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viernes, 3 de marzo de 2023

Hijos de mi Tierra (II)

Este 28 de febrero se celebró el Día de Andalucía y, como viene siendo habitual, el Parlamento autonómico y el teatro sevillano de La Maestranza acogieron los actos institucionales para su conmemoración.

Tras el izado de la bandera y el discurso de Jesús Aguirre, presidente del Parlamento andaluz, tuvo lugar el acto de entrega de las Medallas de Andalucía a personalidades que han destacado en el mundo de la empresa, el deporte, la ciencia y el arte y de la distinción de Hijos Predilectos de Andalucía a los artistas Lola Flores (a título póstumo) y David Bisbal.

El Coro de Julio Pardo fue el encargado de dar inicio al acto de entrega de Medallas con el tango “A mí Dios me dio la suerte de haber nacido en Andalucía” (1991). Julio Pardo, uno de los más importantes compositores del Carnaval de Cádiz, fallecido el 11 de febrero de 2023, ha sido galardonado con la Medalla de Andalucía de las Artes.

El acto lo cerró David Bisbal cantando, con el alma y su voz privilegiada, el Himno de Andalucía del que hizo una particular y melódica interpretación que me parece, más que un himno, una hermosa balada de amor a mi Tierra.

La ceremonia de entrega de los títulos de Hijos Predilectos y Medallas de Andalucía tuvo emoción, arte y orgullo de ser andaluces de principio a fin.

Pero, tal vez, no hubiera hecho esta entrada de no haber sido concedida este año la Medalla de Andalucía a la solidaridad y la concordia, por su decidida apuesta por la formación integral de su alumnado y por la integración de las personas con discapacidad, al CEIP “Cándido Nogales” de Jaén.

La medalla es el reconocimiento a la labor de muchos años, pues, desde hace más de veinte, en el “Cándido Nogales” se desarrolla un proyecto de lengua de signos en el que están integrados niños y niñas con discapacidad auditiva que son atendidos por un profesorado especializado en lengua de signos.

La noticia de que el gobierno autonómico andaluz le había concedido la medalla de Andalucía me produjo una gran alegría. Yo fui maestra de educación infantil en este colegio durante siete años, entre 2005 y 2012. De él guardo muy gratos recuerdos, pues, aparte de desarrollar muy a gusto mi labor educativa, tuve excelentes compañeros y compañeras. Algunos de ellos, como su actual directora, por entonces compañera de ciclo, continúan trabajando en el centro educativo.

Siempre he admirado la labor que en el colegio se realiza con los niños y niñas con discapacidad auditiva, pero lo cierto es que el buen hacer de su profesorado y la integración de niños y niñas con diversas discapacidades, hace que se produzca un “efecto llamada” entre unos padres y madres que solicitan plaza en el colegio para sus hijos con necesidades educativas especiales. Trabajar en el colegio “Cándido Nogales” es una tarea compleja porque, aparte de la línea dedicada al alumnado con discapacidad auditiva, en sus aulas, que siempre completan la ratio establecida, hay, casi siempre, al inicio de la escolarización, dos o tres alumnos o alumnas que requieren una especial atención educativa y a lo largo de la etapa educativa, como ocurre en cualquier centro escolar, van surgiendo y se van diagnosticando otras dificultades en algunos niños y niñas. A todo esto, hay que añadir que el colegio cuenta con un alumnado muy heterogéneo en cuanto a su situación familiar socioeconómica y cultural. Tras la experiencia como docente en el CEIP “Cándido Nogales”, salí con la certeza de ser mejor maestra y mejor persona.

En este colegio, a raíz de un curso de formación sobre plataformas digitales, comencé el blog “Si yo cambio, todo cambia” en el que las entradas “Música para sordos” y “Un mañana con memoria” están dedicadas a algunas de mis compañeras. Mi recuerdo especial para María, una excepcional logopeda que nos dejó hace ya once años. Esta merecida medalla es también suya por la extraordinaria labor que desarrolló en el colegio con “sus niños sordos”. Gracias una vez más, María, por todo lo que me enseñaste para poder ayudar a los niños y niñas con dificultades en el lenguaje.

Mi más sincera enhorabuena a todo el profesorado que ha contribuido a conseguir este merecido reconocimiento.


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