Noche del día 19 de octubre de 2008. Un momento crítico dominado por la tristeza.
No quiero afligirme porque sé que mi sufrimiento no te ayuda.
Una noche serena cuando, desde la ventana del hospital, vimos iluminarse el cielo con los fuegos que daban fin a la feria de San Lucas.
Hace tiempo que sé que nada ocurre por azar. La casualidad no existe.
El cielo celebraba tu pronto regreso al hogar, a la realidad de la que procedías y que, desde hacía tiempo, anhelabas.
Objetivo cumplido. Hasta el final. Una vida anónima, amarrada al trabajo, bañada una y otra vez en el dolor. Todo un ejercicio de sacrificio y disciplina. Hasta el límite de tus fuerzas.
Te vas cargada de generosidad y honradez. ¡Cuánto camino has atajado!
Sé que volveremos a vernos. En su momento. Esto no es una despedida, solo un hasta luego.
* Hay cosas que escribo para no decirlas; son cosas que están en mi alma y quedarán aquí cuando me haya ido. En todas acabo diciendo cuánto te he querido.
En la soledad de mi corazón, hay cosas que escribo en el aire; son cosas que se lleva el tiempo sabe Dios a dónde. En todas acabo sabiendo cuánto me has querido.
* (De la canción “Carta urgente” de Rosana Arbelo)
Sé que te amaré siempre...
- Aceptar lo inevitable
- Carta urgente
- Cuando el Día de la Madre se celebraba el día 8 de diciembre
- Flores para mi madre
- Historia de un sueño
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