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martes, 7 de julio de 2020

¡Despierta y vive!

“Una vida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir”.
Carl Gustav Jung



 “You raise me up” (“Tú me elevas”). Trintonia Music.

Fuente: “El poder de confiar en ti” de Curro Cañete.

Podemos vivir dormidos o despiertos. Muchos de los que viven dormidos no lo saben, pero también hay muchas personas, entre las que me incluía, que no se percatan de que están despiertas porque, aunque desde siempre han sido muy conscientes, nunca se han planteado ni propuesto nada.

¡Qué difícil le resulta al ser humano seguir el camino hacía sí mismo! Cuando empecé a escribir este blog, hoy hace diez años, aunque no puedo decir que me fuera mal, no disfrutaba de mi vida porque me resistía a escuchar mi propia voz negando, en definitiva, mi esencia.

Realmente desconozco qué hizo posible el salto. Lo que antes me importaba, pasó a ser insignificante para mí. Sí sé que llevaba años buscando respuestas. Me hice mil veces la misma pregunta: ¿Quién soy y para qué estoy aquí? Empecé a leer libros de psicología y crecimiento personal para estudiar la mente y las emociones. He leído cientos. Lo hacía casi en secreto, pues muchas de las personas que me rodean menosprecian este tipo de libros.

Llegué a pensar que el cambio era posible. Creí en el cambio y cambié. Empezó, así, mi transformación, que no ha parado en todos estos años. Una vez que se inicia, tu vida no vuelve a ser la de antes.

Mis tormentas interiores han sido fuertes, graves y dolorosas. He aprendido, y mucho, desde el sufrimiento y las experiencias duras, pero también lo he hecho desde la felicidad. He aprendido de personas a las que estimo y de otras a las que no soporto. Los maestros presentan, a menudo, los más variados disfraces. Hay muchas personas que me han ayudado y ayudan en mi camino; algunas de ellas ya no están conmigo.

Para ser feliz, hay que enfocar las cosas de una forma positiva. En mi caso, el optimismo ni es un don natural ni es ingenuo. Brota de mi autoconocimiento y de un trabajo duro y constante, porque yo elijo quien quiero ser. La vida es trabajo y movimiento y ahora sé que también puedo disfrutar de ella.

Cuando decides hacer todo lo que está en tu mano para ser feliz y ayudar a los demás a serlo, la vida te va indicando el siguiente paso. Así es como surgió “Si yo cambia, todo cambia”. Cuando inicié el blog, mi mayor temor era que quienes me conocían despreciasen mis nuevos objetivos. Fuerzas invisibles, las mismas que impulsaron mi transformación, me han inspirado y ya no me importa el qué dirán. Puede más mi deseo de cumplir mi propósito de vida.

Y así, comprometida, doy lo mejor de mí, voy desarrollando mi potencial y siguiendo mi destino. Confío en mi vida y voy dando los pasos que me pide. Todos disponemos en nuestro interior de señales y de un navegador que nos indica la dirección correcta. Ese navegador es nuestra sabiduría interior. Cuanto más confiemos en ella, más agradable será el viaje y alcanzaremos nuestro destino.

Somos más valiosos y capaces de lo que pensamos. No somos seres desvalidos a merced de las circunstancias. Nuestro poder para influir en nuestra propia vida es enorme. A menudo no somos conscientes de toda nuestra fuerza, de lo que somos capaces, del potencial de felicidad que tenemos, del poder de nuestras decisiones, de nuestros pensamientos y de nuestras emociones.

No pretendo que me creas, deseo que lo experimentes por ti mismo. El tiempo vuela y todavía queda mucho por hacer… ¡Despierta y vive!

Ojalá volvamos a encontrarnos aquí el año que viene.


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