A medida que vayas conociendo el sentido de la paz y armonía internas, tu comprensión crecerá y te volverás más abierto y tolerante, aprenderás a vivir y dejar vivir y ya no tendrás la impresión de que el tuyo es el único camino.
No volverás a ser dogmático respecto a nada, sino que de una forma callada y confiada seguirás tu camino sabiendo que es el apropiado para ti.
No volverás a intentar cambiar a otros, sino que vivirás de tal modo, que esas personas querrán saber qué es lo que tú tienes y ellas no. No lo olvides nunca; puedes enseñar mucho más mediante el ejemplo.
Nunca compares tus preferencias con las de nadie; lo que a ti te gusta quizá no le atraiga a nadie más. Haz lo que de verdad te guste hacer, aquello con lo que encuentres auténtica alegría. Sea lo que sea. No importa que sea sencillo o extravagante. Cuando haces algo que te gusta, aunque conlleve esfuerzo, no te sientes agotado sino vigorizado y animado.
Haz aquello con lo que disfrutes y deja que los demás hagan lo que les resulte atractivo.
Vive y deja vivir.
- El diamante
- Enseñar con el ejemplo
- Enseñar con el ejemplo (II)
- Enseñar con el ejemplo (III)
- Respetar el pensamiento de los demás
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