Un filósofo de Oriente contó a sus discípulos la siguiente historia, que después éstos transmitieron:
“Varios hombres quedaron encerrados en una oscura caverna, donde casi no podían ver nada. Pasado un tiempo, uno de ellos logró encender una pequeña tea. La luz que daba era escasa, pero se le ocurrió que podía ayudar a cada uno de los demás para que prendieran su propia tea y así la caverna se iluminó”.
El maestro concluyó que este relato nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo y que compartirla no la desvanece, sino que, por el contrario, la hace crecer.
- Destinado/a a ser luz
- El ciego y la lámpara
- El gusano de luz sin luz
- La luz que nace en ti
- La vela
Sigue el blog moviéndose y creciendo...muchas gracias por la información y por las reflexiones que nos aportas.
ResponderEliminarMe gusta incluir algunos de tus cuentos para despertar al final de los temas de FOL que entrego a mis alumnos y alumnas. Un abrazo.