Nunca te canses de dar ni de hacer el bien a cuantos puedas. Lo que hacemos no es en vano. Toda acción que llevamos a cabo es una semilla que se va acumulando en nuestra cuenta con saldo a nuestro favor. Quizás de momento no veas el resultado del “dar”, pero a su tiempo cosecharás.
En la vida siempre hay un “de repente”. Todo lo que hayas hecho se activará a tu favor y “de repente” cosecharás lo que hayas sembrado día a día con cada acción de dar.
Da sin miedo a quedar vacío. Siempre que das, te vacías y estás listo para volver a llenarte con un aprendizaje nuevo que se sumará a lo que ya sabías.
Cuando demos algo, no esperemos a cambio gratitud o cariño. Hagámoslo sin esperar devolución, simplemente porque nos sentimos felices.
Sea cual sea tu lugar en la vida, no dejes de dar. Todo lo que seas capaz de dar no solo te será devuelto, sino que se convertirá en una herencia y un legado que habrás dejado a los otros.
- Servir a los demás
- Servir a los demás (II)
- Servir a los demás (III)
- Ver al otro
- Ver al otro (II)
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