El lunes pasado, día 7 de julio, “Si yo cambio, todo cambia” cumplió quince años. Al número quince se le llama “la niña bonita” porque, tradicionalmente, se consideraba que, al cumplir los quince años, se producía la transición de la niñez a la adolescencia, un momento de juventud y belleza, y comenzaba una nueva etapa de la vida.
“Si yo cambio, todo cambia” responde a mi necesidad de comunicar, independientemente de que haya personas que puedan leer sus entradas. Me resulta tan gratificante hacerlas, que no necesito la validación de los demás y la experiencia de elaborarlas es suficiente recompensa.
Este blog es para mí un modo de exploración interna; una manera de dar forma a mis ideas, sentimientos y emociones. Me permite ver el mundo desde diferentes ángulos y desarrollar mi propio pensamiento crítico; me lleva a la mejora y al crecimiento personal y, tal vez, alguna de sus entradas pueda ayudar a alguien. Tengo la certeza, además, de que es una pieza importante de mi propósito y de mi compromiso. Es por ello que, mientras pueda, seguiré adelante con el blog.
Ojalá nos encontremos aquí el año que viene. Gracias. Siempre.
Fuente: “¿Qué impacto tiene el propósito en tu vida?”. Boletín Informativo del Dr. Mario Alonso Puig.«Nuestro propósito no se encuentra en el “por qué”, sino en el “para qué”. ¿Para qué estamos aquí? No es una pregunta fácil. ¿Cuántas personas anhelamos encontrar nuestro propósito en la vida, algo tan cercano y que tan pocas veces vemos? El propósito es una forma de vivir que conecta nuestro corazón con el verdadero sentido de la vida.
Todos hemos nacido con un propósito, algo único que podemos aportar al mundo. Cuando descubrimos que lo que hacemos tiene un impacto positivo en otras personas, algo dentro de nosotros se ilumina. Nuestro propósito está siempre conectado con los demás.
No debemos obsesionarnos con encontrar nuestro propósito, ya que no llega cuando lo buscamos con ansia, sino cuando preparamos el terreno para que se nos revele. La mejor manera de hacerlo es enfocándonos en cómo podemos ayudar a otras personas a mejorar sus vidas, aunque sea a través de gestos aparentemente pequeños (sonreír a una persona, aunque creamos que no se lo merece; dar un abrazo a alguien que lo necesita; perdonar a alguien que consideramos que nos ha ofendido…).
El propósito se nos revela cuando dejamos de centrarnos exclusivamente en nosotros, en lo que sentimos, en lo que necesitamos, en lo que queremos, en lo que anhelamos… y empezamos a incluir a los demás en nuestra ecuación.
Es cuando empezamos a caminar, cuando ese propósito empieza a ser revelado».
- No me doy por vencida (2024)
- Palabras como “vulanicos” (2023)
- ¡Despierta y vive! (2020)
- Mi propósito (2019)
- Un encuentro nada casual (2018)
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