Paseaba un sacerdote con decenas de libros sagrados debajo del brazo cuando tropezó con un sadhu (asceta hindú) que contemplaba absorto el fondo de un estanque.
—¿Qué haces ahí, anciano? —le preguntó.
—Estoy esperando a ver si emerge la luna que se esconde en el fondo del estanque —contestó el sadhu.
—¡Viejo loco! —gritó el sacerdote—. Si te hubieras tomado la molestia de levantar la cabeza, habrías descubierto que realmente las estrellas y la luna están en el cielo, no en esa charca.
—¡Ay amigo! —dijo el sadhu—. Y si tú te hubieras tomado la molestia de mirar en tu interior no tendrías que andar por ahí buscando a Dios en ningún libro.
- A su imagen y semejanza
- Buscando la felicidad escondida
- Buscar en lugar equivocado
- El ciervo almizclero
- El germen divino
No hay comentarios
Publicar un comentario en la entrada