He contado mis años y he descubierto que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que he vivido hasta ahora.
Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
No quiero estar en reuniones donde desfilan “egos” inflados.
No tolero a los manipuladores ni a los aprovechados.
Me molestan los envidiosos que tratan de desacreditar a los más capaces para apropiarse de sus puestos, sus talentos y sus éxitos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reírse de sus errores.
Que no se vanaglorie con sus triunfos.
Que no eluda sus responsabilidades.
Que defienda la dignidad humana.
Y que desee caminar al lado de la verdad y de la honradez.
Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas...
Gente a quien los duros golpes de la vida, le enseñaron a crecer.
Sí… tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Mi meta es llegar al final satisfecha y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
- El ciempiés cojo
- Elogio de la lentitud
- Escapa de tu cárcel
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- La mercancía más preciada
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