Hace un tiempo fui a comprar un libro. Era una obra costosa que necesitaba para la universidad.
—Necesito este libro —le dije al vendedor.
—Uy, ¡ese libro es carísimo! —me respondió el muchacho.
—Sí, lo sé, pero lo necesito para un trabajo de investigación de la facultad.
—Mire, le he traído este —dijo, al tiempo que me mostraba un libro pequeño, un resumen de la obra original—. ¡Es mucho más económico!
—No, quiero el grande aunque sea caro —contesté.
—Este le va a servir. Le conviene porque va a ahorrar mucho dinero —insistió.
—No, no quiero este. Por favor, tráeme el libro grande —repetí una vez más.
El vendedor intentaba decidir por mí. Esto, lamentablemente, es algo cotidiano.
Cuando alguien decide por nosotros nos está invadiendo porque nadie debe tomar decisiones en nuestro lugar. Nos equivoquemos o no, las decisiones deben ser nuestras. El límite los marcamos nosotros.
- El cambio de paradigma
- El temor a lo desconocido
- No decidir es también decidir
- Tú eliges
- Vivir es elegir
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