En compañía de uno de sus acólitos, el diablo vino a dar un largo paseo por el planeta Tierra. Habiendo tenido noticias de que la Tierra era terreno de odio y perversidades, corrupción y malevolencia, abandonó durante unos días su reino para disfrutar de su viaje. Maestro y discípulo iban caminando tranquilamente cuando, de súbito, este último vio una partícula de verdad. Alarmado, previno al diablo:
—Señor, allí hay una partícula de verdad, cuidado no vaya a extenderse.
Y el diablo, sin alterarse en lo más mínimo, repuso:
—No te preocupes, ya se encargarán de institucionalizarla.
Nadie puede monopolizar la verdad, ni la verdad es patrimonio de nadie.
- Consuelo para el demonio
- Estar en posesión de la verdad
- Gente a rayas
- La actitud ante la verdad
- La senda estrecha de la verdad
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