Marcos 9, 23
Fuente: “Quiero un cambio” de Bernardo Stamateas.
Cuando ya nada te asombre, cuando todo te de lo mismo, cuando ya no sonrías como antes, cuando dejes de sorprenderte, de amar, de soñar… tu vida necesita un cambio.
No te conformes ni te consueles con saber que otros están peor que tú. No aceptes más explicaciones ni justificaciones. Busca la solución a tus problemas, a la falta de sueños. Es tiempo de un cambio.
Ya no es el momento de preguntarte el porqué del fracaso, ni de hablar del problema. Es el momento de plantearte qué hacer de aquí en adelante para resolver el problema. Es el momento de llevar a cabo los cambios pertinentes, nuevas estrategias que te acerquen a las soluciones y que te permitan comprobar que los sueños no son solo sueños, sino esperanzas que puedes convertir en realidad.
Aprovecha todo lo que está al alcance de tus manos: fuerza, coraje, dominio de ti mismo, potencial, y, por encima de todo, ¡vida!
En 1963, Edward Lorenz descubrió el efecto mariposa: un gran efecto puede venir de un acto pequeño. Una sonrisa, un abrazo, una llamada, una palabra cariñosa, pueden ser el comienzo. Un pequeño cambio que hagas traerá otros, más grandes, porque al hacerlo estarás liberando todo el potencial que está oculto en tu interior. Cada uno de ellos influirá en todo tu sistema de vida y de creencias, y activará los demás cambios que necesitarás poner en marcha para progresar y crecer en todas las áreas de tu vida.
Encuentra una nueva manera de hacer las cosas y verás que durante este proceso madurarás y te conocerás a ti mismo.
No cambies pensando que el otro cambiará, tú serás quien se beneficie con el cambio.
Apuesta por el cambio, porque para el que cree todo es posible.
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