Ya los sabios de la antigüedad aconsejaban que no nos preocupáramos por aquello que no tiene solución. Bastará con que nos ocupemos de aquello que está en nuestra mano cambiar.
Sobre lo que escapa de nuestro control, Thomas Lane Butts hace las siguientes reflexiones:
“Hay problemas en la vida que están fuera de nuestro alcance porque no tienen que ver con nosotros.
Las personas que amamos a veces tienen problemas que no podemos solucionar, aun cuando recurran a nosotros y reclamen nuestra ayuda. Dado que cambiar actitudes depende de uno mismo, desde fuera podemos guiar y aconsejar, pero no hacer el trabajo que corresponde al otro.
Sí podemos rectificar, en cambio, aquello que no nos gusta de nosotros. Si sentimos ira, frustración, odio o cualquier otro sentimiento negativo, podemos revertir estas emociones. Nadie más puede hacerlo por nosotros”.
Por lo tanto, el primer paso para no malgastar energía inútilmente es dejar de buscar la paja en el ojo ajeno y no pretender que las personas de nuestro entorno se comporten de una manera distinta a como son.
Los problemas personales de los demás entran en la esfera de lo que no podemos controlar, lo cual no significa que debamos negarle nuestra ayuda y consejo. Se trata más bien de suspender las expectativas sobre nuestra capacidad de cambiar a los demás.
- Cambia, mejora el mundo
- Cambiar yo para que cambie el mundo.
- El deseo de cambiar
- El “interés” de cambiar al otro
- El poder de cambiar
Muy interesante este material, gracias por permitir compartir en ésta etapa de la vida que tanto necesitamos Reeducarnos. Felicitaciones: Cleci Nymann Lunardi -Paraguay-
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