¿Existe el destino? ¿El devenir es accidental? ¿Nuestras decisiones hacen nuestro futuro? ¿Es la existencia simplemente una sucesión inevitable de causas y consecuencias?
Me gustaría que vierais el siguiente vídeo de la película “El curioso caso de Benjamin Button”, un hombre que nace con 80 años y va cumpliendo años hacia atrás haciéndose cada vez más joven. En este fragmento, se lleva a la realidad la teoría del caos: hechos y personas en un lugar del mundo, pueden estar conectados y ejercer influencia sobre hechos y personas lejanas.
“La teoría del caos” se ha convertido en un método de estudio de la realidad y es uno de los pilares más serios y fundamentales de la ciencia moderna.
Uno de los padres de la teoría del caos fue Edward Lorenz, un matemático y meteorólogo estadounidense. En 1963, experimentando sobre el comportamiento de la atmósfera en modelos computarizados, calculó el cambio en las condiciones atmosféricas frente a unas pequeñas modificaciones de temperatura programadas. Los resultados fueron sorprendentes: cambios insignificantes en los valores de algunas variables meteorológicas, resultaron modificar el panorama atmosférico de una forma gigante e impredecible. De aquí nació el dicho popular del efecto mariposa que dice: “el aleteo de una mariposa en Hong Kong causará un tifón en México”, haciendo referencia a que por más insignificante que parezca una circunstancia, siempre acarreará algún tipo de consecuencia importante.
Por primera vez en la historia de la ciencia alguien caía en cuenta de que los sistemas complejos de la naturaleza como la atmósfera, no funcionan de forma lineal y predecible, ya que pequeños cambios en las condiciones iniciales no producen cambios proporcionales en los resultados, sino que alteran el sistema de una forma insospechada y caótica.
Sin embargo, es necesario aclarar que la palabra “caos” no hace alusión a desorden, sino precisamente a un orden tan complejo, que es prácticamente imposible descifrarlo usando las herramientas de razonamiento lineal.
Posteriormente este principio sería extrapolado y aplicado a una infinidad de saberes como los sistemas biológicos, la herencia genética, la homeostasis celular, la salud, la evolución de una epidemia, el nacimiento de estrellas y planetas, las oscilaciones bursátiles de los mercados de valores...
En el siguiente vídeo el profesor y físico cuántico Carlos González, entrevistado por Pedro Riva en el programa “Tierra de sueños” (09-17-2011), explica la teoría del caos desde un prisma muy didáctico y comprensible.
La Teoría de Caos no debe ser considerada como algo perteneciente solo al campo de las ciencias. Es también una herramienta valiosa para entender el comportamiento de la conducta humana y social.
Debemos ser conscientes de que un hecho, un acto, una modificación, una palabra, una mirada, una omisión, una buena o mala decisión etc. siempre producirán efectos importantes para el futuro, aunque no seamos capaces de observarlos al corto plazo. Un pequeño cambio puede generar grandes resultados.
Un viejo refrán inglés ya nos advertía sobre la importancia de las cosas pequeñas y sus repercusiones:
Por culpa de un clavo se perdió la herradura.Por culpa de la herradura se perdió el caballo.
Por culpa del caballo, se perdió el jinete.
Por culpa del jinete, se perdió el mensaje.
Por culpa del mensaje, se perdió la batalla.
Por culpa de la batalla, se perdió el reino.
Hay hechos en nuestra vida que consideramos intrascendentes, pero, sin embargo, pueden cambiar nuestras vidas. La vida como un sistema dinámico es la suma de infinitos comienzos, cada uno de ellos influyendo en el siguiente.
- Cambia, mejora el mundo
- Cambiar yo para que cambie el mundo
- El cambio de paradigma
- El cambio y la teoría del caos
- El deseo de cambiar
Muy interesante tu artículo sobre el CAOS.El concepto ha cambiado o ha sido matizado a lo largo de la historia, pero esta teoría del caos aplicada a la ciencia y la física me parece apasionante.
ResponderEliminarPor cierto, el dibujo de batalla que has puesto para ilustrar el refrán inglés me ha recordado los dibujos históricos de mis enciclopedias de la infancia. A veces una imagen te lleva de repente al pasado y esta ha sido una. Me parece que representa al rey inglés Enrique V atacando a los franceses en la batalla de Agincourt ( o Azincourt) en 1415 (Guerra de los Cien Años). A lo mejor puedes comprobarlo en la fuente donde la has sacado. Siento curiosidad por saber si he acertado.
Enhorabuena, tus entradas siguen siendo excelentes.
Saludos.
Según mi fuente, se trata de la Guerra de las dos Rosas entre Ricardo III de la Casa de York y Enrique Tudor, más tarde Enrique VII, de la Casa de Lancaster, por la corona de Inglaterra.
ResponderEliminarEs una ilustración de la batalla de Bosworth (1485), la que se perdió por culpa del dichoso clavo, en la que murió Ricardo y en la que se supone dijo la célebre frase: “Mi reino por un caballo”.
El dibujo es de James William Edmund Doyle (1822-1892) que escribió e ilustró el libro “Una crónica de Inglaterra”.
Te dejo el enlace :
http://lacomunidad.elpais.com/batiburrillo-punto-com/2012/3/5/mi-reino-un-caballo
En cualquier caso, es admirable tu memoria.
Saludos.
¡ Ahh claro¡ había olvidado la conexión entre el refrán del clavo y el dibujo. Conozco la historia del caballo perdido y la famosa frase de Ricardo III, pero no por la historia sino por la literatura, en concreto, la obra de Shakespeare, Ricardo III. Tampoco recordaba la batalla Bossworth, ni la anécdota del clavo.
ResponderEliminarGracias por refrescarme la memoria.
Saludos.
Gracias, excelente artículo!
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