Lucía es mi sobrina-nieta. Hoy cumple dos años. Está empezando a hablar, pero no se le entiende. Mejor para ella.
He hecho esta entrada para contarle algo de lo poco que he aprendido en la vida. Si algún día cae en sus manos y le ayuda, entonces será un gran regalo.
Feliz cumpleaños Lucía.
Rafiki es un cruce entre mandril (a juzgar por su cara) y babuino (a juzgar por su cola), que aparece en la película animada de Disney, “El Rey León” cuya trama, basada en la tragedia “Hamlet” de William Shakespeare, gira en torno a un joven león de la sabana africana llamado Simba, que aprende cuál es su lugar en el “Ciclo de la vida” luchando contra varios obstáculos hasta convertirse en el legítimo rey.
Rafiki, que vive en un árbol (un baobab), es anciano, sabio y se comporta como un chamán. Da consejos importantes a Simba cuando intenta determinar su destino. Su nombre significa “amigo” en Swahili.
Las enseñanzas de Rafiki están llenas de sabiduría:
Rafiki: Cambiar es bueno…
Simba: Sí, pero no es fácil… Sé lo que tengo que hacer, pero si regreso tendré que enfrentarme al pasado y llevo tanto tiempo huyendo de él…
Rafiki: ¡Oh sí! El pasado puede doler, pero tal como yo lo veo, puedes o huir de él o aprender... Bien, ¿qué vas a hacer?
Si nos atenemos al guion de la película, el mensaje que recibimos es el siguiente:
Perder a una persona querida es una de las experiencias más difíciles que podemos afrontar. Es natural sentir tristeza durante un tiempo, pero si esta sensación se alarga mucho, es muy probable que estemos anclados en el pasado y limitados para seguir avanzando y creciendo con todo nuestro potencial. Quizá sea momento de tomar una decisión.
En la vida nada sucede como deseábamos, como suponíamos, ni como teníamos previsto. Tenemos que aceptar que no controlamos lo que nos ocurre. Sin embargo, sí podemos controlar lo que decidimos.
Simba: ¿Quién eres?
Rafiki: La pregunta es ¿quién eres tú?
Simba: Creía saberlo, pero no estoy seguro…
Rafiki: Tú eres el hijo de Mufasa…
Simba: Él murió hace mucho tiempo…
Rafiki: Está vivo. Yo te lo mostraré. Él vive en ti…
Mufasa: Simba, ¿me has olvidado?
Simba: No. Eso jamás.
Mufasa: Has olvidado quien eres, por lo tanto, me has olvidado. Mira en tu interior, Simba. Eres más de lo que eres ahora. Debes ocupar tu lugar en el ciclo de la vida. Recuerda quien eres. Eres mi hijo. Recuérdalo.
Esto a mí me dice mucho más...
Hace más de 2000 años, vino al mundo “un Maestro” para recordarnos cuál es la auténtica condición humana: somos hijos de Dios (Podéis definirlo como queráis: Principio, Generador, Fuente, el que sostiene la Creación...) que se fracciona y está en lo más profundo de cada uno de nosotros y nos hace inmortales.
El mensaje fue claro y fácil de entender, pero lo seres humanos lo complicamos todo: Dios es un Padre entrañable, amoroso, que no precisa de leyes escritas ni prohibiciones.
Si Dios es nuestro Padre, el mundo es una familia. Todos tenemos el mismo destino: llegar a Él.
Quien lo descubre, sabe qué hacer… Sabe que todo consiste en amar y servir, empezando por el prójimo.
- Bienvenido al clan
- Él vive en ti
- Las culpas inexistentes
- No te ahogues en un vaso de agua
- Tu verdadera identidad
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