Miguel de Unamuno
Fuente: “Aprendiz de sabio” de Bernabé Tierno.
Tras una persona bondadosa, solidaria y de gran corazón siempre hay decenas de “listos”, aprovechados y desaprensivos que le complican y amargan la existencia con sus propios conflictos y errores. Por eso, el aprendiz de sabio practica la bondad y el bien a su paso, pero no permite que le confundan y le tomen por tonto.
No cometas la torpeza de convertirte en redentor de causas perdidas o en pie que soporta todos los pisotones. Si alguien pretende pasarte la patata caliente de sus conflictos y problemas personales, no los cojas. No eres el delantero centro del equipo que ha de sortear obstáculos en la vida de nadie, recoger todos los pases y al final disparar para meter en la portería de su vida el gol del éxito. Nadie puede jugar por otro la pelota de la propia existencia. ¡Qué cada cual aprenda a jugar la pelota de su vida! Tú debes emplearte a fondo en tus propias jugadas.
No está mal el consejo que nos da Miguel de Unamuno en la frase que inicia esta entrada. En cualquier caso, la ingratitud es seguro que la padeceremos.
Hagamos el bien que en conciencia creemos que debemos hacer, pero no esperemos nada a cambio. Que solo nos mueva el bien que hacemos y que nos hace ser buenas personas.
- ¿A quién le importa?
- Aprender a decir “no”
- La opinión ajena
- No coger la pelota
- Por meterse a redentor
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