«Una gaviota descendió en un suburbio de la capital de Lu. El marqués de Lu le dio la bienvenida y la festejó en el templo, disponiendo para ella la mejor música y los más importantes sacrificios. Pero el ave estaba aturdida y parecía bien triste, no atreviéndose a tragar un bocado de carne o una sola copa de vino. Al cabo de tres días, murió.
El marqués de Lu agasajó a la gaviota como a él le gustaba ser agasajado y no como a ella le habría gustado».
El marqués intentó ser bondadoso y generoso con la gaviota, pero, sin querer, contribuyó a que muriera. La falta de empatía puede ser peligrosa en nuestras relaciones con los demás.
Antes de ayudar a otros, debemos ponernos en su lugar para saber qué necesitan.
A menudo cometemos el error de pensar que los demás deberían reaccionar como lo haríamos nosotros.
- Servir a los demás
- Servir a los demás (II)
- Servir a los demás (III)
- Ver al otro
- Ver al otro (II)
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