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domingo, 28 de octubre de 2012

Generación de idiotas

Albert Einstein dijo hace muchos años que, si la tecnología sobrepasaba la humanidad, tendríamos una generación de idiotas. Pues bien, esa tecnología nos está sobrepasando especialmente en el campo de las comunicaciones.

Las nuevas tecnologías han pasado a formar parte de las denominadas adicciones psicológicas o adicciones sin drogas.

Muchas personas con teléfono móvil están sufriendo problemas físicos y psicológicos como ansiedad, palpitaciones y sudores cuando olvidan el móvil en casa, su tarjeta de prepago se queda a cero, se quedan sin cobertura o sin batería. La nomofobia, abreviatura de la expresión inglesa “no-mobile-phone phobia”, es el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil.

Una población especialmente afectada por esta adicción son los adolescentes. La idea de “ocio y tiempo libre” está ligada al teléfono móvil y es impensable que un adolescente no disponga de este objeto.

Es muy usual encontrar a adolescentes y niños “tecleando” durante minutos y minutos o jugando a algún videojuego o comunicándose con desconocidos o tomando fotos y vídeos para luego colgarlos en Internet. Usan el móvil a todas horas: en casa, en el aula, entre clase y clase y con los amigos. No se pueden separar del móvil. No pueden pasar cinco minutos sin verificar si existe alguna llamada perdida.











Por lo que a mí respecta, no estoy en contra de la modernización de las comunicaciones, pero creo en el respeto, en la buena educación y en el buen trato a las personas. Por eso, no puedo entender que la gente utilice los móviles en reuniones de cualquier tipo y si hablo con alguien en persona, espero que me mire a la cara y me escuche.


1 comentario

  1. Qué tal...

    Dos casos. Uno; una chica se pegó un castañazo porque, al tiempo que "conducía" su bicicleta, tecleaba el aparato. Dos; un chaval se cayó (literalmente) escaleras abajo, en un andén de tren, por el mismo motivo... Somos siervos, por no decir algo más fuerte, al servicio de un sistema transhumano; mejor dicho: inhumano.

    Un cordial saludo

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