Un califa de Bagdad llamado Al-Mamun poseía un hermoso caballo árabe del que estaba encaprichado el jefe de una tribu, llamado Omah, que le ofreció un gran número de camellos a cambio; pero Al-Mamun no quería desprenderse del animal. Aquello encolerizó a Omah de tal manera que decidió hacerse con el caballo fraudulentamente.
Sabiendo que Al-Mamun solía pasear con su caballo por un determinado camino, Omah se tendió junto a dicho camino disfrazado de mendigo y simulando estar muy enfermo. Y como Al- Mamun era un hombre de buenos sentimientos, al ver al mendigo sintió lástima de él, desmontó y se ofreció a llevarlo a un hospital.
—Por desgracia —se lamentó el mendigo—, llevo días sin comer y no tengo fuerzas para levantarme.
Entonces, Al-Mamun lo alzó del suelo con mucho cuidado y lo montó en su caballo, con la idea de montar él a continuación. Pero, en cuanto el falso mendigo se vio sobre la silla, salió huyendo al galope, con Al-Mamun corriendo detrás de él para alcanzarlo y gritándole que se detuviera. Una vez que Omah se distanció lo suficiente de su perseguidor, se detuvo y comenzó a hacer caracolear al caballo.
—¡Está bien, me has robado el caballo! —gritó Al-Mamun— ¡Ahora sólo tengo una cosa que pedirte!
—¿De qué se trata? —preguntó Omah también a gritos.
—¡Que no cuentes a nadie cómo te hiciste con el caballo!
—¿Y por qué no he de hacerlo?
—¡Porque quizás un día puede haber un hombre realmente enfermo tendido junto al camino y si la gente se ha enterado de tu engaño, tal vez pase de largo y no le preste ayuda!
Anthony de Mello incluye el cuento en el apartado “Amor”.
- Cualidades del amor
- El zorro mutilado
- Por sus frutos los conoceréis
- Servir a los demás (III)
- Tu mejor versión
No contar como se hizo del caballo, entiendo que es por preservar la ayuda a los enfermos o desvalidos de verdad, pero no comparto que exista el silencio o la omisión de la verdadera forma en que obtuvo el caballo.
ResponderEliminar¡Hola! Comparto tu opinión. De hecho, los medios de comunicación nos informan y advierten a diario de multitud de fraudes y timos, presenciales y/o tecnológicos, que podríamos definir como “estafas de caridad o solidaridad”. Sin duda, además de los engañados, hay otras víctimas paralelas: la personas que verdaderamente necesitan ayuda.
EliminarGracias por tu comentario. Saludos.