Cierto día una corneja cogió con su pico un buen pedazo de alimento abandonado y remontó el vuelo. De repente, comprobó que un gran número de cornejas la seguían con el ánimo de robarle el trozo de carne. Se sintió gravemente amenazada, tanto que temió, incluso, por su vida.
¿Qué hacer en una situación como esa? Soltó el alimento y siguió remontando el vuelo. Poco después, desde la distancia, contempló cómo todas las cornejas se lanzaban hacia el alimento, se lo disputaban, luchaban brutalmente entre ellas, hallaban la muerte y sus cuerpos se precipitaban al vacío.
Mientras tanto, libre y dichosa, la corneja inteligente partía al encuentro con la libertad total.
Suelta, suelta, suelta. Suelta los apegos, las rencillas, los odios y los rencores... Suelta y vuela.
- La desgracia de unos es la dicha de otros
- La luciérnaga
- La mangosta y el bebé
- La serpiente y el ermita
- Por meterse a redentor
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