Curro Cañete (“Ahora te toca ser feliz”).
En junio de 2005, Steve Jobs, cofundador de Apple, hizo el discurso de graduación en la Universidad de Stanford. En él, cuenta tres historias. Para esta entrada he seleccionado la tercera en la que habla de la muerte.
«Mi tercera historia es sobre la muerte.
Cuando tenía diecisiete años, leí una cita que decía algo como: “Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón”. Me marcó, y desde entonces, durante los últimos treinta y tres años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?” Y si la respuesta era “no” durante varios días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.
Recordar mi mortalidad es la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso, se desvanece frente a la muerte, dejando sólo aquello que es verdaderamente importante. Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir lo que dicta tu corazón.
Hace aproximadamente un año me diagnosticaron un cáncer. Me hicieron un chequeo a las 7:30 de la mañana, y mostraba claramente un tumor en el páncreas. Ni siquiera sabía qué era el páncreas. Los médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de cáncer incurable y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Mi médico me aconsejó que me fuese a casa y dejara zanjados mis asuntos, forma médica de decir: prepárate para morir. Significa intentar decirles a tus hijos en unos pocos meses lo que ibas a decirles en diez años. Significa asegurarte de que todo queda atado y bien atado, para que el trance sea lo más sencillo posible para tu familia. Significa decir adiós.
Viví todo el día con ese diagnóstico. Luego, a última hora de la tarde, me hicieron una biopsia, metiéndome un endoscopio por la garganta, a través del estómago y el duodeno, pincharon el páncreas con una aguja para obtener algunas células del tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando vio las células al microscopio el médico comenzó a llorar porque resultó ser una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía. Me operaron, y ahora estoy bien. Esto es lo más cerca que he estado de la muerte, y espero que sea lo más cerca que esté de ella durante algunas décadas más.
Habiendo vivido esto, ahora os puedo decir esto con más certeza que cuando la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual:
Nadie quiere morir. Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la muerte es posiblemente el mejor invento de la vida. Es el agente de cambio de la vida. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero algún día, no muy lejano, os convertiréis en lo viejo y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero es la verdad. Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otra persona.
No os dejéis atrapar por dogmas, no viváis según los resultados del pensamiento de otros. No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior. Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición. De algún modo ellos saben lo que tú realmente quieres ser.
Todo lo demás es secundario».
- La mercancía más preciada
- Saborear la vida
- Toma las riendas de tu vida
- Vivir cada día como si fuera el último
- Vivir por segunda vez
No hay comentarios
Publicar un comentario en la entrada