En el transcurso de los tiempos, las religiones no solo han pretendido poseer la verdad excluyendo a los demás, es decir, ser los únicos herederos legítimos de Dios, sino que han generado muchos conflictos e injusticias en el interior de cada una de ellas. ¡Cómo si correspondiese a los humanos decretar quién es hijo de Dios y quién no lo es!
En nuestros días, parece ser que los hombres se han vuelto más tolerantes en materia de religión, pero es porque, a menudo, no les inspira más que indiferencia. Aquellos que se dicen creyentes, no están demasiado dispuestos a dar pruebas de apertura y de comprensión.
Dios está en el alma de todos los seres. Allí donde se encuentren, Dios se encuentra también y es ahí donde debemos buscarle sin que nos preocupe la religión a la que pertenecen.
Hemos de descubrir a Dios y venerarlo también en la religión de los demás.
- Con la salvación a cuestas
- Dicen que es Navidad
- Encontrar otra Navidad
- Es Navidad
- Lehaim
No hay comentarios
Publicar un comentario en la entrada