Había un hombre vendiendo cangrejos en la playa. Tenía dos cubos llenos de animales vivos: uno estaba cubierto con una malla y el otro, tapado. Una mujer le preguntó: “¿Por qué ha tapado un cubo y el otro no?”. Entonces el vendedor respondió: “Porque vendo dos tipos de cangrejos: japoneses y argentinos. El cangrejo japonés siempre trata de salir del cubo; cuando no lo consigue, los demás hacen una cadena, se apoyan unos a otros y así todos logran salir, por eso he tenido que ponerles una tapa. Los cangrejos argentinos* también tratan de escaparse, pero cuando uno intenta saltar, los de más abajo lo agarran y así ninguno escapa”.
La envidia es una profunda rabia producida por el logro de otros: reconocimento, casa, familia, pareja, amigos... Es un sentimiento destructivo de alguien que pretende quitar lo que ha logrado la persona objeto de su envidia. La excelencia y el éxito siempre traen envidia. Nadie envidia a un miserable o a un mendigo...
* Nota de Luma Olivares: Los cangrejos podrían ser, perfectamente, españoles.
Una niña vuelve del colegio llorando:
–Mamá, dicen que soy envidiosa, no aguanto más.
–Deja –le dice la madre–. Voy a ir al colegio a hablar con todos esos desgraciados y se van a ir al infierno.
–No, mamá, porque se van a ir ellos y yo no.
Los envidiosos son amargados, viven compitiendo y comparándose con todos.
- Cuentos egocéntricos
- Cuentos envidiosos (I)
- Cuentos honestos
- La luciérnaga
- Transformar la envidia en admiración
No hay comentarios
Publicar un comentario en la entrada