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jueves, 24 de noviembre de 2022

Hay un tiempo para todo

Jesús Quintero

El día 3 de octubre murió, a los 82 años, el andaluz, nacido en San Juan del Puerto (Huelva), Jesús Quintero (1940-2022), uno de los periodistas, directores y presentadores de programas de radio y televisión más reconocidos y galardonados de España (“El loco de la colina”, “El perro verde”, “Trece noches”, “Cuerda de presos”, “El vagamundo”, “Ratones coloraos”, “El loco soy yo”…).

Jesús Quintero, revolucionó el género de las entrevistas con sus peculiares silencios. Su estilo personal conseguía crear una atmósfera en las que sus invitados, dejando a un lado su imagen pública, se sinceraban haciendo confesiones difíciles de conseguir. En sus programas nos dejó, además, acertadas y ácidas reflexiones. Algunas de ellas las he incluido en entradas de este blog:

“No me fío de la tolerancia”
“Vivir cada día como si fuera el último”
“Si Cristo volviera”
“Los analfabetos de hoy”
“Reivindicar la alegría”
“Con el tiempo”

Para esta entrada he seleccionado la siguiente reflexión sobre el paso del tiempo, extraída del programa “Los ratones coloraos”. Al final del vídeo, Andy y Lucas interpretan la canción “Ratoncitos coloraos”.

«Hoy, mientras me afeitaba, me he descubierto una nueva arruga y, en vez de entristecerme, me ha dado por pensar que las arrugas son medallas que ganamos en la guerra diaria de la vida, en la lucha a muerte contra el tiempo.

Antes me daba pánico crecer. Me resistía a cambiar, a dejar de ser el que yo creía que era. Ahora, poco a poco, no sé, me voy haciendo a la idea. Crecer, como morir, es lo natural cuando uno está vivo. Quien se niega a crecer, puede y suele acabar convirtiéndose en un enano.

Todo lo que nace, crece y muere, pero eso no importa. Lo que importa es vivir cubriendo las etapas, apurando, hasta las heces, la copa de cada edad. Cada tiempo tiene su encanto y sus alicientes.

Si siempre fuéramos niños, nos perderíamos el hermoso espectáculo de la juventud. Si siempre fuéramos jóvenes, nunca sabríamos como sería la vida desde la serenidad de la vejez.

Probablemente, seríamos mucho más felices si nos aceptáramos en cada momento como somos, si viviéramos de acuerdo con los años, si los niños no quisieran parecer hombres ni los jóvenes viejos ni los viejos jóvenes.

Hay un tiempo para todo. El secreto acaso esté en no dejar escapar las oportunidades irrepetibles. Solo se es niño una vez y hay que serlo a su tiempo debido o a su debido tiempo.

Yo ya no soy un niño ni siquiera soy joven. No me importa, porque he vivido la infancia y he vivido la juventud y conozco sus secretos.

Ahora, ante mis ojos, se extiende un nuevo panorama y no quiero perdérmelo. Quiero vivirlo, quiero saber que me ofrece este nuevo tiempo. Quiero descubrir qué misterios encierra esta nueva edad, cuyo nombre todavía ignoro, pero que ya siento que está llamando a mi puerta».

Jesús Quintero, antes de morir, dejó un mensaje de despedida a sus amigos más íntimos. Uno de ellos fue el periodista Carlos Herrera, quien la reprodujo en la Cadena Cope.

Un mensaje emotivo en el que Jesús Quintero ve de cerca la muerte.

 “Despedida de Jesús Quintero”.

«Ahora me voy a contestarme yo mismo, no sé en qué lugar, las preguntas que le he hecho durante todo este tiempo a los demás. Y yo me iré, y se quedarán los pájaros cantando, y se quedará mi huerto con su verde árbol y con su pozo blanco.

Todas las tardes el cielo será azul y plácido y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Se morirán aquellos que me amaron y el pueblo se hará nuevo cada año.

Y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, mi espíritu errará nostálgico. Y yo me iré, y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido».

“¿Y ahora, qué? ¿Y ahora qué digo yo? Y ahora, ¿qué les cuento yo?”.


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