«Cuando un niño pequeño que está aprendiendo a andar se cae, eso no le desanima, sino que se levanta y lo intenta de nuevo una y otra vez hasta haber dominado el arte de andar. Así también con la vida espiritual. No consientas jamás que lo que parecen derrotas te desanimen a continuar avanzando por el camino espiritual. Si te caes, sencillamente levántate e inténtalo de nuevo.
No te contentes con quedarte ahí autocompadeciéndote diciendo que no puedes seguir y que la vida es demasiado difícil.
Tu actitud ha de ser siempre la de absoluta certidumbre interna de que una vez que has echado a andar por el camino espiritual, llegarás a la meta final, sin importar los obstáculos que puedas encontrar entre tanto.
Notarás que el tiempo empleado en soledad y silencio te recarga espiritualmente y te ayuda a enfrentarte a lo que venga sin acobardarte o titubear».
- Como un lápiz
- Fluye con la vida
- El rico aroma del café
- Instante sagrado
- La sabiduría del silencio interno
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