Para conocer el mundo de otra persona y descubrir aquello que se encuentra bajo las apariencias, es importante que no juzguemos. Sin embargo, la mayoría de las veces asumimos cosas que, en realidad, no conocemos y emitimos juicios rápidos e incluso prejuzgamos.
Para conocer, para no quedarnos en la superficie de las cosas, no debemos juzgar sino preguntar para penetrar en la realidad de las cosas y descubrir la verdad que en ellas se encierra.
Si cuando preguntamos tenemos una clara disposición a escuchar y entender, será más fácil que la otra persona confíe y se abra. Solo así podremos conocer la manera en que la otra persona está viviendo su experiencia, profundizar en nuestro análisis y llegar a una conclusión.
- Deja de juzgar
- La denuncia
- La opinión ajena
- La paja en el ojo ajeno
- La ventana
No hay comentarios
Publicar un comentario en la entrada