Adaptación del cuento que circula en las redes sociales. Desconozco su autor/a.
Pablo y Marta compartían apartamento. Ellos siempre insistían en que solo eran compañeros de piso.
Un día, Pablo invitó a su madre a cenar al apartamento. Durante la cena la madre pudo observar lo guapa y hermosa que era Marta. Durante mucho tiempo, había tenido la sospecha de que su hijo tenía una relación sentimental con ella, pero ahora, al conocerla, estaba casi segura.
En el trascurso de la velada, observó el modo en que los dos se comportaban y pensó:
—Estos, fijo, tienen “algo”.
Pablo, leyendo el pensamiento de su madre, le dijo:
—Mamá, sé lo que estás pensando, pero te aseguro que Marta y yo, solo somos compañeros de apartamento.
Una semana después, Marta le comentó a Pablo que, desde el día en que vino su madre a cenar, no encontraba el cucharón grande de plata que tenían para repartir los alimentos en la mesa. Pablo le dijo que, conociendo a su madre, era imposible que ella lo hubiera cogido, pero que, aun así, le iba a mandar un mensaje. Y así lo hizo:
“¡Hola, mamá! Desde el día en que viniste a cenar, no encontramos el cucharón de plata. No estoy diciendo que tú lo cogieras, pero tampoco que no lo hicieras. Un beso 😘 ”.
Poco después, la madre de Pablo le respondió con otro mensaje:
“¡Hola, hijo! Si Marta se acostara en su cama, ya habría encontrado el cucharón de plata que yo puse entre los cojines. No estoy diciendo que te acuestes con ella, pero tampoco que no lo hagas. Otro beso para ti 😘”.
A una madre, nunca la engañas. Las madres tienen un sexto sentido y nos conocen perfectamente.
- Las madres lo saben todo
- Usar la imaginación (I)
- Usar la imaginación (II)
- Usar la imaginación (III)
- Usar la imaginación (IV)
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