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sábado, 31 de diciembre de 2011

Origen de las costumbres navideñas (II)

Con motivo de la Navidad, el programa de Canal Sur Televisión “La respuesta está en la Historia” ha realizado un capítulo especial titulado “La celebración de la Nochevieja” dedicado al origen de las costumbres navideñas. En él, se dan respuestas fáciles de entender por todos los públicos a las siguientes preguntas:


¿Por qué ponemos el tradicional árbol de Navidad en nuestras casas?

Una interesante tradición popular alemana, afirma que el árbol de Navidad se remonta al siglo VIII. Se le atribuye a San Bonifacio que era un obispo inglés que marchó a Germania en el siglo VIII para predicar el Evangelio.

Después de un duro período de predicación, Bonifacio fue a Roma para entrevistarse con el papa Gregorio II. A su regreso a Alemania, en la Navidad del año 723, se sintió profundamente dolido al comprobar que los alemanes habían vuelto a su antigua idolatría y se preparaban para celebrar el solsticio de invierno sacrificando a un hombre joven en el sagrado roble de Odín.

San Bonifacio se atrevió a cortar con un hacha el roble sagrado y en el primer golpe del hacha, una fuerte ráfaga de viento derribó al instante el árbol. El pueblo, sorprendido, reconoció en este acontecimiento la mano de y preguntó a Bonifacio cómo debían celebrar la Navidad. El Obispo se fijó en un pequeño abeto que milagrosamente había permanecido intacto junto a los restos del roble caído. Lo vio como símbolo del amor perenne de Dios, y lo adornó con manzanas, que simbolizaban las tentaciones, y velas, que representaban la luz de Cristo que viene a iluminar el mundo.

Como estaban familiarizados con la costumbre popular de meter en las casas una planta de hoja perenne en invierno, pidió a todos que llevaran a casa un abeto. Este árbol representa la paz, y por permanecer verde simboliza también la inmortalidad; con su cima apuntando hacia arriba, se indica, además, el cielo, la morada de Dios.

En España, una aristócrata rusa casada con el Gran Duque de Sesto, en 1870, fiel a sus tradiciones navideñas del norte de Europa, colocó un árbol adornado en su palacio. Tal fue el éxito que toda la aristocracia española lo colocaba. Así se fue extendiendo por toda la población.

¿Por qué lo árboles de Navidad llevan adornos?

Los celtas adornaban los árboles en el cumpleaños de los dioses utilizando la sangre de sus enemigos. Como hemos visto en la anterior pregunta, fue San Bonifacio, en el siglo VIII, quien le colgó manzanas para simbolizar el pecado original y velas para simbolizar la luz que Jesús daba al mundo.

Con el paso del tiempo se fueron colocando otros adornos: lazos que simbolizan la unión entre la familia, herraduras que atraían la suerte, piñas como símbolo de la inmortalidad, la estrella de la copa como recuerdo de la de Belén, las campanas que muestran la alegría navideña, las manzanas o bolas que representan la abundancia y las bombillas eléctricas, que han sustituido a las velas, como símbolo de la luz del mundo.

¿Cuál es el origen de las cestas de Navidad?

La costumbre de repartir cestas y lotes de navidad parece moderna, pero su origen podría remontarse hasta el Imperio Romano. Para celebrar la llegada del nuevo año, los romanos intercambiaban lo que se llamaban “sportula”, eran unos cestillos en los que se guardaban olivo, laurel, higos secos y los buenos deseos.

Esta tradición también se vincula al popular aguinaldo. En la época romana se conocía como “stranae”, un pago especial al trabajador, en dinero o en especies. También se conocía como stranae al intercambio de regalos entre amigos en honor a los dioses.

Esta práctica ha sobrevivido hasta nuestros días y en los últimos meses del año la mayoría de las empresas obsequian a sus trabajadores con un aguinaldo o más comúnmente con una cesta de navidad.

¿Por qué adornamos la casa con flores de Pascua en Navidad?

Esta planta originaria de Centroamérica, en especial de México, tenía un importante simbolismo para los aztecas que la utilizaban como remedio medicinal y para ofrecérsela a sus dioses.

En el siglo XVI, según consta en un relato de la época, los frailes franciscanos que se encontraban evangelizando en la población de Taxco de Alarcón (México) ya la utilizaban como adorno floral durante las fiestas navideñas.

Pero quien realmente es el artífice de que la planta fuese conocida mundialmente es Joel Roberts Poinsett, gran apasionado a la botánica. Entre 1825 y 1829 ejerció el cargo de embajador de los Estados Unidos en México y en uno de los múltiples viajes que realizó por el país, se encontró con esta llamativa planta de hojas rojas. Recogió unos esquejes que mandó a su invernadero y al volver a los EEUU se dedicó a su cultivo y desarrollo. Como florece en invierno, alcanzando su esplendor entre noviembre y febrero, se le ocurrió regalar esta planta a sus amistades por Navidad y así fue cómo nació una entrañable tradición que se introduce en Europa a finales de XIX.

¿Por qué celebramos el día de los inocentes?

Cuando los Reyes de Oriente, siguiendo una estrella, llegaron a Jerusalén, fueron recibidos por el Rey Herodes, a quien contaron que buscaban a un recién nacido que “debía reinar sobre todas las naciones”. Herodes, temeroso de que este Niño llegara a sustituirle, mandó matar a todos los menores de dos años (niños inocentes). En el siglo IV, la iglesia decidió recordar la muerte de estos niños cada 28 de diciembre.

La costumbre de hacer bromas proviene de mezclar esta fecha con una tradición de la Edad Media llamada la Fiesta de los Locos, que consistía en que la gente disfrazada acudía a la Iglesia a bailar , cantar y jugar y se elegía al Obispo de los locos. Acto seguido los locos salían a la calle provocando a la gente con toda clase de bromas y burlas. Una de ellas consistía en colgar un monigote de papel en la espalda de alguien.


¿Por qué celebramos la Nochevieja?

Nuestra tradición de celebrar la llegada del nuevo año se remonta al Imperio Romano en el que el mes de enero estaba dedicado al dios bifronte Janus, dios que mira hacia delante y hacia atrás (al año que se va y al que viene). Lo representaban con dos rostros, uno que simbolizaba el pasado y otro el futuro.

Los romanos invocaban el primer día del año a este dios, invitando a comer a los amigos e intercambiándose miel con dátiles e higos para endulzar los amargos momentos del pasado y dar la bienvenida al nuevo año.

En la Edad Media la Iglesia trató de oponerse a estas viejas costumbres paganas, pero no consiguió acabar con ellas y esta fiesta fue adoptada por los cristianos intercambiando el Dios Jano por San Silvestre, un famoso Papa de la época que murió un 31 de diciembre.

¿Por qué celebramos cotillones en la noche de fin de año?

La palabra francesa cotillón significaba originalmente enaguas o falda. Posteriormente, denominó a un tipo de baile, parecido al vals, con el que se cerraba algunas fiestas. Con el tiempo, la palabra cotillón pasó a designar también a las fiestas donde, al final, se bailaba esa especie de “vals”.

Parece ser que, en esas fiestas, y cuando llegaba el momento de bailar el cotillón, o sea el baile, era costumbre repartir algunos pequeños obsequios, confetis, serpentinas, pitos..., para dar mayor alegría y animación al fin de fiesta. Fue así cómo la palabra cotillón pasó a usarse para denominar a los obsequios, más que a la danza.

Actualmente, se suele denominar cotillón a las fiestas con música y baile que tienen lugar en la Nochevieja. En estas fiestas se suele entregar una bolsa llamada cotillón que contiene artículos como sombreros, antifaces, matasuegras y confeti que no pueden faltar en la fiesta de celebración de la entrada del nuevo año.

¿Por qué nos ponemos ropa interior roja en Nochevieja?

El origen se remonta a la Edad Media. En invierno, cuando todo está helado, la sangre (el color rojo) era símbolo de la fuerza de la vida, por lo que la gente creía que llevar algo rojo a comienzos de año les traería buena suerte. Como la Iglesia relacionaba el rojo con el demonio, la sangre y la brujería, evitaban llevarlo a la vista, así que se ponían la ropa interior de ese color.

¿Por qué tomamos doce uvas en Nochevieja?

Es una tradición de origen español. Todo empezó con un excedente de uvas que se produjo en 1909 en Alicante. Para poder vender con rapidez esa gran cantidad de uvas sobrantes, los viticultores inventaron el rito de tomar 12 uvas, una con cada campanada, a las 12 de la noche del último día del año. Según decían, esta forma de celebrar el año traía buena suerte. Con el tiempo se popularizó en toda España y se exportó a Latinoamérica.

La respuesta a todas estas preguntas está en la historia.


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