Adaptación de un cuento popular chino.
Hace mucho tiempo, en una remota aldea de China, vivía un chico llamado Huang. Su familia era muy pobre y vivían en una cabaña sin luz.
Huang era bueno, inteligente y estudioso. Todos los días, después de salir de la escuela, ayudaba a sus padres con las tareas del campo hasta que el sol se ponía. Por tanto, no le quedaban horas de luz para poder estudiar.
Huang estaba muy preocupado, pues se acercaba la época de los exámenes y sabía que si no estudiaba no podría aprobar.
Una noche de invierno, vio como la nieve reflejaba una tenue luz y así, todas las noches salía de la casa, se sentaba en el suelo helado y, aunque el frío era intenso, aprovechando la claridad de la nieve, estudió durante todo el invierno.
Cuando llegó la primavera la nieve se derritió, pero el bosque se llenó de luciérnagas y su luz le permitía seguir estudiando por la noche.
Pasaron, así, los años y Huang se convirtió en un eminente erudito y llegó a ser un importante mandarín que sacó a su familia y a su aldea de la pobreza.
- El pequeño arquero y la luna
- El “Santo de los pinceles”
- Mala o buena suerte... ¿Quién sabe?
- Sobre el esfuerzo
-¡Va por ellas!
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