En ocasiones, entre nuestras ilusiones y aspiraciones está la de comprarnos algo (un coche, una casa...). La ilusión es algo incuantificable, pero hemos de considerar que, a veces, no compramos cosas con dinero, sino con horas de nuestra vida.
No solo se trata de considerar la cantidad de dinero que cuesta lo que deseamos, sino de horas de trabajo, de esfuerzo o de privación de otras cosas.
Hemos de valorar bien lo que queremos comprar y entender el esfuerzo a nivel de tiempo que nos cuesta.
El dinero se recupera, el tiempo no.
El día de hoy no se va a volver a repetir jamás…
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