—Y ¿cuál es? —preguntó el discípulo.
—Agradar a todo el mundo —dijo el maestro».
Anthony de Mello
Fuente: “No te ahogues en un vaso de agua” de Richard Carlson.
Una de las lecciones más difíciles que no enseña la vida es la de tener que hacer frente a la desaprobación de los demás. Nunca seremos capaces de contentar a todo el mundo. Incluso en una victoria electoral en la que un candidato recibe el cincuenta y cinco por ciento de los votos, existe un cuarenta y cinco por ciento de la población que desea que sea otro quien gane. No es probable que el porcentaje de aprobación que recibimos nosotros entre la familia, los amigos y la gente con quien trabajamos sea mucho mayor.
Todos los días somos objeto tanto de elogios como de desaprobaciones. Forma parte de la vida de todo el mundo.
Cada uno tiene sus propias ideas sobre la vida y no siempre coinciden con las de otras personas. Sin embargo, la mayoría nos empeñamos en luchar contra esta realidad. Nos sentimos enojados, heridos o frustrados cuando la gente rechaza nuestras ideas, nos dice que no, o manifiesta alguna otra forma de desaprobación.
Cuanto antes aceptemos el inevitable hecho de que no podemos contar con la aprobación de todas las personas a las que conocemos, más fácil será nuestra vida. Cuando uno es consciente de que en su camino también va a encontrar cierto grado de desaprobación y lo acepta, desarrolla un sentido de la perspectiva que resulta de gran ayuda.
Nuestro bienestar no debe depender de la aprobación de los demás. Evidentemente, hace que nos sintamos mejor. Por eso, hemos de aprender a ser agradecidos cuando la recibimos.
- Aprender a decir “no”
- Confía en tu intuición
- Escucha tus sensaciones
- No coger la pelota
- No se puede gustar a todo el mundo
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