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lunes, 18 de julio de 2022

La solidaridad del clan

Una historia de solidaridad social (de hace más de medio millón de años).

El Sitio arqueológico de Atapuerca, Burgos, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en el año 2020, es un conjunto de yacimientos arqueológicos y paleontológicos en los que se han encontrado restos de cinco especies de homínidos, entre ellos los restos de una especie desconocida, el Homo antecessor, el homínido más antiguo de Europa (800.000 años).

En una de las cuevas de Atapuerca, en la llamada Sima de los Huesos, se han encontrado los restos de al menos veintiocho individuos, de diferentes edades y ambos sexos, de una población de Homo heildebergensis, antecesores de los neandertales, de hace alrededor de medio millón de años.

Entre los años 2001 y 2002, aparecieron los huesos y se reconstruyó el denominado cráneo número 14 que era asimétrico y presentaba deformidades. Tras muchos estudios, se llegó a la conclusión de que el homínido al que perteneció, vivió unos diez años (un tercio de lo que viviría cualquier persona sana) y sufría craneosinostosis (los huesos del cráneo se cierran prematuramente, antes de que el cerebro se forme completamente. A medida que el cerebro del bebé crece, es posible que no tenga suficiente espacio para alcanzar su tamaño normal y el cráneo se va deformando cada vez más. La acumulación de presión en el cráneo, puede causar daño cerebral).

En la actualidad, la craneosinostosis es una enfermedad rara y cuando se presenta en un niño, se le opera en sus primeros meses de vida para evitar tanto la deformación estética como las posibles alteraciones en el encéfalo.

Hace aproximadamente medio millón de años, un individuo así, con una elevada presión intracraneal, que, tal vez, tuviera problemas psicomotrices y dificultades para caminar, no se valdría por sí mismo en un grupo de cazadores recolectores ni habría sobrevivido diez años sin la ayuda de los otros individuos del grupo. Fue, sin duda, el compromiso y la generosidad de su clan lo que le proporcionó esa vida.

El primer apodo del cráneo 14 en el laboratorio fue Benjamín que en hebreo significa “el niño más querido”, pero ahora, por la gracilidad de las estructuras óseas, se cree que fue niña.

Benjamina nos desvela que los preneandertales de Atapuerca ya cuidaban de los discapacitados hace 530.000 años.

Sin embargo, la craneosinostosis, dependiendo del tipo, no siempre es incapacitante ni genera dependencia y quienes la padecen pueden vivir con normalidad, eso sí, con un cráneo peculiar y un problema estético...

Esta historia llena de ternura, tal vez, es fruto de la imaginación y del deseo de encontrar los primeros rasgos humanos en nuestro pasado animal. ¿Hay algo más humano que elegir cuidar a alguien? Ayudar nos hace plenamente humanos.


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