Si lo que estamos haciendo no funciona, es hora de ponernos en marcha y hacer que las cosas comiencen a funcionar. Es tiempo de dejar de hacer lo que no sirve, lo que no nos da buenos resultados y, sin embargo, sumergidos en una especie de letargo, repetimos una y otra vez sin darnos cuenta.
Cada persona construye “su mundo” y termina teniendo siempre las mismas peleas, las mismas mañas, la misma comida, la misma relación sexual… como si eso fuera todo lo que existe y no hubiera nada más.
Todos tenemos paradigmas y no está mal tenerlos. Los necesitamos porque nos dan seguridad, tranquilidad y orden. Las rutinas tienen ese valor, pero cuando el paradigma a través del cual concebimos el mundo se vuelve muy cerrado, nos encarcelamos en nosotros mismos. Ese paradigma, esa idea, ese modelo mental que nosotros tenemos de lo que se puede y no se puede hacer, de cómo es y no es algo, se hace rígido y terminamos diciendo: “Es así y punto”.
Cuando decimos: “yo soy así”, en realidad se trata de un paradigma. Es el mundo que creamos con lo que sabemos, lo que no sabemos, lo que nos gusta, lo que no nos gusta, con nuestras rutinas y nuestros hábitos. Pensamos que no hay nada más, entonces nos volvemos rígidos y rutinarios. Vamos siempre por el mismo camino, decimos siempre lo mismo… Cuando nos volvemos inflexibles y estructurados, nos acomodamos y construimos una zona de confort.
Para que una situación se modifique es necesario salir de la inactividad y de la situación o situaciones que nos llevaron a ser pasivos. Todo lo que hasta hoy no funcionó tenemos que transformarlo en aprendizaje y en crecimiento. Cuando aprendemos de lo malo que vivimos, estamos listos para hacer cosas nuevas.
Necesitamos convertirnos en personas activas a las que las cosas les salen bien. Por eso, es que necesitamos motivarnos, tener sueños nuevos de cómo queremos que las cosas comiencen a suceder, mirar hacia delante y soltar la imaginación.
El aburrimiento, entendido como desgana, abatimiento, apatía, tedio, cansancio…, en muchos casos es un factor que nos lleva a hacer que las cosas no funcionen. Cuando una persona está aburrida, en cualquier ámbito, está más distraída y comete más errores y es más propensa a caer en adicciones.
Sin embargo, siempre podemos hacer algo para que las cosas comiencen a funcionar como esperamos. Y es siendo curiosos: ¿Y si pruebo con esto nuevo? ¿Y si intento hacerlo de otra manera? ¿Y si funciona?
—Con mi pareja las cosas ya no funcionan…
¿Estás seguro?, ¿intentaste hablar?, ¿has hecho algún cambio?
—Con mis hijos no hay diálogo…
¿Has probado invitarlos a tomar un café o a un paseo para estar un tiempo juntos y conversar?, ¿has intentado ir a buscarlos al colegio o a la facultad para hablar?, ¿los has sorprendido consiguiendo aquello que buscaban?
—En mi trabajo la relación con mis compañeros no da para más…
¿Has tratado de sorprenderles un día llevando algo para compartir: un café, unas pastas…?, ¿has probado a quedar para tomar algo y conversar del tema?
Cuando notes que algo en tu vida no está funcionando, no sigas haciendo lo mismo. ¡Cámbialo, modifícalo, mejóralo! Y si algo funciona, no cometas el error de cambiarlo o arreglarlo. No te acomodes hasta el punto de dejar de hacerlo. Sigue haciendo lo que te funciona.
Si funciona, sigue haciéndolo; si no funciona, haz algo diferente.
Los seguidores del blog son conocedores de lo que me interesa y agrada, por supuesto desde mi particular gusto, un buen anuncio publicitario. De hecho, dedico a ello una etiqueta a la que denomino “Pausa publicitaria”. Este año, la marca catalana de cerveza “Estrella Damm”, en su campaña de verano con el eslogan “Mediterráneamente”, ha realizado el videoclip titulado “Aquí, ahora y así” que, creo, puede ilustrar y “refrescar” esta estrada. Para mí, la clave está en el “detalle” del final del vídeo. A ver qué os parece.
- El aburrimiento
- Gestionar los cambios
- El cambio de paradigma
- El poder de cambiar
- El zapato azul
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