Reflexión basada en la publicación de 26 de octubre de 2023 de la página de Facebook “Antes que olvide” de Marisel Hilerio.
En ocasiones, alguna fecha, una canción o un olor nos recuerdan a un ser amado que ya se ha ido. Cerramos los ojos para concentrarnos y recordar el timbre de su voz. La nostalgia nos quebranta y, de golpe, entendemos que nada es para siempre.
Cuando ya no estemos, tal vez, en algún momento, apareceremos en la memoria de alguien que, quizás, nos eche de menos, pero, así que pasen cien años, nadie nos recordará.
Nuestras palabras no resonarán en ningún oído.
Nuestra casa, que con tanto esfuerzo adquirimos, tendrá un nuevo dueño.
Nuestras fotos habrán desaparecido.
No quedará ni rastro de las pertenencias que acumulamos.
Nadie se ocupará de nuestra tumba, pues nadie recordará quién está allí enterrado.
El tiempo intenta enseñarnos a soltar y a perdonar, nos da la oportunidad de crecer, de levantar el vuelo y trata de mostrarnos el camino.
Somos como hojas que se lleva el viento y, aunque no sabemos si viviremos, nos empeñamos en guardar vida para mañana.
Despidámonos de cada día y estrenemos vida cada mañana.
- La mercancía más preciada
- Saborear la vida
- Tiempo para disfrutar
- Vivir como si cada día fuera el último
- ¿Y si fuera el último día de tu vida?
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