Esta historia ocurrió en septiembre del año 2007 en Rainbow Bridge (Puente del Arco Iris), en la autopista del Paso de Old Donner en Sierra Nevada, California.
Un oso caminaba por el puente cuando dos coches, que lo cruzaban en ambos sentidos, lo espantaron y saltó por la baranda del puente. Logró asirse al arco de hormigón de 100 metros de altura. De alguna manera, el oso se las arregló para no caer y quedó atrapado entre los pilares del puente.
Un grupo de especialistas acudió a rescatarlo, pero, al estar anocheciendo, no pudieron hacer nada y pensaron que caería al vacío.
Regresaron al día siguiente y encontraron al oso durmiendo tranquilamente donde estaba atrapado.
El rescate no fue fácil, pues el animal se había agazapado en un lugar de difícil acceso. Después de asegurar una red debajo del puente, le pusieron un dardo tranquilizante, lo empujaron para que cayera en la red, lo bajaron, despertó de su “siesta” y siguió su camino como si nada hubiera ocurrido.
El oso cayó del puente, consiguió agarrarse y mantenerse, después se echó a dormir y, mientras tanto, se arregló su situación.
Este hecho real nos deja una hermosa enseñanza:
Cuando nos enfrentamos a una situación difícil, a veces, la mejor solución es tomárselo con calma, no dejarse llevar por el pánico y la desesperación... y esperar.
¡Confía!
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