«Era un discípulo que gozaba de una intensa motivación espiritual, pero que, viendo que había tantas enseñanzas y doctrinas, estaba muy desorientado y confuso. Por ello, decidió visitar a un mentor espiritual y, en cuanto estuvo ante él, le dijo:
—¿Cómo, si la última realidad es una, existen tantas enseñanzas, tantas doctrinas, tantas sendas espirituales, tantas vías?
Firmemente el maestro repuso:
—¡Qué dices, insensato! Muchas más debería haber, porque cada persona debe ser su propia doctrina, su propia vía.»
Hay muchas laderas para llegar a la cima. Las laderas no son la cima, pero son medios para acceder a ella. Cada uno debe tomar aquella que en principio mejor se avenga con su carácter, mentalidad y temperamento. Hay muchos mapas y brújulas espirituales, diferentes sendas… Toma la que en principio más te motive.
Uno puede utilizar una balsa (enseñanzas, métodos...) para cruzar a la otra orilla, pero después, no tiene por qué cargar con ella. Las creencias o no creencias son un punto de partida. No olvides que al final, debes dejarlas atrás para vivir la experiencia transformadora.
El camino es el que lleva hacia dentro, el que conduce a nuestra naturaleza real. Por eso, hay un camino para cada persona.
- Respetar el pensamiento de los demás
- Transformar la envidia en admiración
- Un cocodrilo diferente
- Un mar de fuegos
- Vive y deja vivir
Excelente! Así es. Gracias
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