A veces intentamos protegernos adoptando estrategias que en realidad nos perjudican. Nos ponemos una coraza, construimos una fortaleza y desconectamos de la realidad o afectivamente de las personas que tenemos cerca.
La solución para vivir más tranquilos no es construir un muro que nos defienda.
El muro puede protegernos de las agresiones exteriores, pero también evitará que podamos disfrutar de las cosas maravillosas que hay a nuestro alrededor.
Si levantamos un muro, evitaremos la decepción, pero sentiremos una amarga soledad.
Un muro nos puede proteger del miedo al cambio, pero nos generará una incapacidad para adaptarnos a diferentes situaciones.
El muro nos proporcionará seguridad, pero a su vez nos hará personas dependientes de su protección, nos hará inseguros y temerosos de lo que ocurrirá cuando ese muro desaparezca.
Construir un muro nunca es la solución.
Además, un muro no va a protegernos de la basura espacial que acecha nuestra cabeza…
Lo mejor es construir un “banco” de recursos que nos ayude a mantener el nivel de fortaleza emocional que necesitemos.
- Desde los afectos
- El elefante encadenado
- El pozo
- El sentimiento de soledad
- Escapa de tu cárcel
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