desgracia a causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se culpa a sí mismo lo que genera un estado depresivo que inhibe su acción y sin acción, no hay revolución.

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años, gracias a los avances de la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.


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