Presentación   /   Página de Inicio   /   Frases y citas para el cambio   /   Libro de visitas
  ÍNDICES POR TEMAS O ETIQUETAS:

domingo, 8 de octubre de 2023

Servir a los demás (IV)


Fuente: Esta historia, de autor desconocido, está incluida en el libro “Cuentos con alma” de Rosario Gómez.

Recibí una llamada telefónica de un buen amigo. Me gustó mucho escucharle. Lo primero que me preguntó fue:

—¿Cómo estás?

Y sin saber por qué, le contesté:

—Muy solo.

—¿Quieres que hablemos? —me dijo.

Le respondí que sí.

—¿Quieres que vaya a tu casa?

—Sí.

Colgó el teléfono y en menos de quince minutos ya estaba llamando a mi puerta.

Le hablé durante horas de todo: de mi trabajo, de mi familia, de mi novia, de mis deudas… y él me escuchó siempre atento.

Se nos hizo de día. Me quedé muy cansado mentalmente, pero me había hecho mucho bien su compañía y, sobre todo, que me escuchara, que me apoyara y me hiciera ver mis errores. Me sentía muy a gusto.

Cuando él observó que yo ya me encontraba mejor, me dijo:

—Bueno, me voy que tengo que ir a trabajar.

Yo me sorprendí y le dije:

—¿Por qué no me habías dicho que tenías que ir a trabajar? Mira la hora que es, no has dormido nada…

Él sonrió y me dijo:

—No hay problema, para eso estamos los amigos.

Yo me sentí feliz y orgulloso de tener un amigo así.

Lo acompañé hasta la puerta. Él caminaba hacia su coche y le grité desde lejos:

—Y, a todo esto, ¿por qué me llamaste anoche tan tarde?

Él volvió y me dijo en voz baja:

—Es que te quería dar una noticia…

—¿Qué pasó?

—Fui al médico y me dijo que estoy muy enfermo.

Me quedé mudo. Él sonrió y me dijo:

—Ya hablaremos de eso. Que tengas un buen día…

Se dio la vuelta y se fue. Pasó un buen rato hasta que asimilé la situación y me pregunté una y otra vez: “¿Por qué cuando me preguntó cómo estaba me olvidé de él y sólo hablé de mí? ¿Cómo tuvo la fuerza de sonreírme, de darme ánimos, de decirme todo lo que me dijo, estando él en esa situación…?”.

Desde entonces, mi vida ha cambiado. Suelo ser menos dramático con mis problemas y disfruto mucho más de las cosas buenas de la vida. Ahora aprovecho más el tiempo con la gente que quiero.

La vida es como una escalera: si miras hacia arriba siempre serás el último de la fila, pero si miras hacia abajo verás que hay mucha gente que quisiera estar en tu lugar.

Detente a escuchar y a ayudar a quien te necesite.

“Quien no vive para servir, no sirve para vivir”.


No hay comentarios

Publicar un comentario en la entrada