Presentación   /   Página de Inicio   /   Frases y citas para el cambio   /   Libro de visitas
  ÍNDICES POR TEMAS O ETIQUETAS:

miércoles, 3 de julio de 2024

Cruz Roja Española: 160 años de humanidad


“La batalla de Solferino”, un episodio decisivo de la lucha por la unidad italiana, tuvo lugar el 24 de junio del año 1859 en Solferino, un pequeño pueblo situado en el norte de Italia. En ella se enfrentaron el ejército austriaco de Francisco José I (alrededor de 100.000 hombres) y los ejércitos de Napoleón III de Francia y del Reino de Cerdeña comandados por Víctor Manuel II (en torno a los 118.600 hombres). El episodio dejó, tras nueve horas de batalla, más de 6.000 muertos y más de 40.000 heridos en el campo de batalla.

Henry Dunant (1828-1910), un comerciante de origen suizo que quería hablar con el emperador francés Napoleón III debido a un problema con la concesión de unas tierras, se topó con la batalla sin pretenderlo. Cuando contempló con sus propios ojos lo que estaba sucediendo, dejó de lado sus propósitos iniciales, abrumado y conmovido por los horrores de la guerra, y decidió actuar.

La situación era insostenible. Los servicios sanitarios de los ejércitos resultaban insuficientes; los medios de transporte, inexistentes y las cajas de vendas habían sido abandonadas en la retaguardia. Bajo el lema “Tutti fratelli” (todos hermanos), Dunant no dudó en ayudar a todas las personas heridas sin distinción de bandos. Para ello, organizó a la población civil, especialmente a las mujeres y chicas jóvenes, con el fin de proporcionar asistencia a soldados heridos, mutilados y enfermos.

Más tarde, de regreso a su Ginebra natal, Dunant escribió un libro titulado “Un souvenir de Solferino”, publicado en 1862, sobre las experiencias vividas en el pueblo italiano. En él, entre otros aspectos, plasmó que debería existir en el futuro una organización neutral para proporcionar cuidados a los soldados heridos y reflexionó sobre la necesidad de que los Estados ratificaran un principio que garantizara protección jurídica a los hospitales militares y al personal sanitario. Pese a la firme oposición de algunos de sus coetáneos, que consideraban que esa pretensión era imposible de alcanzar, Henry Dunant no cejó en su empeño por conseguirlo. Un año después, en 1863, nacía el Comité Internacional de la Cruz Roja y, a partir de 1864, las primeras Sociedades Nacionales, entre ellas, Cruz Roja Española.

En la concepción de Dunant, estas sociedades estaban principalmente orientadas a actuar en momentos de guerra, pero ya vislumbró posibilidades para los de paz: prestar servicios en épocas de epidemias o cuando sobrevienen desastres como inundaciones, incendios… Era el germen del actual Derecho Internacional Humanitario y del mayor movimiento humanitario, ciudadano e independiente del mundo.

Dunant, que recibió en 1901 el Premio Nobel de la Paz, fue el ideólogo del emblema de la Cruz Roja, basado en los colores de la bandera de su país, pero invertidos. La Media Luna Roja, se utiliza en los países musulmanes desde la guerra entre Turquía y Rusia en 1878, pues el Imperio Otomano utilizó este símbolo al considerar que la cruz roja hería las susceptibilidades de los soldados musulmanes.

Aunque ninguno de los emblemas tiene ninguna asociación religiosa, en el 2005 se creó el emblema del Cristal Rojo para los estados que desean evitar cualquier percepción de significado religioso. Por tanto, el Movimiento tiene en la actualidad tres emblemas reconocidos mundialmente: la Cruz Roja, la Media Luna Roja y el Cristal Rojo.

Fragmento de la reproducción del Cartel corrida benéfica de toros (1921) de Julio Romero de Torres. Hospital de la Cruz Roja. Córdoba (España).

La sociedad ha evolucionado profundamente a lo largo del tiempo y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja desde su origen, hace más de 150 años, ha ido adaptándose y mutando para ofrecer lo que en cada momento se necesitaba, pero sin cambiar un ápice sus Siete Principios Fundamentales definidos y aprobados en 1965: Humanidad, Imparcialidad, Neutralidad, Independencia, Carácter Voluntario, Unidad y Universalidad. En la actualidad es el mayor movimiento internacional, independiente y voluntario del mundo.

Humanidad:

Cruz Roja se esfuerza en prevenir y aliviar el sufrimiento humano en todas las circunstancias, en proteger la vida y la salud, respetando a la persona. Favorece también la comprensión mutua, la cooperación y una paz duradera entre todos los pueblos.

Imparcialidad:

Cruz Roja atiende a los individuos y colectivos en proporción con su sufrimiento, remediando sus necesidades y dando prioridad a las más urgente, sin reparar en su nacionalidad, raza, religión, condición social o credo político.

Neutralidad:

Cruz Roja se abstiene de tomar parte en las hostilidades, en las controversias de orden político, racial, religioso e ideológico.

Universalidad:

Las Cruces Rojas y las Medias Lunas Rojas de todo el mundo tienen los mismos derechos y el deber de ayudarse mutuamente.

Unidad:

En cada país sólo existe una Cruz Roja o Media Luna Roja, accesible a todos y que extiende su acción humanitaria a la totalidad del territorio.

Independencia:

Cruz Roja es independiente y, pese a actuar como auxiliar de los poderes públicos en sus actividades humanitarias y a someterse a las leyes del país, conserva una autonomía que le permite siempre actuar acorde con sus Principios

Carácter voluntario:

Cruz Roja es una organización de voluntariado y de carácter desinteresado.

Cruz Roja Española

El 6 de julio de 1864, bajo los auspicios de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, nacía Cruz Roja Española a través de una real orden de la reina Isabel II. Dos figuras fueron decisivas para que echara a andar: un médico militar de origen navarro, Nicasio Landa, y el aristócrata y filántropo valenciano, Joaquín Argulló, conde de Ripalda.

Nicasio Landa fue el inventor del denominado “mandil Landa”, una especie de camilla formada por un lienzo, una vara de madera y unas correas que permitía trasladar a los heridos con más agilidad, lo que supuso un gran avance en el traslado de heridos. Posteriormente, el “mandil Landa” fue utilizado por todas las sedes de Cruz Roja en el mundo.

Inicialmente, Cruz Roja Española atendió las necesidades sanitarias de la población, tanto en épocas de guerra como en tiempos de paz.

Así, en 1870 prestó ayuda humanitaria en la guerra franco/prusiana, siendo este el primer envío de ayuda humanitaria que realiza la Cruz Roja Española, y en 1872 actuaba por primera directamente en Pamplona, en la tercera guerra carlista. La Semana Trágica de Barcelona, la epidemia de gripe de 1917, la Guerra del Rif o la Guerra Civil Española fueron otros de los escenarios donde Cruz Roja Española desempeñó un papel crucial.

Durante la guerra civil, de 1936 a 1939, realizó una importante actividad y jugó un papel importante en el intercambio de prisioneros entre ambos bandos. Finalizada la guerra, lleva a cabo la repatriación de los españoles que se encontraban en la URSS.

La importante experiencia adquirida durante la guerra se empleó en la intervención ante los desastres ocurridos en todo el territorio nacional. Se asistió, así, a las víctimas de los incendios, inundaciones y accidentes de todo tipo.

En la década de 1970, Cruz Roja Española comenzó a incluir nuevos ámbitos de ayuda, atendiendo a las nuevas necesidades que iban surgiendo a medida que avanzaban los tiempos: puestos de primeros auxilios en las carreteras, tareas de socorro en el mar y salvamento de náufragos.

En las décadas de 1980 y 1990, con la democratización de la institución, Cruz Roja emprendió una profunda reorganización, potenciando la participación de voluntarios, la apertura hacia nuevos campos de actuación y asumiendo los nuevos retos que planteaba la sociedad española del momento: ayuda a colectivos vulnerables como personas mayores, refugiados e inmigrantes, enfermos de SIDA, drogodependientes, niños y jóvenes, población reclusa, discapacitados, atención a mujeres..., además del incremento de la atención a programas internacionales como los destinados a la cooperación al desarrollo, ayuda humanitaria o cooperación institucional.

Son 160 años en los que Cruz Roja Española no ha dejado de caminar, extendiendo esa labor humanitaria que soñó Henry Dunant. Que la historia de Cruz Roja Española siga inspirándonos para construir un mundo más justo y compasivo.


No hay comentarios

Publicar un comentario en la entrada